sábado, 21 de diciembre de 2013

Las armas y el oro

Ha sido por recomendación de C_M que he conocido de la existencia de Ángel Viñas y sus libros sobre la Guerra Civil Española. El pasado mes de noviembre asistí a la presentación de su libro "Las armas y el oro". El propio C_M me había avisado del evento. Dos semanas antes, al pasar por una librería vi el libro e hice algo de compra compulsiva.

En el ambiente en el que me he criado, desde niño he estado oyendo algunas "verdades como puños". Que si el oro de Moscú, que si los rojos recibieron muchísima ayuda de Stalin a cambio de someterse, que Ruíz Mateos era un honrado hombre de negocios y los socialistas le quitaron todo por ser del Opus. Claro, luego Ruíz Mateos la lía parda por segunda vez en veintipico años, y lo menos que puede hacer uno es poner en duda lo que le han estado contando durante lustros. "Las armas y el oro" pretende hacer eso mismo acerca de algunos temas de nuestra Guerra Civil, aportando "hondonadas" de datos.

El libro está dividido en 4 partes. En la primera el autor cuantifica y compara el flujo de ayuda exterior a ambos bandos. La conclusión es clara. La ayuda a los alzados fue mucho más abundante que la recibida por el gobierno. No sólo en material bélico, sino también en hombres. En éste último aspecto el autor incluye los soldados "moros" que los alzados reclutaron para luchar en la península. La ayuda a los alzados también fue más constante, se produjo desde el primer momento (el 24-25 de julio) y duró casi hasta el final.

La segunda parte es bastante personal. El autor relata los inicios de sus investigaciones económicas sobre la GCE y la República. También relata tejemanejes y luchas de poder internas entre varios ministros de Franco y miembros de la burocracia del régimen. Tras una primera parte centrada en cifras y fechas, esta parte que está escrita con tantas anécdotas personales resulta un tanto chocante. Trata más que nada sobre el "oro de Moscú". Las conclusiones no están expuestas de manera tan clara como en el resto del libro, pero se puede decir que: a) Los alzados sabían perfectamente del traslado del oro ya cuando se estaba produciendo; b) El importe del oro fue gastado en su totalidad; c) Un 25% de las reservas de oro del Banco de España terminaron en Francia, pero el franquismo nunca levantó la voz sobre ellas; y d) En el gobierno de Franco no hubo jamás el menor interés real en dar pasos para reclamar por vías legales unos metales preciosos que decían haber sido apropiados por la URSS sin contraprestación alguna.

La tercera parte hace un análisis de las causas de la derrota del gobierno, partiendo de unas reflexiones de Azaña. El autor apunta que los factores determinantes del resultado en la guerra fueron, por orden de importancia:
  1. La no intervención de las democracias occidentales (Francia y Reino Unido).
  2. La intervención de las dictaduras fascistas (Alemania y Francia).
  3. Disensiones y luchas internas en el lado de la República.
  4. La capacidad militar de los alzados.
En la cuarta parte el autor trata la financiación del conflicto, la valoración monetaria de la ayuda recibida por cada bando, y el pago de la deuda contraída por el bando ganador. Sobre lo primero el autor destaca que la República afrontó grandes dificultades para recibir préstamos en los mercados financieros, y que por ello no le quedó otro remedio que vender las reservas de oro. La cuantificación de la ayuda revela que el endeudamiento de los alzados era bastante más elevado que el de la República. También se cuestiona la valoración de la ayuda soviética a la República que dice que los precios cargados por Stalin por el material entregado eran demasiado elevados. En cuanto al pago de deuda, el régimen franquista tuvo suerte. Con los italianos lograron una quita de deuda y pagar el resto en liras devaluadas. Los alemanes fueron más duros, pero la caída del régimen nazi eximió a Franco del pago de buena parte de lo que debía. 

La GCE como tema es bastante complicada. Parece cierto que, como dice Ángel Viñas en su libro, pretender ser equidistante implica inclinarse por un contendiente determinado. Yo me he mantenido durante mucho tiempo en la ignorancia sobre el asunto. En mi paso por el sistema educativo español "apenas había tiempo" para abordarlo antes de final de curso. Hasta ahora tan sólo había leído el viejo clásico de Hugh Thomas y un libro sobre la Legión Cóndor con bastantes datos y fechas pero poco análisis. Una vez comencé a leer un libro de Pío Moa, pero lo dejé porque me parecía que mantener la atención en la lectura requería que el lector tuviera una serie de ideas preconcebidas y firmemente implantadas.

Desde mi falta de conocimientos sobre la GCE, "Las armas y el oro" es un libro interesante porque su autor insiste en basar su trabajo en datos y archivos. Este es un método que aprecio bastante, y por eso mismo la segunda parte del libro me chirría algo. No es que el resto del libro parezca de alusiones personales. El autor hace ataques bastante directos a autores concretos (con nombres y apellidos). Ángel Viñas justifica estas denuncias como parte del trabajo del historiador: revelar fallos (interesados o no) en trabajos anteriores para evitar que se perpetúen.

Este libro me ha ayudado a considerar la GCE no como un conflicto independiente en sí mismo, sino como uno más de los órdagos que las potencias fascistas lanzaron a las democracias occidentales y que éstas se tragaron con patatas. En este contexto no resulta descabellado decir que la Segunda Guerra Mundial en Europa no comenzó el 1 de septiembre de 1939, sino el 18 de julio de 1936. Aún así, y como el propio Viñas apunta, es bastante dudoso que la GCE hubiera podido fusionarse plenamente con el conflicto bélico europeo inmediatamente posterior. Sencillamente, no es muy creíble que ni Hitler ni Mussolini se hubieran metido en nuevos "fregaos" sin haber resuelto antes los que ya tenían entre manos.

Mi parte favorita del libro es la tercera. Es menos densa en datos que la primera y la cuarta. No es tan personal como la segunda. Tiene un formato más próximo a la formalización y el análisis. Hubiera sido perfectamente posible situarla al final del libro. Incluso hubiera sido deseable hacerlo así. Tras terminar los análisis y reflexiones de la tercera parte, la cuarta viene de nuevo cargada de cifras y fechas y ello rompe un poco el ritmo de lectura del libro.

En lo que a la edición se refiere, creo que el libro se hubiera beneficiado - como hacen muchos libros publicados por editoriales anglosajonas - de imágenes y datos de las armas que el propio texto trata. Aunque yo si tengo conocimientos sobre el tema, la mayor parte de los lectores potenciales de la obra no están en condiciones de distinguir un CR32 de un I-15, ni de apreciar porque un T-26 es bastante superior al Mark I alemán.

En resumen. Un libro y un autor bastante interesantes y que abordan el tema de la GCE de una manera bastante sólida.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Recopilación: Club Friedrich. 2013 Entero.

Siguiendo el espíritu de la recopilación que hice con los artículos de estrategia de Friedrich. Este de ahora contiene los enlaces de todas las sesiones de dicho juego que han tenido lugar este año dentro del ámbito del Club. Sin más, siguen las sesiones de todo 2013.

No son las entradas más visitadas. Creo que son más útiles para mí y mis amigos que para nadie más, pero ya son unas cuantas con el mismo tema en común y tocaba agruparlas.

domingo, 15 de diciembre de 2013

Sesión Club Friedrich del 14 de diciembre

La sesión que iba a cerrar el año comenzó con imprevistos. Un imprevisto impidió a Ringard asistir salvo por un par de horas durante la mañana, y otro con el local nos obligo a reunirnos está vez en mi piso.

Asistieron está vez JM, Rf, Will, Flojic, y V, aparte del que suscribe, por supuesto. Montamos dos partidas, una por la mañana y otra por la tarde.

En la primera JM tomó el control de Prusia, yo el de Rusia. Flojic se quedaba con Francia, y Rf con Austria. Fue una partida muy intensa y muy bien jugada por JM, que aguantó hasta el turno 19, cuando ya le quedaban 2 turnos para terminar. Cometió algunos errores al inicio que parecía que iban a entregarle la partida a Rf. Pero JM se demostró muy hábil en ese y en otros frentes en salvar situaciones que él mismo había creado.

Comenzó asestando golpes tanto a Rusia como a Francia. En particular, trabó un combate conmigo por el cual yo cambié treinta y pico puntos en diamantes por otros tantos en corazones suyos, esperando que eso animase el frente francés. No pudo ser, porque había abandonado Sajonia y atacaba a los franceses con 2 generales prusianos, otros 2 hanoverianos, y dos trenes de suministros para cada par. Francia se mantuvo largo tiempo con tan sólo 3 objetivos conquistados.

Antes de eso había aceptado dos combates en tréboles, por los que pagó un sobrecoste de 14 puntos en ese palo pero me atizó un golpe de 7 puntos de tropa. Creo que agotó casi todos sus puntos en ese palo. En ese momento - no tengo foto - un ejército prusiano en Löbau aguardaba en tréboles a que Rf con los austríacos lo atacasen desde corazones, pero Rf no vio la oportunidad.

No le hizo falta. Sajonia fue conquistada sin oposición, y también buena parte de Silesia. Tras defender un par de turnos en diamantes en Silesia, JM pareció decidirse por el cuadrante Sudoriental de Cosel en tréboles a defender allí los dos últimos objetivos. Rf no tardó en montar una pila con 24 tropas para atacarle sucesivamente y hacerle pagar muy cara la estrategia dilatoria. Rf había metido en Silesia hasta el ejército imperial. 

Justo cuando más acorralado estaba Prusia en lo que quedaba de Silesia, JM logró montar un contraataque a la desesperada con un general que se había traído de vuelta del frente occidental. Eso contribuyo a reavivar algo la causa francesa, que estaba haciendo progresos hacía el final de la partida, pero también sirvió para pararle los pies en seco a Austria, que estuvo varios turnos sin atacar en Silesia oriental mientras resolvía las incursiones prusianas en Sajonia y Silesia occidental.

A esas alturas yo ya había retornado con los rusos a Kammin y Neumark, y conquistaba rápidamente varios objetivos hasta faltarme sólo Küstrin en corazones, que JM defendía hasta con tres piezas desde el sector de picas de Berlin. Suecia había abandonado en el turno 10.

En la foto de arriba se puede ver en la esquina inferior izquierda al prusiano acorralado. En la foto de abajo, un turno más tarde, los austríacos se repliegan para hacer frente a otras amenazas.
Tras unos turnos de tregua, Rf volvió a reconstituir su pila de 24 puntos para atacar el último objetivo que le quedaba. JM volvió a intentar a la desesperada la táctica del contraataque desde Sajonia. Agotó muchas de las cartas que le quedaban en dos batallas finales pero ya no le sirvió de nada. Su fallo estuvo tal vez al inicio, cuando apartó fuerzas del frente austríaco y Rf conquistó terreno rápidamente y con poca oposición. Tras eso, JM estuvo manteniéndose muy efectivamente en defensa pero a un coste muy alto en cartas. 

A Rf la victoria se le hubiera podido escapar por 2 turnos. Soy de la opinión que hubiera tenido menos interferencia prusiana en Silesia y hubiera podido ganar antes si hubiera empleado el ejército imperial intentado ganar la partida por conquista, lo que le habría creado más presión a JM. En lugar de eso estuvo bailando mucho de un lado a otro con algún combate ocasional.

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En la partida de la tarde Flojic y Rf cedieron mesa a Will - que se hizo con Prusia - y a V - que jugo con Francia -. JM tomo el mando de Rusia, y yo me quedé con Austria.

Will perdió con su habitual pesimismo cómico, aunque no sin antes batir otro nuevo record y aguantar 15 turnos. Desplegó su agresividad habitual con Rusia y Francia, pero esta vez se contuvo algo más y a ello debió el tener cartas con las que poder aguantar más tiempo. Intenté ganar simultáneamente con el Imperio y Austria, aprovechando que Prusia abandonó Sajonia hacía la mitad de la partida. Podía haberlo hecho perfectamente, pero lo dejé a dos turnos del final porque había salido la carta de India, y en cualquier momento la ficha amarilla hubiera cambiado de bando dejándole la victoria a V. Aún con eso mi esfuerzo sirvió para dejar tiritando la defensa prusiana en Magdeburgo tras una batalla en la que quemé todos los corazones austríacos contra los prusianos. Al final opté por ganar con los austríacos y cuando terminó la partida me encontraba a 2 turnos de la victoria tras haber barrido toda resistencia prusiana en mi camino.

No obstante, nada de eso importaba. Desde hacía varios turnos JM había conquistado todos los objetivos primarios de Suecia. Will había tenido el mismo despiste que tuve yo el mes anterior. Tras muchos turnos (tal vez unos 6) esperando que saliese la carta de evento fatídica, la carta que anunciaba la muerte de la zarina aparecía y le daba la victoria automática a JM. Dos victorias suecas en 4 partidas tendrían que servir de advertencia a aquellos que creen que con Suecia no se puede hacer nada en este juego.

domingo, 8 de diciembre de 2013

PAH

Yo ya conocía los escraches antes de que apareciesen en nuestros medios de comunicación. En una de las oficinas de la red para la que trabajo varias personas que decían ser miembros de la PAH (Plataforma de Afectados por las Hipotecas) se presentaron varias veces acompañando a uno de los clientes de dicha oficina que se hallaba en una situación límite. La situación era tensa. No creo exagerar un ápice si califico de hostigamiento las acciones de ese grupo de personas delante de, e incluso dentro de, aquella oficina. No se llego a las manos, pero al director de aquella oficina le rallaron el coche de todas formas.

Cuando contemplé en la TV la primera "visita" de la PAH a la casa de un cargo electo (en Cataluña, y la diputada estaba fuera de casa) no pude evitar establecer la relación con lo sucedido en la oficina. Lo primero que pensé era que por fin un político tenía utilidad práctica: mientras hostigaban a un político no podían estar molestando a uno de mis compañeros de profesión. También pensé que la movilización por "escrache" estaba condenada al fracaso. Por un lado no pude evitar establecer relación con lo que había sucedido en oficinas bancarias. La tensión y el hostigamiento que yo asociaba a este tipo de manifestaciones se volvería contra la propia PAH, y se verían obligados a interrumpirlas. No obstante, la forma más efectiva de acabar con los escraches era, simple y llanamente, no hacerles ni puñetero caso. Algo en lo que nuestra clase política demuestra bastante habilidad.

Los participantes de aquel primer escrache se fueron con las manos vacías por la ausencia de la diputada. Mi opinión parecía estar respaldada por los hechos.

Pero la cosa cambió. Para aquellos que están convencidos de la estupidez supina de nuestros gobernantes, la confirmación no ha llegado no tanto por la reacción de los mismos a sucesivos escraches, sino por el mero hecho de que haya habido una reacción. Si se hubieran estado calladitos, no hubiera pasado nada. Los medios se habrían volcado en otro tema nuevo, y los espectadores se hubieran olvidado. Pero no, en lugar de eso procedieron a relacionar a la PAH con ETA, en calificar de nazis a los participantes de los escraches, y en interponer pleitos. Finalmente, cuando los juzgados han desestimado por ley todas las denuncias de los políticos, estos han concluido que hay que cambiar las leyes y han aprobado la Ley de la Seguridad contra la Ciudadanía.

Mi enhorabuena a la PAH porque, a la vista de los resultados, a día de hoy constituyen la única oposición política efectiva al Gobierno que queda en este país.

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Inicialmente, mi actitud hacia la PAH era de desdén. Desde una oficina bancaria la perspectiva es que la gente entra y se pone la soga al cuello porque quiere. Este punto de vista es habitual cuando trabajas en un sector. Cuando he hablado con amigos que trabajan dentro del sector de telefonía - que junto con la banca es el sector que más demandas acumula - ellos están convencidos que los clientes se dejan llevar por la estupidez en sus relaciones con la compañía telefónica. Así que, desde este punto de vista, los de la PAH son una panda de jetas que se han metido en un follón de cojones por tontos y ahora quieren que les saquen de ahí sin pagar nada.

Aún con eso me animé a visitar la página de la PAH, ver un par de sus vídeos, y leer su manifiesto. Os animo a hacer esto último.

El tono general del manifiesto es de denuncia contra bancos, administraciones públicas, y un Gobierno que no hace nada para resolver los problemas de los afectados. Recalcan, no obstante, que no se han negado de plano a pagar sus hipotecas. Lo han hecho mientras les ha sido posible. Cuando ya no les ha sido posible, han intentado negociar con las entidades acreedoras y éstas han endurecido las condiciones de los préstamos o han recurrido al desahucio. Es de destacar que no niegan su parte de responsabilidad en lo que ha sucedido. Eso refleja un valor del que carecen tanto los partidos políticos como las entidades bancarias, y constituye la base sobre la cual encontrar una salida al problema.

Acto seguido plantean algunas soluciones, que paso a comentar:

- Parar los desahucios. Esta planteado, según entiendo, como un remedo a corto plazo hasta que se haya encontrado una solución definitiva. En mi experiencia personal los clientes apurados lo que entienden es "si no me van a desahuciar, ¿para qué voy a pagar?". Es decir, como paso para renunciar a toda responsabilidad.

- Regular la dación en pago. Desde este blog ya he comentado dos veces lo mal que me parece está idea, así que no voy a insistir en las razones. Si la población desea dación en pago, pues se aprueba la dación en pago. Pero para que se pueda discutir este punto de manera razonable hay que entender bien todas las implicaciones de la dación en pago. 
  1. La dación en pago supone mayor riesgo para el banco, que lo traslada en mayor tipo de interés al prestatario. Es decir, dación en pago = + riesgo = + interés.
  2. No tiene sentido hacer de la dación en pago algo opcional en las hipotecas que se contraten. Nadie acepta voluntariamente un tipo de interés más elevado para cubrirse del riesgo de embargo, sencillamente porque todos aquellos medianamente cuerdos contratan hipotecas en la firme creencia de que van a poder pagarlas. Si no fuera así, sencillamente no se meterían en la hipoteca. Si la dación en pago es opcional, quedaría sin efecto porque nadie escogería la opción. La dación en pago ha de ser obligatoria para todos los préstamos que se contraten.
  3. Como consecuencia de 1. y 2., es preciso entender la dación en pago como un trasvase de renta entre clases sociales. La gente que contrata una hipoteca y tiene un riesgo nulo o muy bajo de impago pagan un tipo de interés mayor para que los que tienen un riesgo mayor - que también pagan el interés elevado - sean los principales beneficiarios. El efecto es muy parecido al que ha tenido la introducción del IRPF en nuestro país, e incluso se puede ver la dación en pago como una forma de impuesto redistributivo. 
Conversión del parque de viviendas hipotecadas de primera residencia en parque público de alquiler social. Esto requiere forzar a las entidades a "asumir los precios reales de las viviendas" para que el Estado las compre y cree con ellas una bolsa de alquiler social. Esto me trae a la memoria a Irlanda, cuyo gobierno comenzó a recomprar viviendas de los bancos a precios inferiores a los que figuraban en los balances. Esto provoco que la valoración de los activos en inmuebles de los bancos irlandeses cayese, y al final el Estado irlandés, como garante último del sistema bancario nacional, se vio obligado a pedir un rescate de la UE en toda regla. Irlanda tiene 4 millones y medio de habitantes, la población de España es 10 veces mayor. Con esto quiero decir que, aunque la medida me parece buena, posiblemente este no sea el mejor momento para ponerla en práctica.

- Realización de una Auditoría social sobre el funcionamiento del mercado hipotecario. Coincido que es algo muy deseable, pero me temo que no va a salir adelante mientras gobiernen los que gobiernan. Cualquier auditoría que comienza por el mercado hipotecario termina llegando a la clase política, y eso es algo que no van a permitir. 

- Establecer por ley que el pago de la cuota mensual hipotecaria en ningún caso sea superior al 30% de los ingresos de la persona o unidad familiar, a un plazo máximo de 20 años. De todas las propuestas, esta es la más concisa, la que considero más útil para evitar desmanes en el mercado hipotecario, y la más aplicable. También es la que, en mi opinión, le da más legitimidad a la PAH y sus pretensiones por lo que implica: los propios afectados están dispuestos a ponerse límites y ceder parte de su propia libertad no para solucionar lo que ya ha sucedido, sino para que no vuelva a suceder jamás.

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Todo el asunto de la PAH, los embargos, los escraches, las hipotecas, y la Ley de Seguridad contra la Ciudadanía me ha llevado a reflexionar sobre la libertad. La Libertad - no confundir con las libertades - es el fondo de todo, en mi opinión.

Los propios integrantes de la plataforma solicitan el amparo e intervención del Estado, para lo cual están bastante dispuestos a sacrificar parte de su libertad. Específicamente, aquella parte que permite meterte en una hipoteca de alto importe y plazo infinito.

Los bancos también perderían libertad. La libertad de dar esas hipotecas de importe elevado y 50 años de plazo. Leer acerca de la PAH y enterarme mejor de sus reivindicaciones me ha servido para replantearme el papel de la banca en todo lo sucedido. Ya no puedo decir que toda la culpa recae sobre los clientes. Aunque creo poder decir "yo no he sido" con bastantes argumentos, si reflexiono bien sobre el tema, me he encontrado casos de compañeros de profesión que no han obrado correctamente.

Para que una hipoteca impagable no se conceda tan sólo hace falta el desacuerdo de una de las partes. Dando por sentado el acuerdo del cliente, la responsabilidad recae entonces en el banco. Esta responsabilidad, aceptando un margen para el error humano, recae en primer lugar sobre los propios empleados de la oficina y el director de la misma.

Claro, que entonces recuerdo lo que una compañera me dijo una vez. "Pero es que si no les doy la hipoteca yo, se van por la puerta y se la va a dar otro". Y es cierto. Si uno no conseguía hipoteca en un banco, lo único que tenía que hacer era visitar una entidad tras otra hasta que una finalmente le dijese que sí. Eventualmente, las condiciones de la hipoteca en cuestión podían ser draconianas. Aval de padres y abuelos, tipo de interés que se disparaba a los dos años, comisiones de cancelación prohibitivas... todo legal. Para el empleado de banca, denegar la hipoteca no cambiaba nada de la situación general.

Y entonces vuelvo a pensar que la responsabilidad última recae en el cliente. 

Sin embargo, determinar el culpable de todo no es el objeto final de la reflexión. En algunos casos el cliente habrá sido más irresponsable, en otras ocasiones habrá sido el banco. La situación presente es la suma de lo primero y lo segundo. Evitar la situación requiere prohibir por ley a ambas partes el repetir las decisiones que llevaron a dicha situación. En definitiva, se trata de restringir su libertad.


Lo llamativo es que son los propios afectados los que piden que se restrinja su libertad. A mí me choca mucho esto. Personalmente, soy muy reacio a ver restringida cualquiera de mis libertades. Esto es así porque me considero plenamente capacitado para el ejercicio de las mismas. No obstante, soy capaz de concebir que si - por la razón que fuera - no estuviera capacitado para ejercer mi libertad de manera plena, dicha libertad fuese limitada para impedir hacerme daño a mi mismo o a otros.

Y es que considero que esto es lo que hay detrás de la petición de intervención estatal e imposición de restricciones. Es un reconocimiento de que no se está en condiciones para ejercer la libertad de manera plena.

Nuestra Constitución de 1978 nos dotó de un nivel de Libertad sin precedentes - salvo tal vez durante la Segunda República - en la historia de nuestro país. Es cierto que está plagada de defectos, y que la Libertad de la que gozamos ha sido más bien económica que política. Pero no se puede negar que esa Libertad ha estado allí. El país que ahora tenemos ha sido el resultado de las decisiones que todos hemos tomado con esa Libertad. Ya sea asumir una hipoteca draconiana, o concederla para poder llegar otro año a objetivos, o votar una lista de imputados por corrupción, la situación que ha resultado después de 30 años de relativa Libertad es consecuencia de nuestras decisiones. Y si la situación a la que hemos llegado no nos gusta, entonces tal vez hemos de plantearnos en que medida hemos sido nosotros los que hemos fallado. 

Según una frase atribuida a Manuel Azaña, "la libertad no hace ni más ni menos felices a los hombres; los hace, sencillamente, hombres".

Cabe preguntarse entonces si los españoles hemos fallado en ser hombres.