𝕯𝖎𝖊 𝕽𝖊𝖎𝖈𝖍𝖘𝖗𝖚𝖓𝖉𝖊
Edición de invierno de 1618
PRESENTACIÓN
Les presentamos a ustedes Die Reichsrunde, la publicación anual para líderes del Sacro Imperio Romano y demás cuñados. Esta publicación se presenta tanto para ambientar un poco esos secos y aburridos juegos de estrategia que tanto prefieren los líderes centroeuropeos del siglo XVII como canal para comentar algunos aspectos del juego 1618 en el que estos líderes se baten el cobre, así como de servirles de canal de comunicación y publicidad si así lo desean. Se admiten colaboraciones de cualquier tipo, después de pasar por la adecuada censura de la redacción. Se pueden publicar con autor declarado, con pseudónimo, o anónimo.
Efemérides del año 1618.
El año 1618 toca a su fin, y llega el momento de repasar algunos eventos que han tenido lugar históricamente en este período (eventos de verdad de la buena, que esto paso en realidad, os lo cuento yo):
22 de marzo: El papa Paulo V concede el capelo cardenalicio al duque de Lerma, que lo había solicitado como protección ante el juicio por el asesinato de Francisco Juara por Rodrigo Calderón, confidente de Lerma. (¡Menudo pieza el Lerma este!)
26 de abril: En Nueva España (también conocida como México) se funda la ciudad de Córdoba.
15 de mayo: Johannes Kepler confirma su descubrimiento previo sobre la tercera ley de movimientos de los planetas.
19 de mayo: En Venecia es descubierta la Conjuración de Venecia, de la que se acusaba al duque de Ousan y a Francisco de Quevedo (habrían planeado apoderarse de la ciudad mediante un audaz golpe de mano).
23 de mayo: Se produce la tercera defenestración de Praga, desencadenante de la Guerra de los Treinta Años (seguro que dijeron “a la tercera, va la vencida”).
16 de noviembre: En Hebei – en China – se produce un terremoto de magnitud 6,5 en la escala de Richter.
Está usted hasta los cojones de que le defenestren?
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Federico V del Palatinado (de aquí en adelante Fede, por lo de abreviar) nació en 1596 y ya con 13 añitos la espichó su padre y heredó su título de Príncipe Elector del Palatinado. Naturalmente, con esa edad no iban a dejar que tomará decisiones por su cuenta, eso ya lo harían su madre y sus tutores hasta que llegase a la mayoría de edad. Hasta ese momento, sus consejeros se anotaron un pelotazo diplomático al conseguir casarlo nada más ni nada menos que con Elisabeth, la hija del rey Jacobo I de Inglaterra. Y es que entre los nobles casarse con alguien de rango mayor que el tuyo es la repanocha, aparte de que los consejeros de Fede creían que con ello se aseguraban el apoyo de la corona inglesa en todos los follones del Sacro Imperio Romano (SIR, de aquí en adelante, que es muy largo de escribir si no).
Fede con 15 años |
Cuando comenzó el follonaco de la Guerra de los Treinta Años (GTA, de aquí en adelante, como Grand Theft Auto) el bueno de Fede tenía 22 añitos. Estaba casado con una mujer joven, guapa, y famosa que le había dado dos hijos y una hija. El propio Fede era un tipo simpático (al menos con la nobleza, que son los únicos que han dejado su opinión escrita) y agraciado. Era el heredero de uno de los principados más importantes del SIR con una parte de sus tierras en un tramo crucial del río Rin. Su nombre sonaba para títulos electivos como el de Rey de Bohemia o (¿por qué no?) incluso el de Emperador. Al mismo tiempo, encajaba en el perfil de heredero rico al que su fortuna le ha caído del cielo: holgazán, ingenuo, superficial, aficionado a los lujos. También le gustaba meterse manteles bordados en los cuellos de sus camisas. Esto lo sé por los retratos que he visto suyos. Su principal consejero era un tal Christian de Anhalt-Bernburg, cuya diplomacia se caracterizaba por prometer todo a todo el mundo… a la vez.
Tras la insurrección en Bohemia contra Fernando de Habsburgo, los nobles de aquel reino no escogieron un nuevo rey hasta comienzos de 1619, coincidiendo con la elección de nuevo emperador tras el fallecimiento del anterior, otro Habsburgo llamado Matías. El enviado del Palatinado intento votar por Maximiliano de Baviera, pero ese voto no fue posible y entonces voto al candidato por defecto. El Habsburgo Fernando que había sido destronado por la revuelta bohemia. Poco después le llegó el ofrecimiento del trono de Bohemia. A Fede su madre le decía que no lo aceptase. Su mujer le decía que si. Al final aceptó por – como cuenta C.V. Wedgewood en su The Thirty Years War – por la cuestión moral de no dejar abandonados a aquellos nobles bohemios que habían puesto su confianza en él. Así que allá que fue, para ser coronado en Praga el 4 de noviembre de 1619.
Al principio todo parecía ir a las mil maravillas. Las provincias de Silesia y Lausitz se unieron a la revuelta. El calvinista húngaro Bethlen Gabór le envió refuerzos. Un ejército al mando del experimentado mercenario Ernst von Mansfeld se unió a la causa, pagado por varios nobles del imperio.
Pero era todo un engaño. El emperador Fernando II logró uno por uno el apoyo de importantes nobles como Maximiliano de Baviera y Juan Jorge de Sajonia gracias a promesas y la antipatía que sentían por Fede. Otros nobles protestantes miraron para otro lado. Su suegro el Rey de Inglaterra pasaba del tema, que ya tenía mucha tela que cortar en casa. Los ejércitos que servían de defensa arrasaban la tierra que se suponía que tenían que proteger. Y la población de Bohemia se encabronaba por esto y por las extravagancias de Fede, que era extranjero y calvinista.
Fede con su disfraz de Puto Amo |
La propaganda católica se empeñó en apodar a Fede “El Rey de Invierno” porque pronosticaban que su reinado no iba a llegar a la primavera de 1620. Lo cierto es que llegó al verano, e incluso al otoño. Fue Rey de Bohemia durante un año. Pero el fin de su reinado llegó el 8 de noviembre de 1620 al ser derrotadas sus fuerzas en la Batalla de la Montaña Blanca. Fede tuvo que salir tarifando de Praga antes de que la propia población de la ciudad le linchase.
Fede con 29 años. |
El resto de la historia de Fede se cuenta rápidamente. Él, su familia, y lo que quedaba de su corte fueron dando tumbos hasta asentarse en las Provincias Unidas (lo que hoy llamamos Países Bajos). Hubo ofertas para permitirle volver al Palatinado si accedía a algunas condiciones, pero no le daba la gana. Él insistía en que no había hecho nada malo y que debían pagarle compensaciones a él. Entretanto, fuerzas de Habsburgo ocupaban lo que quedaba de sus tierras y las repartían entre los partidarios del Emperador, incluyendo su derecho a voto en la elección imperial, que Fernando II otorgó a Maximiliano de Baviera en pago por su apoyo militar.
Fede en 1630 |
Poco a poco, al ir perdiendo sus posesiones, Fede fue perdiendo en importancia. Su familia fue a menos, aunque aún consiguió dinero para construirse un palacio en La Haya lo que hace patente sus prioridades. Con la entrada de Suecia en la guerra sus esperanzas de recuperar sus títulos y tierras renació, y acudió al rey Gustavo Adolfo para que se restituyera. Pero éste no tenía tiempo que perder con el que era un príncipe insignificante. Tras haber acompañado al rey sueco en sus campañas, Fede sufrió lo que las fuentes (wikipedia) denomina “una infección” (¡una infección! ¿de qué? ¿de orina? ¿pulmonar? ¡me corroe la incertidumbre!) y murió en 1632.
Y así nos dejó un hombre que no podías dejar ante una mesa cubierta con un mantel bordado.
NOTAS DEL DISEÑADOR (I)
En este apartado iré contando – por entregas – el proceso por el cual he diseñado este juego.
Hoy contaré de donde me vino la idea. En la primavera de 2020 aproveché la pandemia para organizar una partida de Machiavelli por correo electrónico. Mientras arbitraba la partida lo que sucedía en ésta me recordaba lo que había leído de la Guerra de los Treinta Años. Básicamente Europe’s Tragedy de Peter H. Wilson y The Thirty Years War, de C.V. Wedgewood. Toda esta historia de alianzas cambiantes, ejércitos mercenarios, devastación, hambre y peste parecía estar teniendo lugar en mi partida. Únicamente la geografía era diferente.
Lo cierto es que la Guerra de los Treinta Años resuena más y nos es más conocida que los conflictos italianos del Renacimiento, y por ello me surgió la idea de hacer un Machiavelli ambientado en ese período tan atrayente para los aficionados a la historia y los juegos de guerra. ¿Por qué no? No iba a ser tan arduo como hacer un juego desde cero. Ya tenía el reglamento y todo el sistema. Únicamente tenía que utilizar las herramientas gráficas que ya empleaba para mi partida de pandemia y con ellas crear la ambientación que deseaba.
Eso fue hace 4 años.
(continuará).
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