viernes, 12 de marzo de 2010

Vida y muerte de un foro

En esta semana, en un rato libre que tenía, me metí en la página web del foro de club de juegos Alderaan.

Bueno, no me metí. Lo intenté. La página ha sido cerrada, y dan la opción de reabrirla por 5 euros.

No voy a decir que me extraña, y en cuanto os termine de contar la vida y muerte de este foro (que no del club, espero) muchos de vosotros comprenderéis por qué.

El Club de Juegos Alderaan surgió al mismo tiempo que una tienda de juegos en Majadahonda. Del nombre de la tienda no consigo acordarme ahora, pero si que recuerdo que su dueño le había puesto el mismo nombre que su personaje de aventuras de rol favorito: un enano un tanto borracho, tal vez.

El dueño había dejado una carrera de empleos de informático y se había dedicado a montar la tienda. Lo hacía realmente por placer. No creo que pretendiese montar un imperio consistente en una cadena de tiendas, ni obtener beneficios multimillonarios. Con tener suficientes ingresos como para mantenerse él y la que muy pronto iba a ser su esposa le bastaba. Montar la tienda era un sueño. Ahora era realidad.

En esta tienda recién abierta te podías encontrar lo típico de estas pequeñas tiendas locales: Cómics, algunas miniaturas, accesorios (dados, pantallas de DJ, etc.), una colección de juegos de mesa y guerra ni demasiado escasa ni demasiado imponente, manuales de Role-Playing y cartas, varios tomos de cartas de Magic. Y una cosa importante - aunque también usual - había varias mesas grandes y unas bastantes sillas.

Los que habéis visto tiendas de este tipo antes sabréis que los juegos de cartas coleccionables en general, y Magic en particular, se convierten fácilmente en la principal fuente de ingresos del negocio. Así fue el caso con esta tienda también. Se acabo llenando de putos críos de entre 7 y 14 años que pasaban las horas en la tienda jugando, correteando de silla en silla, y pidiendo una y otra vez los tomos para mirar y remirar las cartas que se iban a comprar cuando consiguieran ordeñar un poco más de dinero de sus padres.

Sin embargo, la tienda no se convirtió inmediatamente en una guardería. Tardó algo de tiempo. En ese intervalo se instaló allí un grupo de jugadores aficionados a los juegos de mesa. Sus intereses abarcaban un poco todos los campos, desde el wargame de hex&counter hasta el ameritrash, pero sobre todo eran grandes fans de los eurojuegos. No se muy bien como llegaron a parar a la tienda, pero llegaron a algún tipo de acuerdo para que el local estuviera disponible para ellos los domingos. Como contraparte, me informaron más tarde, ellos se comprometían a hacer todas sus compras de juegos a través de la tienda.

Yo desconocía estos detalles cuando llegué por allí un domingo, informado por un amigo que abrían también ese día. A mí me venía de perlas porque, de otra forma, el domingo no encontraba lugar para jugar. De esta forma era otro día más a aprovechar. Yo no llegué a ningún acuerdo con la tienda, aunque les compre varios juegos. Pronto me asocié a estos jugadores y me uní a sus partidas. Me conocían como "el de los wargames", pero encontré pocos voluntarios para los juegos de guerra y me amoldé a las circunstancias: jugué a eurojuegos.

Todo iba bien. Mas, como algunos ya habréis sospechado, pronto surgieron las desavenencias entre la tienda y los jugadores. Por un lado la llegada de críos jugadores de Magic fué desplazando a los eurojugadores como clientes y ocupantes de espacio del local, incluso durante los domingos que habían sido una conquista original de los eurojugadores. Por esta época, el personal de la tienda y su dueño habían puesto en marcha un foro moderado por ellos, para uso y disfrute de los parroquianos de la tienda. Leí algunas críticas por la ocupación de los críos "magiqueros", pero no les encontré ningún sentido. Aquello era una tienda, y como tal necesitaba de ingresos para sobrevivir. Lo lógico era que dedicase más esfuerzo hacía los clientes más rentables.

Otra razón para el desacuerdo se encontraba en el pacto de compra. No se sostuvó. El grupo de jugadores, a estas alturas tan estable como para considerarse un club, estaba compuesto mayormente por personas jovénes-adultas con ingresos constantes, parte de los cuales podían dedicar a vicios tales como los juegos. Este era el objetivo de la tienda, pero con lo que no contaban era con que estos clientes no eran niños. Hacían amplio uso de internet, y por foros y páginas se enteraban de las últimas novedades en juegos que, naturalmente, ellos deseaban adquirir cuanto antes. Esta presión de la demanda era algo díficil de mantener por una pequeña tienda que - no nos engañemos - se encontraba el el extremo final de toda la cadena de distribución de estos y otros artículos. Los jugadores comenzaron a aparecer por la tienda con juegos nuevos que habían comprado por internet, a un precio igual o casi igual al que la tienda pudiera ofrecer, y con semanas de antelación a lo que la tienda podía conseguir.

Los de la tienda acusaron a los jugadores de incumplir el acuerdo. Razón tenían. Pero era un acuerdo imposible de sostener desde el comienzo.

Los jugadores fueron abandonando la tienda. Los críos se quedaron en ella. Y ésta echo el cierre definitivo varios meses más tarde. Las razones para el cierre son varias. Algunas las habréis entrevisto en lo que he contado, otras las supondréis, y otras las tendré que contar alguna vez en un post sobre tiendas de este tipo, porque ya es la segunda que veo cerrarse y la historia en ambos casos resultó ser curiosamente parecida.

Perdí de vista durante una temporada a este grupo de jugadores. Una tarde de verano, mientras accedía a mi correo electrónico, uno de ellos se comunicó conmigo por mensajería instantánea. Me dió la dirección de un foro, el del Club Alderaan de Juegos, que era el que este grupo utilizaba para quedar, discutir, y mantener su identidad de grupo en general. Quedé con ellos un par de veces aquel verano, jugando en casas de miembros del club. No me mezclé más porque en aquel momento ya tenía montado mi propio grupo estable de jugadores y en verano montaba regularmente partidas de aquello que me gusta en la casa de mis padres, ausentes por vacaciones.

Mis padres volvieron de vacaciones y me tuvé que buscar otro sitio para jugar. Frecuenté de nuevo las compañías del Club Alderaan desde el Otoño hasta la Primavera. Los resultados fueron un poco de todo. Eran gente muy animada y agradable, pero mis intentos de compartir mis gustos de juego encontraron poco eco. Preferían seguir con sus partidas de eurojuegos que les exigían poco tiempo, y poca complejidad de reglas.

El lugar de reunión para el Club era el bar de la urbanización de uno de los miembros, en Majadahonda. Era un bar de lo más corriente, y allí no pintabamos nada, pues el bar - lo mismo que la tienda antes - vivía de las consumiciones que hicieran los clientes. Nosotros no consumíamos casi nada, y nos tirabamos la tarde entera (hasta 5 horas) allí. Estabamos desplazando a la clientela normal del lugar, y yo no me sentía a gusto en aquel sitio. Algunas partidas se montaron también en casa de alguno de los miembros, entre ellas una de Twilight Imperium que recuerdo de forma bastante grata.

Los miembros quedabamos (yo estaba incluido en el Club) a través del foro del mismo. Este había encontrado su origen en el foro de la tienda y cuando las desavenencias con esta crecieron y los jugadores se marcharon, montaron otro blog aparte. En el período del que hablo, desde otoño de 2008 a primavera de 2009, el foro y el Club estaban en plena ebullición. La mayor parte de los miembros vivíamos en Majadahonda y alrededores, aunque también llegó a haber algunos que venían de más lejos. Las sesiones se celebraban no solo los fines de semana, sino también en días laborables. Llegó a haber unas 19 ó 20 personas dadas de alta en el foro.

En cuanto llegó el verano y mis padres volvieron a irse, yo volví a dejar de lado el Club. Yo estaba dispuesto a amoldarme a sus gustos y jugar a eurojuegos y dí pasos en ese sentido. Ellos en cambio no parecían estar dispuestos a hacer ningún compromiso para probar nada de lo que les ofreciese, ni una partida de Civilization ni de Junta, que son juegos multijugador y que no son wargames estrictamente hablando. Yo no necesitaba a gente así, tenía un grupo de gente dispuesta a probar cosas nuevas (entre ellos dos que conocí a través del Club) y varias casas, entre ellas la de mis padres, para montar todas las partidas que quisieramos.

Aún así, regularmente visitaba el foro para saber que era de ellos. En Agosto de 2009 me encontré una sorpresa. Había un sub-foro con el nombre de "Private Sessions". Cuando leí las primeras entradas se me hizó patente que yo no debería estar viendo aquello. Era un foro dentro del foro, reservado para que 5 ó 6 miembros del club quedasen para montar sus partidas. Que yo fuera capaz de acceder se debía sólo al descuido del administrador.

No voy a negar que me enfadé al ver aquello. No es que me sintiese ofendido por no formar parte de aquel "selecto" grupo. Jugaban a cosas que yo ya había superado. Lo que de verdad me molestaba era la tremenda y gratuita estúpidez de lo que acababan de hacer. Lo absurdo de montar semejante sub-foro se hizó patente desde su mismo inicio, ya que uno de los participantes señalo que el foro habitual para montar sesiones estaba ya casi desierto, y que por ello era rídiculo encima de eso montar otro que lo vaciase aún más. Un par de semanas más tarde, uno de los "selectos" del Private Sessions solicitaba en un post a sus elitistas amigos que alguien postease algo en el foro porque casi no había entradas. A Private Sessions no le fue mucho mejor. Se abrió a mediados o finales de Julio, y el último post que yo recuerde se vió en Septiembre.

Y es que en el verano de 2009 el Club estaba muriendose, y eso se notaba en el foro. Aparte de un "núcleo duro" de unas 5 personas que estaban allí desde el inicio, el resto de los que asomamos por ahí teníamos otras experiencias de juego que teníamos intención de compartir. Ya he contado el éxito que yo tuve, y a los demás ocasionales no creo que les fuera mejor. La apertura de Private Sessions no hizo sino subrayar la cerrazón mental y endogamia de sus miembros. Tanto yo como los demás nuevos veníamos de fuera, conocíamos otra gente, y podíamos montar sin problemas las partidas que quisieramos sin tener por qué doblegarnos a los gustos inalterables de los "Privates". Por desgracia para el Club Alderaan, los Privates no parecieron darse cuenta de esto.

En otoño hice un intento más de jugar en el bar de la urbanización, lugar de reunión habitual del Club. Fuimos expulsados de manera bastante diplomática al hallar todas las mesas del local con cubierto puesto encima. Imagino que de tanto ver partidas de juegos de estrategia al dueño se le había pegado algo. Ese domingo por la tarde me llevé a los otros tres que habían quedado conmigo a mi casa a jugar (al Titan) y no he vuelto a aparecer por ese local que nunca fue lugar de reunión para nosotros.

Tras esto, fuí invitado a una partida de Conquest of the Empire sobre la que ya he dado mi opinión. También jugué una partida de 1960 que fue inspiración de otro post.

En el foro cada vez aparecían menos mensajes, y los que aparecían eran siempre de los mismas dos o tres personas. Yo me limitaba a mirar sin participar. Nada de lo que aparecía por ahí me interesaba. Y así, hasta que esta semana he constatado finalmente la muerte definitiva del foro del Club Alderaan.

Al comienzo de esta entrada deseaba que esto no fuera también la muerte del Club mismo. No guardo ningún rencor personal contra ninguno de sus miembros, ni siquiera contra los Privates. Confió, y estoy seguro, de que todos ellos seguirán jugando, aunque sea cada uno por su cuenta. La razón principal por la que he contado esta historia es por las lecciones que de la misma pueden extraerse.

Llegados a este punto, yo debería terminar aquí esta entrada y dejar que el lector extrajera sus propias conclusiones. Lamentablemente, la capacidad de análisis de texto de la mayor parte de mi generación y las que le siguen está seriamente dañada por la televisión, las reformas educativas, y el consumo de sustancias diversas. Para que estos chicos no se queden sin postre cierro este post con unas cuantas conclusiones de mi propia cosecha.

La primera se la dedico a las tiendas y comercios. Llegar a acuerdos desventajosos para una de las partes y esperar que el dicho acuerdo se respete por el "honor de la palabra dada" es absurdo. Además, quién recurre en estos casos al honor - normalmente la parte beneficiada del acuerdo - está cometiendo una injusticia con la parte perjudicada que es, contradictoriamente, bastante deshonrosa en sí misma.

Ya llevo conocidos varios grupos que comenzaron juntandose en un local dedicado principalmente a la obtención de beneficios mediante otra actividad, de la que las partidas solo eran parte, o no eran parte pero eran toleradas de todas formas. Las reuniones en tales sitios tienen los dias contados siempre. Y lo recomendable es ir buscando otro lugar de reunión cuanto antes. Lo mismo puede ser otro local alquilado a tal efecto como una red de "pisos francos". Las casas de cada uno de los miembros del grupo, vamos. De no hacerlo, un día puedes llegar y encontrarte que no puedes llevar a cabo tu actividad, y si no hay costumbre de quedar en otros sitios esto bien puede llegar a ser el final de grupo, club, o lo que sea.

Cuando se quiere invitar a gente nueva a un grupo, y se pretende ampliar este hasta formar un auténtico club, es primordial que los que ya forman parte del grupo - el "núcleo duro", o los fundadores - se planteen cual es su propia disposición y lo que pretenden conseguir. La gente nueva que va a venir tiene sus propias costumbres y gustos, y se merecen que se les de una oportunidad. De otra forma, lo normal es que se desanimen y dejen de venir. Y es que el objeto de la formación de un club ha de ser el enriquecimiento de las experiencias mutuas de sus socios. El club ha de ser una entidad dinámica, siempre en constante desarrollo. Si alguien desea hacer siempre lo mismo, lo mejor que puede hacer es quedarse con su peña de amigos de siempre (la entidad estática), y no molestarnos a los demás con falsas promesas de "algún día quedaremos para jugar a tu juego".

Después de todo, no me puedo quejar. A través del Club Alderaan conocí a Ringard y a C_M, también dos disidentes como yo. Cada uno está integrado en el grupo de juego del otro y quedamos con cierta regularidad. En el foro del club postee además mis primeras reseñas de juegos, que me motivaron a escribir mi propio blog de juegos, que ahora estás leyendo. ¿Qué más puedo decir?. Abrete a nuevas opciones, ¡arriesgate!, y no te encierres en el callejón sin salida de las Private Sessions del Club Alderaan.

2 comentarios:

  1. Hola Joselito!

    Muy chulo tu blog, y, por supuesto, esta entrada también :-)

    Por desgracia el host del foro decide cobrar 5€ y la verdad, para el uso que le dábamos, no merece la pena.

    Ahora apenas jugamos (muy muy muy poco), están casi todos ennoviados. Ya sabes que yo tengo un pequeño wargamer en mi interior y que de vez en cuando me encantará echarme una partida contigo ;-)

    (Lo del foro de Alderaan es más complicado de lo que parece. Ya te contaré).

    Luisismo

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  2. Hola, Luis,

    Encantado de que te guste tanto el blog como la entrada.

    Si yo también estuviera enoviado, seguramente no "perdería" tanto tiempo con juegos. Es bueno tener una pareja.

    Que quieras jugar a wargames es normal. Varias veces he posteado que la evolución natural de un jugador, en mi opinión, empieza por los eurogames, pero deriva inevitablemente a los juegos de guerra.

    Puedo haber sido un poco duro con el club en mi post. Y ciertamente mi punto de vista no es el único valido. Pero siento que he malgastado parte de mi tiempo con gente que realmente no tenía los mismos gustos que yo. No tengo ninguna intención de imponer mis gustos sobre otros, ni tampoco creo que mis gustos sean superiores a los de otros. Pero me comí mi ración de frustración.

    Ahora es todo agua pasada. Quisiera volver a encontrarme contigo... en una mesa de juego. Montamos partidas bastante regularmente, cuando quieras apuntarte, tan solo tienes que preguntar a que vamos a jugar.

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