martes, 12 de febrero de 2013

3 Partidas

Ya ha sido confirmada la celebración del próximo Campeonato Mundial de Friedrich en Berlin, entre el 20 y el 22 de septiembre. Naturalmente, no he tardado en inscribirme. En los 7 meses que hay hasta entonces sólo me queda prepararme de una manera: jugando partidas. 

Tras un otoño algo flojo, ahora he disputado 3 partidas en una semana, que han sido bastante entretenidas e instructivas.

I

La primera tuvo lugar el 3 de febrero por cortesía de Dariorex, quién tuvo la amabilidad de ofrecernos la hospitalidad de su casa para organizar una partida. Allí fuimos bien recibidos yo, Rf, y Ringard. Tres veteranos.

Muy a su pesar, a Rf le correspondió la responsabilidad de liderar Prusia. Ringard cogió las riendas de Rusia, y Dariorex se estrenó en su primera partida completa como Austria. Yo me hacía cargo de Francia y de manejar los mazos de cartas.

Rf realizó unos primeros turnos muy característicos. Por un lado se reveló que tenía una defensa fuerte en Prusia Oriental (5 puntos). Por otro se mostró bastante agresivo, con ataques en Prusia Oriental, Silesia, y en Sajonia contra el ejército imperial. Todos inicialmente con éxito, y que dejaban su impronta en las emociones de sus contrincantes.

Mas no tardó en tornarsele agria su agresividad. En el turno 3 ó 4 Dariorex le cercó en la frontera entre Bohemia y Silesia y le voló un ejército de 8 puntos.

En mi lado del tablero Rf mostraba únicamente esa agresividad frente al ejército imperial que, llevado por un Dariorex en su primera partida completa, fue levantado del tablero unas 4 ó 5 veces durante toda la partida. Por lo demás, Hannover se replegó hacía el oeste de Magdeburgo. Seguí con un avance metódico, procurando no dejar objetivos sin conquistar detrás mía.

El estilo agresivo no tardó en pasarle factura a Rf. Aunque rechazado en Prusia Oriental, Ringard no tardó en hacerse con los 6 objetivos rusos de Kammin-Neumark. La mano de cartas prusiana comenzaba a reducirse por el desgaste de los combates y la compra de reemplazos para todas las pérdidas sufridas. Tan sólo en Sajonia parecían dejarle tranquilo, lo cual le ayudó a reventar impunemente al imperio y a mantener 2-3 figuras prusianas en mi zona durante toda la partida.
Pinchar sobre la imagen. Hannover se ha retirado hacia territorio prusiano. Rusia ha conquistado sus 6 objetivos en la zona superior izquierda de la imagen. En Sajonia - la zona amarillo oscura del mapa - no hay ninguna pieza. Con esa libertad el prusiano puede destacar una figura a intentar cazar los trenes de suministro rojos.

Y entonces, a Rf le sonrió la suerte. La zarina pasó a mejor vida en el turno 7 y la amenaza rusa fue retirada del mapa. Ya sólo con este evento tendría que haber mejorado la situación prusiana, pero durante unos turnos Rf aceptó combates simultáneos en picas y corazones tanto contra Dariorex como contra mí. A resultas de ello su mano de cartas se redujo hasta extremos dramáticos y por unos 3-4 turnos parecía que la alianza estaba próxima a ganar de todas formas. Incluso Suecia hizo aparición en la zona de Hannover para echar una mano.

Sin embargo, la habilidad y suerte de Rf por un lado, y la falta de coordinación entre los aliados permitieron que Prusia se recuperase. Lo cual se hizo bastante visible por el engorde de su mazo de cartas. 

Dariorex se concentró de manera excesiva en la destrucción de generales prusianos y no tanto en conquistar banderas. Sin tener la presión que supone la pérdida de objetivos pudo mantener entretenido a Austria con constantes retiradas de un espacio. Con esa libertad pudo concentrar contra mí 2 generales prusianos con 15 puntos y un tren de suministros. Si a eso le añadimos los 12 puntos de las 2 piezas hannoverianas - que además fueron muy bien dirigidas y mantuvieron intacto su mazo de cartas hasta bien entrada la partida - yo no tenía nada que hacer con mis 3 figuras y 20 puntos de fuerza. Logre superar la muralla de obstáculos y plantarme dos veces en Magdeburgo, pero no tenía fuerza para conquistarla.
Pinchar sobre la imagen. Foto de un momento avanzado de la partida, con la situación típica de Austria. 4 generales blancos con casi todas las fuerza y 2 trenes de suministro en el extremo oriental de Silesia, dando caza a una solitaria pieza prusiana. Entretanto, quedan varios objetivos por conquistar en Silesia. En Sajonia (Sachsen) otra ficha prusiana campa a sus anchas sin oposición.

Francia abandono la partida al final del turno 19. El juego terminó tras agotar los 23 turnos que como máximo podía tener. A pesar de sus fallos y de la ayuda de los eventos y la inexperiencia de sus contrincantes, Rf hizo una excelente partida.

En mi juego con Francia cabe resaltar que, hacía mediados-finales de la partida Hannover tenía acumulado un respetable mazo de cartas y era un oponente problemático. Parece que la estrategia de evitar combate inicialmente con las piezas azul claro resulta bastante efectiva.

II

Las siguientes dos partidas tuvieron lugar en el marco del Club Friedrich de Galapagar, acerca de cuyas actividades ya he informado una vez en este blog. Así que nos reunimos en el Polideportivo de Galapagar en la mañana del 9 de febrero. Para la partida mañanera estábamos yo, con Rusia, Rf. con Francia, JM con Austria, y Ringard haciendo de prusiano.

Esta fue la primera partida en la que he visto a Prusia jugar la opción ofensiva, dejando de lado una carta de valor 10 o mayor para mantener abierta la conquista de banderas prusianas en territorio austríaco (en blanco). Ringard decidió dar así un manotazo en la mesa con la intención de impresionarnos, y seguramente estuviera animado a ello por la relativa inexperiencia de JM y su timidez en la apertura, que más tarde nos confeso se debía a que en sus primera 20 cartas tan sólo había una con el palo de diamantes.

Aunque la ofensiva nunca progreso mucho y se torno rápidamente en defensa, los primeros 6-7 turnos le fueron bien al prusiano. Aparte de la mencionada timidez austriaca, el despliegue francés quedaba debilitado al montar Hannover la clásica defensa en triángulo (para quienes desconozcan el término, está explicado en esta entrada). Yo por mi parte comencé de manera agresiva, sin rehuir el combate, intentando impresionar también a mi adversario.

En cambio, la pieza sueca (verde claro) si que esquivaba las atenciones de un merodeador prusiano (el general azul oscuro nº3, creo), y trazaba un amplio arco hacía el sur, tomando dos objetivos secundarios y acumulando cartas para un tiempo mejor.
Pinchar en la imagen para agrandarla. La foto esta orientada de Este (más cerca) a Oeste (al fondo). Una pieza azul claro (Hannover) está emplazada al sur y anclará allí a una pieza francesa. Estamos en el 3er turno y Austria aún permanece dentro de su territorio. Rusia, en cambio, se ha metido hasta la cocina. Suecia ha hecho lo mismo, pero para mantenerse alejado del enemigo.

Ringard no tardó en enseñarme quién era el que robaba más cartas por turno, aplicándome un correctivo - levantó una de mis piezas del mapa - y poniendo coto a mi incursión en lo profundo de su territorio.

Los encontronazos con los prusianos y el pago de cartas en reemplazos mermó mi mano de cartas. Entretanto, conseguía conquistar los 4 objetivos de Prusia Oriental - Ringard había optado por dejar allí un ejército débil con sólo 2 puntos -. Curiosamente, no liquidé al general prusiano nº8 que estaba plantado allí, sino que me contenté con dejarlo arrinconado en la esquina noreste del mapa y defender mis conquistas allí.

Sin embargo, Prusia Oriental era un pobre consuelo. Nos encontrábamos en el 5º turno y a pesar de haber sufrido bajas y tener un mazo delgado de cartas no había obtenido gran cosa a cambio. Necesitaba un cambio de planteamiento, y pronto, porque la zarina podía pasar a mejor vida en cualquier momento.

Así fue como decidí poner en práctica lo que yo mismo he aconsejado en mi propio blog y montarle una emboscada al prusiano.

Arriesgándome a quedarme sin suministros, plante mi tren (el cubo verde) a distancia del ejército defensor prusiano y sin defensa alguna. Turno 6.

 Ringard aceptó mi envite. Turno 7.

Yo le contesté atacándole en corazones. La pieza verde está invertida, mostrando que se encuentra sin suministros. Tan sólo puede aguantar un turno en esta situación. Sin embargo, yo sabía que Ringard iba a aceptar inmediatamente una derrota. Necesitaba guardar sus cartas de corazones para mantener su defensa contra Francia en ese mismo palo. Así que...

Aceptó 2 puntos de bajas, y le retiré hacía el sur. Con ello conseguí apartar esa ficha prusiana de la decisiva (para mí) zona de tréboles. Si intentaba retornar, se exponía a una batalla entre mis cartas de corazones y sus tréboles, que yo hubiera estado más que dispuesto a aceptar puesto que eso me hubiera acabado dando ventaja en este último palo.

Ese general prusiano (el nº 7) llevó a cabo una internada en Polonia que me daría problemas más tarde. Pero para reemplazarlo en su defensa contra mí Ringard tuvo que dejar sin vigilancia al sueco, que por fin comenzó a conquistar sus objetivos primarios.

Entretanto, Austria por fin se animaba y se lanzaba al ataque, logrando atacar con cierto éxito en el sector de picas de Silesia.

Finalmente, para el turno 9 logré la confluencia de 3 generales rusos y la ficha sueca en el mencionado cuadrante de tréboles, con un único general prusiano (el nº 3) haciéndoles frente. Era mucha presión, y Ringard empezó a sudar. Consiguió batirme y agotar todas mis cartas de trébol de Rusia, aunque él no lo sabía. Yo no tenía miedo. 6 de las 9 cartas de Suecia eran tréboles, y estaba bastante dispuesto a gastarlos todos si él agotaba su propia mano echando al ruso. En el turno 10 el ruso robó un 11 y un 10 de tréboles. Ringard, a su vez, cogía 4 cartas de tréboles y se decidía a atacarme para conseguir algo de tiempo y espacio para respirar. Le salió mal. En el conjunto de sus 4 cartas tenía menos puntos que yo. Su general nº3 salía del tablero y los 6 objetivos rusos de Kammin-Neumark se hallaban indefensos esperando a que los conquistara.

¿Terminó entonces la partida con una victoria rusa?. ¡No!. El general prusiano nº 7 que había sido expulsado antes reapareció en Prusia Oriental y logró arrebatarme uno de los objetivos de aquella región. Envié refuerzos para allá, claro está, pero entretanto nos enteramos del fallecimiento de la zarina al final del turno 12...

... lo cual me acabó dando la victoria igualmente, con el bando sueco. Y es que a resguardo de la aplastante victoria eslava, los escandinavos habían conquistado su 5º y último objetivo primario. La muerte de la zarina llegó justo a tiempo para darle la victoria al sueco antes de que otra ficha prusiana levantase alguno de los marcadores verdeclaros del país báltico. Sin embargo yo estoy convencido de que incluso si Ringard hubiera tenido un turno más, la victoria hubiera sido mía de todas formas, aunque con Rusia en lugar de Suecia.
Situación al final de la partida.
Una partida interesante, y breve. Jugada en poco más de 3 horas. No creo que la opción ofensiva de Prusia cambiase mucho el resultado final, porque Ringard no llevó el ataque muy lejos. Puedo decir en su defensa que en los 12 turnos no le salió ni una sola reserva en 84 cartas (!). Por mi parte, lo llamativo fue que, una vez conquisté mis 4 banderas en Prusia Oriental, permanecí a la defensiva allí y no liquidé al general prusiano nº 8 que se encontraba en el rincón noreste del mapa. Ciertamente, ello me causo problemas hacía el final de la partida, pero razone que prefería tener esa pieza allí mejor que recomprada en Berlin, cerca de donde estaban los 6 objetivos que aún tenía que tomar. Si Prusia decidía pasar a la ofensiva en Prusia Oriental, tendría que gastar muchas cartas de palos (picas, corazones, diamantes) que necesitaba urgentemente contra otros adversarios.

III

Para la partida que comenzó ese mismo día a las 4 de la tarde había 6 candidatos. Llegaron Will y C_M. Ringard y Rf se quedaron voluntariamente como observadores. Ello sirvió para que Ringard intentase enseñar el funcionamiento del juego a una panda de chavales que pasaba por allí. Naturalmente, no tuvo éxito. Aquellos críos sólo pasaban por allí para ver si conseguían sacar de quicio a algún adulto, y a pesar de todos sus intentos fueron rechazados de la manera más efectiva por Ringard: por aburrimiento. Ringard se merece mención especial por su nervio y paciencia.

Antes de ello, Ringard llevó durante el primer turno a los prusianos antes de pasar su control a C_M, quién llegaba un poco tarde. Will se hacía cargo de los rusos. JM repetía con Austria, y yo me encargaba esta vez de Francia.

C_M tuvo a bien regalarnos con la segunda opción ofensiva prusiana del día. No sólo eso. A diferencia de Ringard esa mañana, C_M se empeño en continuar el ataque contra el territorio blanco hasta las últimas consecuencias. Haciendo gala de una agresividad que he visto pocas veces sobre un tablero se metió hasta la cocina de Austria, dando lugar a una curiosa situación sobre el tablero.

Frentes invertidos en Silesia. Austria conquista territorio prusiano y Prusia conquista territorio austríaco.

Es posible que C_M se sintiese animado a la ofensiva por una derrota inicial infringida a Rusia, que la retraso muchos turnos. Por mi parte, yo aprovechaba un descuido de C_M y atacaba de manera reiterada al general hannoveriano nº 2. Fue algo arriesgado. En el primer encuentro agoté todas mis cartas de diamantes, y en el segundo todas las cartas de trébol. Pero de la partida de la semana anterior (la que abre esta entrada) había aprendido lo peligroso que era dejar que la mano de cartas de Hannover se cargase. Tuve éxito al levantar del mapa a la mencionada ficha azul claro y las 7 tropas que le daban sustancia. Y con eso me di por satisfecho.

Y es que una nueva oportunidad surgía en el horizonte para Francia. La ofensiva prusiana había obligado a Prusia a gastar varias cartas de corazones en su lucha contra Austria. Yo percibí una oportunidad en el área de corazones de Magdeburgo, donde se hallaba el objetivo francés que normalmente cuesta más conquistar, y me abalance sobre él desde el sur y desde el oeste con dos generales. Mi suposición de la debilidad prusiana en corazones estaba bien fundada y conquiste Magdeburgo y Halberstadt (banderas rojas en territorio azul oscuro de Prusia) tras liquidar a la pieza prusiana que las cubría y a alguna otra más que C_M arrojó con propósitos un poco suicidas. Al final no quedaba un sólo prusiano en toda esa zona.

Mientras tanto el futuro de mi desilusión se iba labrando poco a poco más al norte. Ya he dicho que tras una ristra de palos al hannoveriano me había dado por satisfecho. No continué atacándolos de manera agresiva, sino que me contenté con mantener protegidas mis conquistas. Craso error. Mientras le daba la paliza de su vida a los prusianos de Magdeburgo, C_M recomponía su mano de cartas con corazones y picas y plantaba las dos fichas prusianas en medio de mi despliegue.



En esta sucesión de tres imágenes tomadas en tres turnos consecutivos se puede contemplar como las fichas rojas avanzan sobre territorio prusiano al tiempo que las piezas de Hannover se plantan en el sector de picas sin impedimento alguno por mi parte.
Claro, lo suyo hubiera sido echarlos de allí. El problema es que yo apenas tenía cartas de picas, y robando 3 cartas por turno frente a 2 de mi adversario era difícil que alguna vez pudiera llegar a tener una ventaja notable en ese palo en particular. Así, durante el resto de la partida me encontré a las puertas del éxito (me faltaba por conquistar un único objetivo) y sin la llave.

La situación prusiana mejoraba cuando Rusia abandono el juego en el turno 9, justo cuando comenzaba a volver a ejercer presión. Las perspectivas se oscurecían para Francia al turno siguiente con la carta de América. Austria conseguía por fin acabar con todos los invasores prusianos en su territorio y se lanzó a la conquista de sus objetivos. Con el mazo de cartas mermado por tanto combate C_M poco podía hacer para pararle los pies. Lucho bravamente, pero JM fue arrinconándole hasta conquistar la última bandera en el turno 15 y dar fin a la partida. Fue una pena. Si hubiera podido aguantar hasta el turno 17, C_M hubiera podido ganar la partida.

Esta partida recalcó para mí lo importante que es reducir pronto a Hannover a la más mínima expresión si el jugador francés no quiere que se le convierta en una espina clavada en el flanco. Perdí la partida al desaprovechar oportunidades para atacar a Hannover en diamantes, palo que escaseaba en la mano de Hannover pero abundaba en la mía.

La partida fue bastante espectacular por el despliegue de agresividad prusiana. Pero esa agresividad le acabó costando la partida a C_M al derrochar cartas en ataques a menudo exitosos pero a la vez costosos. Sirva como ejemplo la partida que comienza esta entrada. Aquella también se caracterizaba por una muerte temprana de la zarina, lo cual en principio beneficia mucho a Prusia, pero el éxito de Rf. en aquel juego se debió a que fue un poco - y sólo un poco - más cauteloso en el gasto de sus cartas. No basta con tener suerte con las cartas de evento, también hay que tener una estrategia sólida.

Por último, en esta partida Francia conquistó pronto sus objetivos en Prusia (Magdeburgo y Halberstadt) lo cual generó una situación novedosa para nosotros: Francia defendiendo esos objetivos frente a ataques prusianos, en lugar de al revés, que suele ser lo habitual.


Tres partida que han venido muy bien a la hora de ponerme las pilas para los dos campeonatos que se van a celebrar, no sólo el Mundial de Berlin, sino también el Campeonato Abierto de Friedrich de España (CAFE) que tendrá lugar en Galapagar durante el puente de mayo, y al cuál podéis inscribiros a través de este enlace.

¡Os esperamos!

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