Los submarinos alemanes en la Gran Guerra 1914-1918
De Cristino Castroviejo Vicente. Ed. Almena 2004.
523 pag.
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Por problemas de conexión a Internet, no he podido meter más entradas en el blog, que se ha quedado bastante muerto de risa. Vamos a empezar a cambiar eso.
El título de este post se corresponde con el de un libro que ya había leído hace 3-4 años y que he estado releyendo hace poco. El tema del libro toca algunos de mis intereses: historia, historia militar, y submarinos. El tema es bastante marginal, aunque no el más marginal que he visto para un libro. La 1ª Guerra Mundial ha quedado bastante relegada del mundo editorial por la 2ª. El por qué de esto será un tema interesante para otro post, pero no me voy a liar hoy.
A muchos les parecerá que este libro sólo puede ser un tostón. Lo cierto es que, para un libro de historia, es bastante ameno. El autor no se anda con rodeos y pasa enseguida a narrar los acontecimientos. El libro se convierte así en una sucesión de acciones contadas de forma rápida, como en una novela de aventuras. Se nos ahorran largas y tediosas descripciones y explicaciones de porque esto era así, y no de otra forma. Ocasionalmente se intercala un párrafo aclarando los motivos de algunas decisiones del alto mando, pero es algo breve, e inmediatamente se retorna a la sucesión de ataques, hundimientos, tormentas, naufragios y demás.
El resultado es una sucesión de nombres de barcos y comandantes, fechas, numerales de submarinos (U9, UC12, y así) y cifras de tonelaje hundido. Tanta información desbordará al profano en la materia. Muchos se espantan ante la abundancia de datos en un texto. Pero eso sólo se debe a que intentan retenerlo todo. Algo que no se debe intentar. Creo que – después de haberlo leído dos veces – no recordaré más del 1% de todos los datos del libro. Para mí lo importante eran las peripecias que un bando u otro vivían en un combate tras otro, y eso es lo que aparece en la narración, bastante lograda y amena a mi entender, de los acontecimientos. Si en alguna ocasión llegó a necesitar algún dato concreto acerca de qué submarino hizo qué en cuál fecha, pues ya miraré el libro con más detalle y me pondré a anotar los datos que encuentre. Hasta entonces, me entretendré con los “mini-relatos” de aventuras bélicas que conforman el libro.
El que intenté leer este libro y quedarse con todos los datos en la cabeza es – en mi opinión – un burro. Incluso si lo consigue (en cuyo caso, será un burro redomado).
Me lo he pasado bien leyendo este libro. Sin embargo, ello no es excusa para que plantee cierta crítica no ya al libro, sino a la forma de escribir historia que representa.
Como creo que habrá quedado claro. El libro narra acciones de forma continua. Al inicio el autor nos explica que su objeto no es otro que la narración de los hechos. Lo hace de forma bastante detallada, además. Está forma de escribir historia, que además he encontrado bastante difundida en muchos de los autores españoles que logran editarse hoy en día, tiene para mí dos inconvenientes:
1º La narración es una mera transcripción de hechos acontecidos. Hay un trabajo – bastante notable en este caso – de recopilación de informaciones. Pero ello no supone ningún esfuerzo creativo, ni de imaginación, ni de análisis. Si escribir historia es meramente repetir y reescribir lo que ya ha sido escrito y dicho por otros, entonces la historia es una disciplina muerta. Mi naturaleza se rebela contra tal idea.
2º La fijación por los hechos, sobre todo por el detalle con el que están narrados, nos hace perder fácilmente la visión de conjunto del hecho histórico que abordamos. El mayor peligro de esta concentración en los detalles y es que acabemos sabiendo que sucedió, pero no entendamos lo sucedido.
El saber es comprensión. La memorización es algo que hasta los chimpancés son capaces de hacer.
Poco antes de este libro había leído otro sobre el mismo tema: Die U-boote des Kaisers. Su antítesis en cuanto a estilo y enfoque. Ya le dedicaré un post en alguna ocasión. Por ahora puedo contar que en este último libro el peso del texto recae en las “guerras de despachos” que tuvieron lugar en los más altos niveles del gobierno y del alto mando alemán. El libro cuenta lo que cada alto cargo dijo en cada momento y – más importante incluso – lo que quería decir. Es un libro denso. Un tostón. Hay que ser “freak” para leer algo así (ya empezáis a conocerme…). Sin embargo, la larga sucesión de hechos y datos del libro de Cristino Castroviejo hacia el final del libro me cansaba igualmente. La diferencia es que al acabar el libro alemán me sentía enriquecido por la comprensión de los hechos. Con el libro que titula este post, al final no disfruté de ese beneficio.
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