Hace poco más de una semana que ha caído uno de los mitos de mi infancia: Ruiz Mateos. Desde que era niño se me había repetido una y otra vez, como un credo, que este hombre había sido injustamente despojado por un gobierno vil y corrupto, lleno de sociatas ateos. Y es que Jose María Ruiz Mateos era una persona fervorosamente religiosa, y esa era la razón por la cual la habían tomado con él.
Desde luego, el asunto de la expropiación de Rumasa no tenía que ver, no podía tener nada que ver, con lo mal o bien llevado que estuviera el conglomerado de empresas y bancos. Bueno, un poquito sí. Tal vez. Pero a este hombre le habían robado sobre todo por sus convicciones políticas y religiosas.
El tiempo parecía estar dandole la razón a quienes defendían la persecución político-religiosa de este caballero. Pues tras un período en la carcél - con un intermedio como eurodiputado que le ayudo a evitarla - el imperio de Ruiz Mateos estaba volviendo a renacer. Eso sólo podía hacerlo alguien con capacidad empresarial, lo que al mismo tiempo justificaba la teoría conspirativa de la expropiación.
Y de repente, la semana pasada, el Sr. Ruiz Mateos declara dificultades serias en varias empresas de su renaciente conglomerado Nueva Rumasa. ¡Con lo bien que le iba!.
Pues no parecía irle tan bien. Y es que ahora que todo el tinglado parece irse a pique por si sólo sin intervención de ningún gobierno me empiezan a surgir dudas. ¿No será que la intervención estatal de la vez anterior estaba justificada?. Después de años y años oyendo el mismo discurso, la duda asoma como un pequeño rayo de luz en medio de la oscuridad.
Sea como fuere, José María Ruiz Mateos se ha convertido en un personaje popular de la España contemporanea. Lo ha logrado más por su excentricismo que por su éxito (y ahora fracaso) empresarial. No sabría decir bien si son causa o consecuencia de la popularidad del empresario gaditano, pero prácticamente todo el mundo tiene anécdotas protagonizadas por este señor.
Hace unas 3 semanas, ante las dudas que me planteaba el consorcio familiar con un consejo ejecutivo integrado por todos los hijos varones D.Jose María, un conocido me relató como durante una inspección de hacienda de tomo y lomo que tuvo lugar durante (o poco antes de) la expropiación, al ser preguntado por los libros de cuentas nuestro heroe respondio al inspector: "Caballero. Le voy a dar mi bien más preciado: mi palabra de honor".
El caso es que nadie me supo aclarar si los libros de cuentas aparecieron.
El honor. Siendo uno de los felices habitantes de España he escuchado muchas veces esa palabra. La he oído asociada sobre todo a nuestra selección de fútbol y a toda la serie de derrotas cosechadas antes de ganar la Eurocopa y el Mundial. Y es que antes de subirnos al podio la selección española, cuando perdía, perdía "con honor". Nadie ha dicho que en 2008 y 2010 hayamos ganado "con honor". Y aunque esto último yo no lo pongo en duda, no puedo evitar pensar que el honor es algo a lo que se recurre cuando no tienes "ná de ná" para decir que algo tienes.
La otra anécdota surgió como consecuencia de un comentario mío sobre la carta abierta de D.Jose María el mismo día - el 17 de febrero, si no me equivoco - en el que hizo públicas sus dificultades financieras. En dicho texto recurría varias veces al argumento de que su principal meta era "crear empleo". Un compañero de trabajo me contó entonces como un inventor había acudido a Ruiz Mateos para hacerle una demostración de una máquina que colocaba tapones de papel en las botellas de "Casera", propiedad de nuestro empresario modelo. Tras la demostración, éste le dijo al inventor que no iba a utilizar su invento. No es que fuera malo, o poco rentable. Pero varias mujeres trabajaban colocando manualmente esos tapones en las botellas e instalar el invento suponía echarlas a la calle. La historia de semejante altruismo era contrastada por mi interlocutor con Botín, conocido banquero español y emblema nacional del despotismo capitalista.
Este argumento me rechina, porque ha sido utilizado tantas y tantas veces en este país, entre otras cosas, para alicatar nuestra costa y parques nacionales con urbanizaciones que "creaban empleo" en las localidades cuyos recursos acuíferos drenaban. De todas formas, eso no importaba, lo que importaba era crear empleo. Y es que la creación de empleo es el único argumento que han de esgrimir los empresarios para que se les de carta blanca. Ahora resulta ser que las empresas son ONGs, cuya principal función es crear empleo. Que los empresarios también obtengan un beneficio del trabajo de los empleados es meramente secundario. Mencionarlo parece hasta obsceno.
En una segunda reflexión, se me ocurrió pensar en como hubiera sido la historia de "La Guerra de las Galaxias" si el Imperio hubiera sido regido ya fuera por Botín, o por Jose María Ruiz Mateos en lugar del emperador Palpatine.
Si Botín hubiera estado al mando, la historia no hubiera cambiado mucho. Todos los déspotas son más o menos iguales en el fondo. Para mantener el "cash-flow" de tributos el emperador Botín hubiera tenido que tener acojonados a todos los planetas de la galaxia para que siguieran pagando. Naturalmente, eso se puede hacer con una flota de chorrocientas naves espaciales. Lo que pasa es que mantener tanta nave eleva el presupuesto en defensa y los costes de operación de manera notable, así que tarde o temprano surge la idea de concentrar el gasto en una sóla arma capaz de amedrentar a toda la galaxia - la Estrella de la Muerte - y ahorrar un pastón por economías de escala, lo cual incrementa los beneficios. Capitalismo puro y duro.
Lo que pasa luego es que la política de economía de gastos se lleva demasido lejos, y se deja una trampilla de 2 x 2 metros sin protección alguna (en el Episodio 4), o no se instalan barandillas (en el episodio 6) con fatales consecuencias (para el emperador Botín). Esto también es típico del capitalismo.
Ahora bien, con Ruiz Mateos como emperador la historia resultaría diferente. Como su principal ambición es crear puestos de trabajo, entraría a trabajar en la flota imperial más gente de la necesaria, y al final los ingresos y los gastos no cuadrarían y el imperio se declararía en suspensión de pagos. De construir una Estrella de la Muerte: ni hablar, que habría que echar a la calle a buena parte de la flota y los "stormtroopers".
En fin, chicas y chicos. Que si Ruiz Mateos se convirtiese en jefe de la empresa para la que trabajo, me echaría a temblar por mi futuro laboral. Botín no me gusta, ni me cae bien, y deseo (en vano) que su estilo de gestión no gane más adeptos. Sin embargo, con él sabes a que atenerte. Y es que el camino hacía el infierno está adoquinado de buenas intenciones.
Desde luego, el asunto de la expropiación de Rumasa no tenía que ver, no podía tener nada que ver, con lo mal o bien llevado que estuviera el conglomerado de empresas y bancos. Bueno, un poquito sí. Tal vez. Pero a este hombre le habían robado sobre todo por sus convicciones políticas y religiosas.
El tiempo parecía estar dandole la razón a quienes defendían la persecución político-religiosa de este caballero. Pues tras un período en la carcél - con un intermedio como eurodiputado que le ayudo a evitarla - el imperio de Ruiz Mateos estaba volviendo a renacer. Eso sólo podía hacerlo alguien con capacidad empresarial, lo que al mismo tiempo justificaba la teoría conspirativa de la expropiación.
Y de repente, la semana pasada, el Sr. Ruiz Mateos declara dificultades serias en varias empresas de su renaciente conglomerado Nueva Rumasa. ¡Con lo bien que le iba!.
Pues no parecía irle tan bien. Y es que ahora que todo el tinglado parece irse a pique por si sólo sin intervención de ningún gobierno me empiezan a surgir dudas. ¿No será que la intervención estatal de la vez anterior estaba justificada?. Después de años y años oyendo el mismo discurso, la duda asoma como un pequeño rayo de luz en medio de la oscuridad.
Sea como fuere, José María Ruiz Mateos se ha convertido en un personaje popular de la España contemporanea. Lo ha logrado más por su excentricismo que por su éxito (y ahora fracaso) empresarial. No sabría decir bien si son causa o consecuencia de la popularidad del empresario gaditano, pero prácticamente todo el mundo tiene anécdotas protagonizadas por este señor.
Hace unas 3 semanas, ante las dudas que me planteaba el consorcio familiar con un consejo ejecutivo integrado por todos los hijos varones D.Jose María, un conocido me relató como durante una inspección de hacienda de tomo y lomo que tuvo lugar durante (o poco antes de) la expropiación, al ser preguntado por los libros de cuentas nuestro heroe respondio al inspector: "Caballero. Le voy a dar mi bien más preciado: mi palabra de honor".
El caso es que nadie me supo aclarar si los libros de cuentas aparecieron.
El honor. Siendo uno de los felices habitantes de España he escuchado muchas veces esa palabra. La he oído asociada sobre todo a nuestra selección de fútbol y a toda la serie de derrotas cosechadas antes de ganar la Eurocopa y el Mundial. Y es que antes de subirnos al podio la selección española, cuando perdía, perdía "con honor". Nadie ha dicho que en 2008 y 2010 hayamos ganado "con honor". Y aunque esto último yo no lo pongo en duda, no puedo evitar pensar que el honor es algo a lo que se recurre cuando no tienes "ná de ná" para decir que algo tienes.
La otra anécdota surgió como consecuencia de un comentario mío sobre la carta abierta de D.Jose María el mismo día - el 17 de febrero, si no me equivoco - en el que hizo públicas sus dificultades financieras. En dicho texto recurría varias veces al argumento de que su principal meta era "crear empleo". Un compañero de trabajo me contó entonces como un inventor había acudido a Ruiz Mateos para hacerle una demostración de una máquina que colocaba tapones de papel en las botellas de "Casera", propiedad de nuestro empresario modelo. Tras la demostración, éste le dijo al inventor que no iba a utilizar su invento. No es que fuera malo, o poco rentable. Pero varias mujeres trabajaban colocando manualmente esos tapones en las botellas e instalar el invento suponía echarlas a la calle. La historia de semejante altruismo era contrastada por mi interlocutor con Botín, conocido banquero español y emblema nacional del despotismo capitalista.
Este argumento me rechina, porque ha sido utilizado tantas y tantas veces en este país, entre otras cosas, para alicatar nuestra costa y parques nacionales con urbanizaciones que "creaban empleo" en las localidades cuyos recursos acuíferos drenaban. De todas formas, eso no importaba, lo que importaba era crear empleo. Y es que la creación de empleo es el único argumento que han de esgrimir los empresarios para que se les de carta blanca. Ahora resulta ser que las empresas son ONGs, cuya principal función es crear empleo. Que los empresarios también obtengan un beneficio del trabajo de los empleados es meramente secundario. Mencionarlo parece hasta obsceno.
En una segunda reflexión, se me ocurrió pensar en como hubiera sido la historia de "La Guerra de las Galaxias" si el Imperio hubiera sido regido ya fuera por Botín, o por Jose María Ruiz Mateos en lugar del emperador Palpatine.
Si Botín hubiera estado al mando, la historia no hubiera cambiado mucho. Todos los déspotas son más o menos iguales en el fondo. Para mantener el "cash-flow" de tributos el emperador Botín hubiera tenido que tener acojonados a todos los planetas de la galaxia para que siguieran pagando. Naturalmente, eso se puede hacer con una flota de chorrocientas naves espaciales. Lo que pasa es que mantener tanta nave eleva el presupuesto en defensa y los costes de operación de manera notable, así que tarde o temprano surge la idea de concentrar el gasto en una sóla arma capaz de amedrentar a toda la galaxia - la Estrella de la Muerte - y ahorrar un pastón por economías de escala, lo cual incrementa los beneficios. Capitalismo puro y duro.
Lo que pasa luego es que la política de economía de gastos se lleva demasido lejos, y se deja una trampilla de 2 x 2 metros sin protección alguna (en el Episodio 4), o no se instalan barandillas (en el episodio 6) con fatales consecuencias (para el emperador Botín). Esto también es típico del capitalismo.
Ahora bien, con Ruiz Mateos como emperador la historia resultaría diferente. Como su principal ambición es crear puestos de trabajo, entraría a trabajar en la flota imperial más gente de la necesaria, y al final los ingresos y los gastos no cuadrarían y el imperio se declararía en suspensión de pagos. De construir una Estrella de la Muerte: ni hablar, que habría que echar a la calle a buena parte de la flota y los "stormtroopers".
En fin, chicas y chicos. Que si Ruiz Mateos se convirtiese en jefe de la empresa para la que trabajo, me echaría a temblar por mi futuro laboral. Botín no me gusta, ni me cae bien, y deseo (en vano) que su estilo de gestión no gane más adeptos. Sin embargo, con él sabes a que atenerte. Y es que el camino hacía el infierno está adoquinado de buenas intenciones.
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