En mi entrada introductoria de este tema conducía al lector por algunos aspectos del enfrentamiento entre el jugador ruso/sueco contra Federico. Terminaba mi entrada anterior descartando Prusia Oriental como escenario principal de la lucha, y ello me lleva a iniciar esta continuación recordando cuál considero la parte principal del tablero en la lucha contra el ruso/sueco. Esta:
Y es por aquí donde comienzo esta entrada sobre estrategia.
Algunas de las características de este área ya las mencioné en la entrada anterior: concentración de 6 de los 10 objetivos rusos, la proximidad de Berlin, la red de carreteras que parte de la capital prusiana. Sin embargo, la más notable que se puede ver en la foto de inicio es que los cuatro palos de cartas aparecen representados en este área.
Ello da una posibilidad que no había comentado antes, pero que constituye una de las tácticas esenciales de Friedrich: la defensa en profundidad. Esta táctica consiste en defender objetivos en un sector con ejércitos situados en otro sector. Sirva de ejemplo la posición escogida por el jugador prusiano al final de uno de sus turnos en la final del 3er campeonato mundial.
Situado en medio del área de tréboles en Wangerin (fichad bien el nombre) la pieza prusiana cubre hasta 5 objetivos rusos y 2 suecos. De estos, 2 objetivos suecos se encuentran en diamantes, 2 objetivos rusos en corazones. De los 3 objetivos rusos restantes, Neu-Stettin (donde se encuentra la torre rusa en la foto) se encontraba en el mapa antiguo en picas. Sirva también esta imagen para recomendar las jugadas del 3er campeonato como una muestra ejemplar de defensa prusiana, con un despliegue de todo el repertorio de posibilidades que yo mismo sufrí en mis carnes durante el campeonato de este año.
En este caso, la defensa principal frente a Rusia y Suecia se hace desde tréboles. Y con buenos motivos, puesto que los corazones son necesarios frente a Francia en Magdeburgo, y los diamantes son esenciales para poder resistir a Austria en Sajonia y Silesia. Las picas son menos útiles, pero una defensa desde picas cubre menos objetivos, y desde 2-3 espacios de distancia, lo que puede forzar a Federico una batalla de desgaste intentando defender un último objetivo a distancia máxima bastante pronto en el juego (antes del turno 10).
Y es que, como regla general, hay que evitar desgaste excesivo de cartas contra Rusia-Suecia. La razón de ello es simplemente que pueden abandonar la partida en cualquier momento. Si para cuando lo han hecho hemos tirado un montón de cartas en defendernos de ellos, esas son cartas de menos que nos quedan para continuar la lucha contra el resto de los oponentes. Dándole la vuelta al argumento y al punto de vista se puede decir que Rusia ha de jugar de manera bastante agresiva, procurando gastar muchas cartas del prusiano en combates y reemplazos. Es posible que una carta del destino tumbe a la zarina pronto (turnos 6-10) pero si logra debilitar lo suficiente al prusiano allana la victoria del jugador ex-ruso reencarnado en Suecia o Ejército Imperial.
¿Quiere ello decir que no es viable un golpe de mano prusiano contra Rusia o Suecia?. En absoluto. Robando tan sólo una carta por turno, Suecia es especialmente vulnerable, sobre todo al inicio de la partida, a sufrir una derrota total que hace perder tiempo y cartas. Rusia, por su parte, es con seguridad más débil que Prusia porque roba 3 cartas menos por turno. No hay que negarse a un combate, únicamente hay que tener cuidado dónde y con que cartas se pelea. Diamantes y corazones nos hacen falta en otras regiones. Los tréboles pueden gastarse en esta que tratamos hoy.
A lo largo de varias partidas he visto como Prusia roba, invariablemente, más cartas de trébol que Rusia-Suecia, con lo que la defensa en este área resulta pan comido. Sin embargo, y para el caso de que no sea así, se puede recurrir a la defensa en profundidad.
Esta imagen está igualmente basada en una posición de la final del 3er campeonato. Prusia defiende desde picas 3 objetivos rusos - 2 en tréboles, 1 en corazones -. En la partida original, el jugador prusiano tomó esta posición tras haber combatido unos cuantos turnos en tréboles, lo que supuso un desgaste de este palo de cartas para el ruso. Así, el jugador prusiano podía defender gastando pocas cartas. Este tipo de defensa entre sectores es otra de las tácticas habituales del juego, y lo importante a la hora de usarla es estar seguro de que no te pueden atacar a la vez desde los dos palos (en la imagen, desde tréboles y picas a la vez).
Hasta aquí he tratado principalmente las opciones que tiene Prusia. Ya es hora de dar algo de esperanza y consejos al jugador ruso-sueco, pero antes creo que conviene recapitular los consejos, por orden de importancia, para Prusia en el "Frente Oriental":
a) Prioridad de la defensa en Kammin-Neumark antes que en Prusia Oriental.
b) Procurar economizar en cartas.
c) Si hay que gastar cartas, preferiblemente de tréboles.
d) Si se gastan tréboles, preferiblemente a costa de los tréboles en la mano rusa.
e) Una vez has gastado tanto tus tréboles como los rusos, ha llegado el momento de cambiar de palo y hacer una defensa en la que el ruso te tenga que atacar con tréboles - que ha gastado - frente a otros palos que te quedan en la mano. Así consigues b), y tan sólo necesitas esperar a que los tréboles vuelvan a tu mano.
No es, como dije en mi primera entrada sobre el "Frente Oriental", la simpleza de una Defensa en Triángulo, pero son una serie de consejos en apariencia sencillos. ¿Qué recursos tiene Rusia frente la defensa de tréboles, la defensa entre sectores, y la defensa en profundidad?.
La respuesta la encontré en mi última partida del 7º campeonato, en la cual asumí el papel de Prusia. A lo largo de varios turnos, el jugador ruso-sueco consiguió primero sacarme del sector de tréboles. Una vez fuera, le fue relativamente fácil mantenerme apartado ofreciéndome combates entre sectores en los que él hubiera gastado tréboles, pero yo hubiera gastado corazones y diamantes. Algo que me apetecía más bien poco.
¿Cómo sacar a Prusia de un sector tan obviamente vital en este escenario?. Usad vuestra imaginación. En mi caso sirvió una pequeña treta.
Rusia y Suecia se mantienen alejadas de tréboles. Sin embargo, ese tren de suministros rusos se encuentra a distancia de mi general en Wangerin...
... así que ni corto ni perezoso me lanzo a por él. Lo malo es que ese tren de suministros ruso se encontraba en corazones y a distancia de un contraataque ruso que no tardó en caer. Como no quería agotar mi mano de corazones, no tardé en aceptar una derrota y ser retirado hacía el sur, lejos de los tréboles. Observar también como el sueco ha sido situado para ofrecer combate en tréboles contra los diamantes prusianos. Como éstos me eran esenciales contra Austria, tenía muy pocas ganas de aceptar el cebo del tren de suministros verdeclaro. De haberlo hecho, incluso si hubiera ganado, habría tenido otro combate tréboles-diamantes contra el ruso en el turno siguiente. Tal como estaban las cosas, si gané la partida fue únicamente porque Austria se lo pensó mucho antes de atacarme en diamantes. Un desgaste temprano en este palo contra Rusia seguramente hubiera animado al jugador austríaco a entrar en acción antes, con fatales consecuencias para mí.
Pero lo importante de la jugada es que yo había sido apartado del sector de tréboles. La constante en los siguientes turnos...
... fue que con una combinación del uso de las fronteras entre sectores, y los trenes de suministro del sueco y del ruso, se me mantuvo alejado de ese sector hasta que...
... en defensa del último objetivo que le quedaba al ruso por conquistar (en la imagen, Pyritz), tuve que aceptar finalmente cambiar mis diamantes por tréboles rusos y suecos. En la imagen, aplasté el tren de suministros sueco y ataque a Ehrensvard. Gané de manera aplastante. El ataque ruso desde tréboles a diamantes no tardó en caer. Otra victoria sonada. Conseguí con ello una posición defensiva estable en este sector...
... que duró hasta el final de la zarina allá por el turno 14. Pero lo conseguí gastando 130 puntos de diamantes (!) que desestabilizaron mi defensa en Silesia y me expulsaron de Sajonia. Pasé unos turnos muy angustiosos defendiéndome con los tréboles en la punta sudeste de Silesia, lo cual es tema de otra entrada. Ya he dicho que logré ganar la partida, pero no pude evitar pensar que a un precio (¡130 puntos en diamantes!) y riesgos innecesarios.
De esta experiencia, se pueden extraer algunas lecciones valiosas para el jugador ruso-sueco:
a) Preferencia por Kammin-Neumark sobre Prusia Oriental. Ésta última es más fácil de reforzar. En K-N además, se pueden unir fuerzas y coordinar con los suecos (usar 5 cartas es mejor que usar 4, ¿no?).
b) Rapidez y agresividad. La vida es corta. La ruta preferible entre dos puntos es siempre la más directa. Buscar y aceptar combates siempre que...
c)... puedas mantener al menos un general en K-N. Reconstruir una fuerza y llevarla de nuevo a K-N lleva tiempo y le da un respiro al prusiano.
d) Si aceptas combates, lo recomendable es hacer gastar al prusiano palos que necesita en otros frentes - diamantes y corazones -. O pierde las ganas enseguida, o enseguida tendrá problemas en esos otros frentes. Si actúas así, las acciones de tus aliados (Francia, Austria) te beneficiarán a tí.
Suecia contra el mundo.
¿Y Suecia qué?. ¿Es qué no existe?.
Con 10 objetivos a conquistar como el ruso, pero 1/4 parte de la fuerza en tropas y cartas del bando verde oscuro, el bando sueco parece estar en el juego como adorno más que otra cosa.
Creo, no obstante, que con esta forma de pensar el jugador ruso-sueco utiliza únicamente 4/5 de todo su potencial, y ese 1/5 que no utiliza (el quinto sueco) puede ser al final la diferencia entre la victoria y la derrota. Los márgenes en Friedrich pueden ser más ajustados de lo que parecen.
Se puede jugar al sueco como apoyo del ruso, o utilizar al ruso para ayudar al sueco empujando a los ejércitos prusianos lejos de los objetivos suecos. Independientemente de cuál de estas dos estrategias se utilice, al comienzo de la partida conviene ser cauteloso con el general sueco, pues es muy vulnerable a un fulminante ataque prusiano que le elimine totalmente durante 2-3 turnos a un coste muy económico para la mano de cartas prusiana.
Más adelante, y con presión incrementada en otros frentes, la tendencia agresiva se invierte y es el prusiano el que se muestra más cauteloso. Suecia, por su parte, puede afrontar un combate con opciones a una retirada.
Lo más habitual es que Suecia se olvidé de los 10 objetivos e intenté conquistar únicamente los 5 objetivos primarios. En principio, es más fácil. El objetivo principal no es tanto ganar (es preciso que la carta de Elizabeth salga antes que la de Suecia, lo que no sucede con la frecuencia que uno desearía, creedme), sino más bien meterle tanta presión al prusiano que, para reconquistar o defender algún objetivo, se vea obligado a aceptar algún combate en condiciones poco favorables.
Si, a pesar de todo, la zarina muere sin victoria inmediata para el sueco, lo primero que hay que determinar es si esta victoria es aún viable alcanzando los 5 objetivos. Es muy fácil: se trata de contar hasta 3.
Si calculando los movimientos suecos y prusianos, no se ve manera 100% segura de tener conquistados los 5 objetivos al final de un turno, no creo que convenga esperar milagros de la mierda de mano de cartas sueca. El papel de Suecia ya no es ganar, sino maximizar el incordio al prusiano, esperar que ello beneficie al Ejército Imperial (amarillo) y por rebote a nosotros cuando este cambie de manos.
Para incordiar bien hay que ser creativos. Lo más directo es precipitarse sobre Berlin y estorbar tanto los trenes de suministros como la compra de reemplazos prusianos. Lo importante, no obstante, es que en la situación de "Suecia Solitaria" mantener al ejército sueco sobre el tablero vuelve a ser una prioridad. Hay que evitar tanto el exterminio del tren de suministros sueco como combates en sectores para los que no tengamos cartas. Esto último puede obligar a lanzarse sobre otros sectores, tréboles, corazones, diferentes al de picas en Berlin. Como ya he dicho al comienzo del párrafo: sed creativos.
Algunas de las características de este área ya las mencioné en la entrada anterior: concentración de 6 de los 10 objetivos rusos, la proximidad de Berlin, la red de carreteras que parte de la capital prusiana. Sin embargo, la más notable que se puede ver en la foto de inicio es que los cuatro palos de cartas aparecen representados en este área.
Ello da una posibilidad que no había comentado antes, pero que constituye una de las tácticas esenciales de Friedrich: la defensa en profundidad. Esta táctica consiste en defender objetivos en un sector con ejércitos situados en otro sector. Sirva de ejemplo la posición escogida por el jugador prusiano al final de uno de sus turnos en la final del 3er campeonato mundial.
Situado en medio del área de tréboles en Wangerin (fichad bien el nombre) la pieza prusiana cubre hasta 5 objetivos rusos y 2 suecos. De estos, 2 objetivos suecos se encuentran en diamantes, 2 objetivos rusos en corazones. De los 3 objetivos rusos restantes, Neu-Stettin (donde se encuentra la torre rusa en la foto) se encontraba en el mapa antiguo en picas. Sirva también esta imagen para recomendar las jugadas del 3er campeonato como una muestra ejemplar de defensa prusiana, con un despliegue de todo el repertorio de posibilidades que yo mismo sufrí en mis carnes durante el campeonato de este año.
En este caso, la defensa principal frente a Rusia y Suecia se hace desde tréboles. Y con buenos motivos, puesto que los corazones son necesarios frente a Francia en Magdeburgo, y los diamantes son esenciales para poder resistir a Austria en Sajonia y Silesia. Las picas son menos útiles, pero una defensa desde picas cubre menos objetivos, y desde 2-3 espacios de distancia, lo que puede forzar a Federico una batalla de desgaste intentando defender un último objetivo a distancia máxima bastante pronto en el juego (antes del turno 10).
Y es que, como regla general, hay que evitar desgaste excesivo de cartas contra Rusia-Suecia. La razón de ello es simplemente que pueden abandonar la partida en cualquier momento. Si para cuando lo han hecho hemos tirado un montón de cartas en defendernos de ellos, esas son cartas de menos que nos quedan para continuar la lucha contra el resto de los oponentes. Dándole la vuelta al argumento y al punto de vista se puede decir que Rusia ha de jugar de manera bastante agresiva, procurando gastar muchas cartas del prusiano en combates y reemplazos. Es posible que una carta del destino tumbe a la zarina pronto (turnos 6-10) pero si logra debilitar lo suficiente al prusiano allana la victoria del jugador ex-ruso reencarnado en Suecia o Ejército Imperial.
¿Quiere ello decir que no es viable un golpe de mano prusiano contra Rusia o Suecia?. En absoluto. Robando tan sólo una carta por turno, Suecia es especialmente vulnerable, sobre todo al inicio de la partida, a sufrir una derrota total que hace perder tiempo y cartas. Rusia, por su parte, es con seguridad más débil que Prusia porque roba 3 cartas menos por turno. No hay que negarse a un combate, únicamente hay que tener cuidado dónde y con que cartas se pelea. Diamantes y corazones nos hacen falta en otras regiones. Los tréboles pueden gastarse en esta que tratamos hoy.
A lo largo de varias partidas he visto como Prusia roba, invariablemente, más cartas de trébol que Rusia-Suecia, con lo que la defensa en este área resulta pan comido. Sin embargo, y para el caso de que no sea así, se puede recurrir a la defensa en profundidad.
Esta imagen está igualmente basada en una posición de la final del 3er campeonato. Prusia defiende desde picas 3 objetivos rusos - 2 en tréboles, 1 en corazones -. En la partida original, el jugador prusiano tomó esta posición tras haber combatido unos cuantos turnos en tréboles, lo que supuso un desgaste de este palo de cartas para el ruso. Así, el jugador prusiano podía defender gastando pocas cartas. Este tipo de defensa entre sectores es otra de las tácticas habituales del juego, y lo importante a la hora de usarla es estar seguro de que no te pueden atacar a la vez desde los dos palos (en la imagen, desde tréboles y picas a la vez).
Hasta aquí he tratado principalmente las opciones que tiene Prusia. Ya es hora de dar algo de esperanza y consejos al jugador ruso-sueco, pero antes creo que conviene recapitular los consejos, por orden de importancia, para Prusia en el "Frente Oriental":
a) Prioridad de la defensa en Kammin-Neumark antes que en Prusia Oriental.
b) Procurar economizar en cartas.
c) Si hay que gastar cartas, preferiblemente de tréboles.
d) Si se gastan tréboles, preferiblemente a costa de los tréboles en la mano rusa.
e) Una vez has gastado tanto tus tréboles como los rusos, ha llegado el momento de cambiar de palo y hacer una defensa en la que el ruso te tenga que atacar con tréboles - que ha gastado - frente a otros palos que te quedan en la mano. Así consigues b), y tan sólo necesitas esperar a que los tréboles vuelvan a tu mano.
No es, como dije en mi primera entrada sobre el "Frente Oriental", la simpleza de una Defensa en Triángulo, pero son una serie de consejos en apariencia sencillos. ¿Qué recursos tiene Rusia frente la defensa de tréboles, la defensa entre sectores, y la defensa en profundidad?.
La respuesta la encontré en mi última partida del 7º campeonato, en la cual asumí el papel de Prusia. A lo largo de varios turnos, el jugador ruso-sueco consiguió primero sacarme del sector de tréboles. Una vez fuera, le fue relativamente fácil mantenerme apartado ofreciéndome combates entre sectores en los que él hubiera gastado tréboles, pero yo hubiera gastado corazones y diamantes. Algo que me apetecía más bien poco.
¿Cómo sacar a Prusia de un sector tan obviamente vital en este escenario?. Usad vuestra imaginación. En mi caso sirvió una pequeña treta.
Rusia y Suecia se mantienen alejadas de tréboles. Sin embargo, ese tren de suministros rusos se encuentra a distancia de mi general en Wangerin...
... así que ni corto ni perezoso me lanzo a por él. Lo malo es que ese tren de suministros ruso se encontraba en corazones y a distancia de un contraataque ruso que no tardó en caer. Como no quería agotar mi mano de corazones, no tardé en aceptar una derrota y ser retirado hacía el sur, lejos de los tréboles. Observar también como el sueco ha sido situado para ofrecer combate en tréboles contra los diamantes prusianos. Como éstos me eran esenciales contra Austria, tenía muy pocas ganas de aceptar el cebo del tren de suministros verdeclaro. De haberlo hecho, incluso si hubiera ganado, habría tenido otro combate tréboles-diamantes contra el ruso en el turno siguiente. Tal como estaban las cosas, si gané la partida fue únicamente porque Austria se lo pensó mucho antes de atacarme en diamantes. Un desgaste temprano en este palo contra Rusia seguramente hubiera animado al jugador austríaco a entrar en acción antes, con fatales consecuencias para mí.
Pero lo importante de la jugada es que yo había sido apartado del sector de tréboles. La constante en los siguientes turnos...
... fue que con una combinación del uso de las fronteras entre sectores, y los trenes de suministro del sueco y del ruso, se me mantuvo alejado de ese sector hasta que...
... en defensa del último objetivo que le quedaba al ruso por conquistar (en la imagen, Pyritz), tuve que aceptar finalmente cambiar mis diamantes por tréboles rusos y suecos. En la imagen, aplasté el tren de suministros sueco y ataque a Ehrensvard. Gané de manera aplastante. El ataque ruso desde tréboles a diamantes no tardó en caer. Otra victoria sonada. Conseguí con ello una posición defensiva estable en este sector...
... que duró hasta el final de la zarina allá por el turno 14. Pero lo conseguí gastando 130 puntos de diamantes (!) que desestabilizaron mi defensa en Silesia y me expulsaron de Sajonia. Pasé unos turnos muy angustiosos defendiéndome con los tréboles en la punta sudeste de Silesia, lo cual es tema de otra entrada. Ya he dicho que logré ganar la partida, pero no pude evitar pensar que a un precio (¡130 puntos en diamantes!) y riesgos innecesarios.
De esta experiencia, se pueden extraer algunas lecciones valiosas para el jugador ruso-sueco:
a) Preferencia por Kammin-Neumark sobre Prusia Oriental. Ésta última es más fácil de reforzar. En K-N además, se pueden unir fuerzas y coordinar con los suecos (usar 5 cartas es mejor que usar 4, ¿no?).
b) Rapidez y agresividad. La vida es corta. La ruta preferible entre dos puntos es siempre la más directa. Buscar y aceptar combates siempre que...
c)... puedas mantener al menos un general en K-N. Reconstruir una fuerza y llevarla de nuevo a K-N lleva tiempo y le da un respiro al prusiano.
d) Si aceptas combates, lo recomendable es hacer gastar al prusiano palos que necesita en otros frentes - diamantes y corazones -. O pierde las ganas enseguida, o enseguida tendrá problemas en esos otros frentes. Si actúas así, las acciones de tus aliados (Francia, Austria) te beneficiarán a tí.
Suecia contra el mundo.
¿Y Suecia qué?. ¿Es qué no existe?.
Con 10 objetivos a conquistar como el ruso, pero 1/4 parte de la fuerza en tropas y cartas del bando verde oscuro, el bando sueco parece estar en el juego como adorno más que otra cosa.
Creo, no obstante, que con esta forma de pensar el jugador ruso-sueco utiliza únicamente 4/5 de todo su potencial, y ese 1/5 que no utiliza (el quinto sueco) puede ser al final la diferencia entre la victoria y la derrota. Los márgenes en Friedrich pueden ser más ajustados de lo que parecen.
Se puede jugar al sueco como apoyo del ruso, o utilizar al ruso para ayudar al sueco empujando a los ejércitos prusianos lejos de los objetivos suecos. Independientemente de cuál de estas dos estrategias se utilice, al comienzo de la partida conviene ser cauteloso con el general sueco, pues es muy vulnerable a un fulminante ataque prusiano que le elimine totalmente durante 2-3 turnos a un coste muy económico para la mano de cartas prusiana.
Más adelante, y con presión incrementada en otros frentes, la tendencia agresiva se invierte y es el prusiano el que se muestra más cauteloso. Suecia, por su parte, puede afrontar un combate con opciones a una retirada.
Lo más habitual es que Suecia se olvidé de los 10 objetivos e intenté conquistar únicamente los 5 objetivos primarios. En principio, es más fácil. El objetivo principal no es tanto ganar (es preciso que la carta de Elizabeth salga antes que la de Suecia, lo que no sucede con la frecuencia que uno desearía, creedme), sino más bien meterle tanta presión al prusiano que, para reconquistar o defender algún objetivo, se vea obligado a aceptar algún combate en condiciones poco favorables.
Si, a pesar de todo, la zarina muere sin victoria inmediata para el sueco, lo primero que hay que determinar es si esta victoria es aún viable alcanzando los 5 objetivos. Es muy fácil: se trata de contar hasta 3.
Si calculando los movimientos suecos y prusianos, no se ve manera 100% segura de tener conquistados los 5 objetivos al final de un turno, no creo que convenga esperar milagros de la mierda de mano de cartas sueca. El papel de Suecia ya no es ganar, sino maximizar el incordio al prusiano, esperar que ello beneficie al Ejército Imperial (amarillo) y por rebote a nosotros cuando este cambie de manos.
Para incordiar bien hay que ser creativos. Lo más directo es precipitarse sobre Berlin y estorbar tanto los trenes de suministros como la compra de reemplazos prusianos. Lo importante, no obstante, es que en la situación de "Suecia Solitaria" mantener al ejército sueco sobre el tablero vuelve a ser una prioridad. Hay que evitar tanto el exterminio del tren de suministros sueco como combates en sectores para los que no tengamos cartas. Esto último puede obligar a lanzarse sobre otros sectores, tréboles, corazones, diferentes al de picas en Berlin. Como ya he dicho al comienzo del párrafo: sed creativos.
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