martes, 30 de octubre de 2012

Estrategias de Friedrich: Frente Oriental (I)

Más bien debería llamarlo Frente Norte, porque es en ese extremo del mapa dónde se desarrolla la mayor parte de la acción entre prusianos, rusos, y suecos. Pero me voy a permitir la licencia del Frente Oriental por dos motivos: 1º Comencé estos artículos de estrategia con el Frente Occidental contra Francia; 2º Por constancia histórica. Siempre ha habido un "Frente Oriental" en el que se han enfrentado rusos y alemanes.

Recopilar ideas para escribir este artículo me ha sido más difícil que el primero. En aquel tenía unas nociones previas bastante claras, y la situación estratégica es más clara y sencilla.

Respecto al juego prusiano-ruso/sueco, en cambio, no tenía una imagen mental tan clara. Desde luego no antes de ir al campeonato. Mi experiencia allí, sin embargo, cambio todo esto y ha impulsado en mí una necesidad de analizar y comprender lo sucedido en mis partidas durante el torneo. Este artículo es el resultado, tal vez un tanto prematuro, de ese análisis.

Con todo, este artículo plantea recomendaciones menos absolutas que el del Frente Occidental. No considero que ello se deba a que mis ideas sobre este teatro de operaciones estén menos desarrolladas, sino a que este es más complejo, y las soluciones a los problemas que plantea son menos universales. No vais a encontrar una Defensa en Triángulo aquí. La única constante es entender el espacio y las fuerzas con las que nos movemos, e ir adaptándose a la situación a medida que se va desarrollando.

Antes de continuar recomiendo haber leído el artículo sobre estrategias en el Frente Occidental. Si no lo has hecho, seré bueno y te dejo aquí el enlace para que te pongas con ello.

Lo primordial para empezar a discutir este tema es echar un vistazo al propio teatro de operaciones y las fuerzas que en él operan.
El escenario de lucha abarca en este caso dos tercios de la mitad norte del tablero. Lo primero a destacar es que los objetivos rusos están divididos en dos núcleos ampliamente separados entre sí: uno de 4 objetivos en Prusia Oriental (extremo noreste del mapa) y el resto repartidos en los sectores de tréboles y corazones al noreste y este, respectivamente, del sector de picas de Berlín. 
Suecia, lo mismo que los rusos, tiene 10 objetivos a conquistar con sus más magros recursos. Cuenta, no obstante, con 2 ventajas: 1) Los objetivos se encuentran más aglomerados; 2) Si Rusia abandona la partida antes que Suecia, ésta sólo tiene que conquistar 5 de los 10 objetivos.

Estos 5 objetivos, conocidos como primarios, se encuentran situados en una especie de arco en torno al territorio natal sueco. Los 5 objetivos "secundarios" están colocado en otro arco más abierto (más al sur) que el de los objetivos primarios. Entre estos últimos cabe destacar el más oriental - Cammin - como el más puñetero de conquistar, y el más occidental - Malchin - como aquel que el prusiano siempre te reconquista cuando vas a conquistar Cammin. La vida del sueco en Friedrich no es de color de rosa, pero no desesperéis. Las victorias suecas también ocurren.
Voy a cerrar la discusión exclusivamente geográfica llamando la atención sobre el área que considero más importante. Los sectores de tréboles y corazones donde se hallan 6 de los objetivos rusos. Kammin y Neumark. Como se puede ver en la imagen, todos los palos de las cartas se hallan representadas en este área y las colindantes, lo cual permite bastante flexibilidad tanto en la defensa como en el ataque. También es destacable la proximidad de Berlín como lugar del cual resurgen las fichas prusianas, y la buena red de carreteras que tiene a la capital prusiana como punto de partida.

Es en este área donde he encontrado que se acaban concentrando los encuentros más decisivos entre Prusia y Rusia/Suecia. Es también este área el que más modificaciones ha experimentado entre el mapa antiguo y el nuevo. Se ha desplazado un objetivo ruso desde picas a tréboles, y Massov ha sido desplazado a diamantes porque de otra forma era muy sencillo montar una defensa del sector de tréboles desde diamantes en Gollnow. Si pretendéis revisar las partidas de campeonatos anteriores es importante tener esto en cuenta (aparecen sobre el mapa antiguo).


En el despliegue inicial de fuerzas, el jugador ruso/sueco tiene sus debilidades y fortalezas. Rusia comienza con 16 puntos de fuerza a repartir entre 4 generales apoyados por 2 trenes de suministro, y roba 4 cartas por turno. Suecia, en cambio, cuenta con un único general con una fuerza de 4 puntos, un tren de suministro para las incursiones en territorio ajeno, y roba una única carta por turno.

Si lo comparamos con su aliado francés en su conjunto, el ruso/sueco cuenta con 20 puntos de fuerza (los mismos que Francia), 5 generales (2 más que Francia), 3 trenes de suministro (uno más), y roba 5 cartas por turno frente a las 3 francesas.

Los números, no obstante, no lo dicen todo. En contra del jugador ruso/sueco trabaja primero la división entre sus fuerzas en dos países, que dificulta la colaboración mutua. Entre Suecia y Rusia no hay suministros, intercambio de cartas ni fuerzas posibles. La defensa de objetivos mutuos es algo complicada en el mejor de los casos.

Tampoco hay que olvidar que, una vez conquistados los 4 objetivos de Prusia Oriental, Rusia ha de mantener un general guarneciendo aquella zona y éste ya no está disponible para continuar agobiando al prusiano.

Pero lo que, con diferencia, resulta el mayor inconveniente para el ruso es la carta del destino que, de un plumazo, le elimina de la partida sin más. En mi experiencia esta carta ha salido más a menudo entre los turnos 9 al 12. Pero eso no quiere decir que surja lo mismo en el turno 6 (y el prusiano suspira aliviado) que en el turno 23. La imposibilidad de determinar cuando va a terminar su partida obliga al ruso a jugar cada turno, a partir del 6º, como si fuera el último: con precipitación y premura.

Está también, por supuesto, la carta que igualmente elimina a Suecia del mapa. Pero mientras Suecia apenas puede pasar sin Rusia en el juego, ésta última no se ve tan afectada por el abandono de los escandinavos.

Las fuerzas que el prusiano emplea contra Rusia y Suecia oscilan entre los 2 y los 3 generales la mayor parte de las veces. La presencia de un 4º general prusiano es un lujo permisible únicamente si no hay presión en otros frentes, y justificable únicamente si hay mucha presión en este. El general nº 7 hace el trabajo principal de defensa en los sectores de tréboles y corazones que he destacado más arriba. Ocasionalmente, otro general se une desde Berlín, ya sea para levantar una bandera sueca (a menudo, Malchin), o una rusa en corazones(Küstrin).

Y naturalmente, queda el general prusiano nº8, que comienza solito y aislado en Prusia Oriental, rodeado de 4 amenazantes generales rusos.

Es con el general prusiano nº8 (Lehwaldt) con el que comenzaré hablando de estrategia. Y es que el primer dilema comienza antes incluso que la propia partida, y que se plantea como "¿Prusia Oriental débil o fuerte?".

El dilema consiste en cuanta fuerza asignar a Lehwaldt al inicio del juego. Los defensores de Prusia Oriental Fuerte (Lehwaldt con una fuerza de 5 a 8) aspiran por un lado a mantener el máximo posible de fuerzas rusas apartadas de los otros 6 objetivos de Kammin y Neumark durante la mayor cantidad de turnos posible. También hay cierta expectativa de sorprender al jugador ruso, dado que lo habitual ha sido siempre dejar a Lehwaldt con poca fuerza (1 ó 2) y entonces el ruso se acostumbra a enviar también poca fuerza allí. 

Yo, en cambio, soy más partidario de la ortodoxia de "Prusia Oriental Débil", y ello por una serie de buenas razones:

1º La geografía favorece más la defensa de Neumark y Kammin que la de Prusia Oriental. Hay muchos más espacios dónde retirarse. Se puede defender desde cualquiera de los 4 palos, e incluso desde todos a la vez. 

2ª En cambio, una forma de derrotar al nº8 en Prusia Oriental es empujarle hacia la falta de suministro.

3º La red de carreteras y la cercanía de Berlín favorecen al prusiano, que siempre puede recolocar piezas en esa zona, mientras que Prusia Oriental está demasiado lejos como para poder hacerlo.

4º Las bases de suministro rusas se encuentran muy próximas a Prusia Oriental, con lo que cualquier ficha rusa eliminada resurge rápidamente cerca de esa zona, pero lejos de Neumark y Kammin.

5º Si Rusia abandona pronto la partida, el general nº8 con todas sus tropas se encuentra demasiado lejos como para poder reforzar otro frente con prontitud.

Con todo esto, considero que la única manera en la que una Prusia Oriental Fuerte es viable, es hacer también fuerte al general nº7 (Dohna) con un mínimo de 6 puntos. Sin embargo, reforzar tanto la defensa contra el ruso con 11-14 de los 32 puntos prusianos debilita otros frentes, en especial el sur, y nos podemos encontrar con un paseo austríaco por Silesia y Sajonia.

Por ello yo tiendo a concentrar la defensa en el general nº7, y dejo a Lehwaldt con 2-4 puntos para poder hacer 1-3 retiradas e intentar mantener ocupado al ruso en Prusia Oriental hasta el turno 5 como poco. Los puntos que pierda Lehwaldt se recompran para el nº7 o para otros generales sobre el tablero. Y si lo eliminan siempre puede resurgir en Berlín para volver a darle dolores de cabeza al ruso y/o al sueco.

En cuanto al ruso, lo lógico para mí es que 2/3 de sus fuerzas avancen concentradas en los generales rusos nº1 y 2 hacía los 6 objetivos de Kammin y Neumark. Los generales rusos 3 y 4 se dedican a conquistar los objetivos de Prusia Oriental. Es difícil para el prusiano cubrir bien los objetivos con una única pieza frente a 2 del adversario.

Si Rusia se topa con Prusia Oriental Fuerte, lo importante es no dejarse desviar del objetivo principal: Kammin y Neumark. Enviar un 3er general de vuelta hacía Prusia Oriental es hacerle la cama a la estrategia prusiana. Mejor concluir pronto la conquista de los 6 objetivos. Si Lehwaldt es fuerte, el nº7 prusiano ha de ser necesariamente débil y será más fácil. Una vez hecho esto, la cercanía de las bases rusas a Prusia Oriental permite al eslavo reforzar el ataque sobre ese enclave de manera bastante efectiva recomprando tropas.

Y hasta aquí por hoy. Hablar sobre la estrategia en esta parte del tablero exige un artículo bastante largo, y por ello considero más oportuno dejarlo aquí y continuar en mi siguiente entrada.

1 comentario:

  1. Hay más razones poderosas por no dejar muchas fuerzas en Prusia Oriental.
    1. Se descubre rápidamente el despliegue prusiano. Si hay, digamos 6 tropas con Lehwaldt, y 14-16 en Silesia como es debido, quedan solo 10-12 más en los 5 ejércitos restantes, y los aliados pueden aprovechar fácilmente su ventaja numérica en Sajonia y Kammin/Neumark.
    2. Tal vez peor, se cede la iniciativa a los rusos. Sería casi imposible montar el baile infernal de retiradas de -1 y los rusos estarán encantados de jugar sobre cero y de poder hacerle gastar cartas a Friedrich.

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