martes, 11 de noviembre de 2014

Club Friedrich. Sesión del 8 de noviembre

El pasado 8 de noviembre nos reunimos una vez más los adeptos de siempre para una nueva sesión de nuestro club de Friedrich. Ya desde el mes anterior - cuya sesión no he recogido aquí, mucha saturación inmediatamente después de Berlin - tenemos fijado como día de reunión el segundo sábado de cada mes. 

Seguimos quedando en el Polideportivo de Galapagar, aunque en esta ocasión nos cambiamos de sala. No sé si el cambio será permanente. Lo digo más que nada para los que van regularmente, por si al venir se encuentran cerrada la sala de siempre.

En esta ocasión participamos cinco personas, y pudimos disputar una partida por la mañana y otra por la tarde. Nuestro anfitrión Ringard se quedó como espectador en la partida de la mañana, en la cual yo participé como Francia, Flojich como Prusia, JM como Rusia, y V. como Austria.

Flojich llevaba varios meses sin jugar, al menos contra veteranos. Inicialmente se mostró posicionalmente agresivo, sobre todo con Austria, aunque sin llegar a gastar cartas. No le hacía falta. Con cierto fastidio yo y JM veíamos como los generales austríacos se replegaban hacía el interior de su territorio de tal manera que lo único que impedía moverlos más en esa dirección era el final del propio tablero. El aliado principal tardaba en desencadenar un ataque en condiciones y ello parecía otorgarle una victoria fácil a Prusia.

El ataque austríaco, no obstante, llegó al final. Atacando simultáneamente en Sajonia con una torre de 3 generales y en Silesia con una de dos, V. logró expulsar de la primera región a los prusianos que allí había. La defensa de Silesia, en cambio, aguantaba con firmeza. Entretanto, también sucedían combates contra Rusia. JM atacaba a la vez en tréboles tanto en Kammin como en Prusia Oriental. Decidió llevar cada combate hasta el final en lugar de jugar al desgaste con ataques repetidos turno a turno aceptando 3-4 bajas en cada ocasión, y como consecuencia de ello tres generales rusos fueron volatilizados a lo largo de 3 turnos con un total de unas 10 tropas aproximadamente.
En primer plano se adivinan mis problemas con el suministro de Francia. Más al este Austria se aproxima a Sajonia con un efectivo triplete de generales montados en una única torre. 2 generales rusos reaparecen en Varsovia con uniformes nuevos, dispuestos a no dejarse liquidar de nuevo. Más allá del tablero podemos ver el cordial saludo de Flojich a los lectores de este blog. Repetid comigo: ¡Nosotros también te queremos Flojich!

Ya lo he dicho más de una vez. Sin ayuda y con un Prusiano sin dificultades el jugador francés lo tiene casi imposible. No recibí ayuda alguna de un austríaco demasiado ocupado salvando sus propios muebles. Pero tampoco fui capaz de causar demasiados problemas a Flojich. Mi mayor éxito fueron dos victorias sobre Hannover que causaron muchas bajas en puntos y evitar que un general azulclaro se me colase hacía el sur y me la liase gorda. Pero eso lo hice a costa de exponer innecesariamente mis trenes de suministros, y sufriendo que Flojich emplease hábilmente el tren hannoveriano para impedir que el mío avanzase más al norte. La partida termino para Francia en el turno 14 con tan sólo la mitad de sus objetivos tomados. Si no pude avanzar de manera más agresiva fue por los mencionados problemas con los suministros.

Ya antes de la rendición francesa había abandonado Suecia en el turno 6. El cambio en el gobierno británico con Lord Bute en el turno 7 nos dio ánimos a los aliados. El abandono temprano de Sajonia permitía al Imperio hacerse con la mayor parte de sus objetivos, de manera que cuando me hice con el control de la pieza amarilla en el turno 15 me quedaba por tomar Torgau. Pero a Flojich no le faltaban recursos ni habilidad para detenerme, pues apenas había podido hacerle gastar corazones contra Francia.

Los rusos terminaban limpiando Prusia Oriental y retornaban con fuerza. JM hizo otro intento a todo o nada cercando al general prusiano nº 7 en Kammin a tres bandas. Los intentos de cerco son arriesgados, y JM lo pago con una triple derrota, muchas bajas, un general volatilizado, y otro de vacaciones en Polonia.
JM y sus rusos dan el todo por el todo en este triple cerco que acabo como el rosario de la aurora.
Ello no impidió que se metiese en problemas en otras partes contra una renacida Austria, aceptando combates contra V. que le costaban muchas cartas. Por esta sobreconfianza y por un despiste que permitió que un general en Silesia quedase cercado por dos austríacos acabó perdiendo la partida en el turno 18. Justo al final del cual la zarina pasaba a mejor vida, con lo que la partida estuvo a punto de terminar en victoria prusiana.

¡Tercera victoria consecutiva para V. en nuestras partidas!. Lo cierto es que no juega bien pero está consiguiendo ganar siempre. ¿Será por exceso de confianza de sus adversarios?. Sin restarle mérito, las últimas tres partidas ha tenido ayuda de otro aliado o ha sido el mayor beneficiario de errores prusianos.

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V. nos dejo por la tarde, y ello permitió a Ringard calentar el asiento prusiano. A mi me toco jugar con Rusia y sus habituales dudas acerca de la salud de la zarina. Mientras que Flojich y JM tomaban el control de Austria y Francia, respectivamente.

La partida vespertina podría haber sido muy diferente si yo no hubiese cometido un error fatal allí por el turno 8 ó 9. Había salido el evento que hace que los generales rusos que están a 5-6 espacios de su tren se quedan automáticamente sin suministros. Es un evento que no tiene consecuencias reales la mayor parte de las veces, y esta era una de ellas. Le tuve que dar la vuelta a 2 generales míos en Kammin, pero podía restablecerlo sin problema acercando un poco más los suministros.

Así que me puse a mover ese turno, a comprar refuerzos para un ataque, y a destapar las cajitas de los generales para declarar ese ataque. ¿Y los trenes de suministros?. ¡Ay! ¡Se me había olvidado moverlos!. El ataque le costo a Ringard otra carta de tréboles, pero dos generales con 13 tropas se volatilizaron tras la inmediata y económica retirada prusiana de vigor. Para añadir sal a la herida, 5 de esas 13 bajas las había acabado de comprar precisamente para reforzar el ataque. Lo peor realmente no fue esto, sino que tarde muchos turnos en retornar a esa zona del tablero a ejercer presión sobre Prusia.

Antes de eso, Ringard había sacado provecho del descuido de otro jugador. En una jugada ya clásica en él, concentró a los dos generales hannoverianos en Herford en el turno 2 para atacar a los franceses #1 y #3 que habían avanzado 4 espacios hasta Bielefeld. Las tropas se desplegaron. 12 hannoverianos contra 16 franceses. Ringard juega un 13 de corazones y, como ninguna de las 3 primeras cartas francesas era de corazones, JM tuvo que comerse una retirada de 9 espacios y 9 puntos de pérdidas prácticamente nada más comenzar.

A Austria tampoco le fue demasiado bien en esta partida. Me pareció que se hacía notar la falta de práctica reciente de Flojich. Lo primero que hicieron los austríacos fue desplegar una torre de 3 generales cerca de Silesia. El problema es que lo hizo tan deprisa que para ello los generales tuvieron que concentrarse en terreno austríaco y retardar su avance. Ello permitió a Ringard desplazar un general de Silesia a Sajonia bastante pronto, lo que revelaba (al menos a mí) que había decidido establecer su defensa allí. El general prusiano que se mantuvo en Silesia todavía pudo mantener entretenidos a 3 austríacos durante varios turnos antes de ser finalmente cazado. Para entonces sucesivos turnos de robar 7 cartas - y la aparición de la carta América en el turno 6 - habían dotado a la defensa prusiana en Sajonia de una sólida base de cartas en diamantes.
Final del turno 1. Austria ya tiene montada su torre triple de generales, pero a 6 espacios del prusiano más cercano no constituye una amenaza muy urgente. Al fondo se ve como los franceses han avanzado todo lo posible hasta Bielefeld.
Final del turno 2. Al fondo los franceses han experimentado un retroceso espectacular. En Silesia los prusianos no se han visto en la necesidad de cambiar sus posiciones.

Antes de mi descalabro no me iba mal del todo. En el área de Kammin me encontraba un débil prusiano con 4 tropas y procedía a atacarle repetidas veces en superioridad para desgastarle las cartas de tréboles, hasta que sobrevino el desastre que ya he relatado. En Prusia Oriental Ringard optaba por mantener al prusiano #8 sobre el tablero aceptando combates con una pequeña inferioridad (3-4 puntos) en picas. Yo también acepté estos combates porque se trataba de desgastarle cartas al prusiano como fuera. Ringard no aceptó tirar la toalla hasta el turno 9 ó 10. Suecia había abandonado la partida en el turno 7.

Después de eso llegó mi retorno a Kammin, primero con 2 generales, a los que al final se estaba uniendo un 3º que no llegó a entrar en acción cuando la zarina falleció al final del turno 16. Continué mis ataques consecutivos en tréboles y, a pesar de que Ringard había estado robando 7 cartas hasta la aparición de Poemas en el turno 13, conseguí limpiarle sus tréboles y comenzó a gastarse reservas para mantenerse contra mí. Durante todos estos ataques, ¡más de una vez no me quedaban en la mano más que una o dos cartas en tréboles y ninguna reserva!. Si bien no conseguí llevarme la victoria, pude hacer bastante patente la efectividad de atacar de manera repetida a pesar de tener pocas cartas para poder desgastar la mano prusiana. Si no hubiera tenido el descalabro con el suministro, hubiera podido llevar a cabo ese desgaste durante más tiempo y el final de la partida hubiera podido ser muy diferente.

Flojich sufría ante un Ringard netamente superior y anclado en Sajonia con una evidente mayoría de diamantes. Haciendo uso de ambos factores nuestro prusiano logró destruir más de 20 tropas austríacas de golpe en dos ocasiones diferentes. La primera por un ataque que Flojich no debería haber iniciado, y la segunda por un último intento desesperado de decidir la partida tras la muerte de la zarina, cuando ya era evidente que nos encontrábamos en la recta final.
Tras la muerte por inanición de los rusos en Kammin, el terreno queda muy despejado para Prusia allí. En Sajonia dos torres de 3 generales austríacos y prusianos se contemplan hostilmente en incómoda cercanía. Más al fondo, Francia ha retornado al tablero y se aproxima a Magdeburgo.

Dice bastante de JM que sus franceses lograsen recuperarse de la catástrofe inicial y retornar al tablero presionando y capturando casi todos sus objetivos. Pero la nula ayuda austríaca - por estar lamiéndose sus heridas de la primera de las dos grandes tandas de pérdidas mencionadas - y un manejo de los hannoverianos muy efectivo le daban realmente muy pocas posibilidades.

Tras 21 turnos Ringard se proclamó una vez más vencedor. Había ganado otra partida en octubre, y con esta concluye una buena racha que parece no acabar. Como jugador prusiano parece estar en su cúspide, y ante él cualquier error aliado convierte su partida en un paseo triunfal.

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