martes, 11 de enero de 2022

Convenciones

En este mes de enero, desde el 20 al 23, están convocadas las V Bellotacon. Es la mayor convención de juegos de guerra de mesa de España. Son las primeras que se celebran presencialmente tras el COVID. Por un tiempo parecía que no se iban a celebrar. Su principal promotor - Sergio, cuyo alias es Wargamereviewer - había hecho un anuncio en otoño de 2021 anunciando que lo dejaba porque el trabajo que la convención requería no le dejaba suficiente tiempo con su familia.


De forma un tanto sorprendente, se volvieron las tornas y las muchas muestras de apoyo lograron que se volvieran a organizar otras Bellotacon este 2022. Desafortunadamente para mí, el calendario no me cuadra y no voy a poder asistir. Mi apoyo y mis mejores deseos van, no obstante, con los organizadores y asistentes de este evento.


Hace ya muchos años, durante la primera década de este siglo XXI, el club de rol al que yo pertenecía organizó unas jornadas lúdicas con el nombre de Talazbragoles. De hecho se organizaron dos Talazbragoles mientras yo fui miembro activo de dicho club. Y antes de eso se había organizado otra, a decir de los más veteranos.


Mi memoria flaquea, pero al menos la segunda de las que yo participé fue grande, celebrada en un colegio público cortesía del Ayuntamiento de Majadahonda. Acudieron cientos de personas. Yo monte un par de partidas y un mini campeonato de Colonos de Catán. Se repartieron premios, se cantaron canciones, se hicieron roles en vivo y en mesa. Vamos, fue un evento fenomenal.


Aunque todos los miembros del club aportamos para la organización y trabajo que conllevaba la organización del evento, la responsabilidad caía sobre el presidente de nuestra asociación, Wolenkaiser. Hubo un momento de crisis cuando, el día antes de comenzar las jornadas, la funcionaria del ayuntamiento preguntó por el seguro... ¿qué seguro? El de responsabilidad civil para eventos. A toda prisa hubo que encontrar una compañía dispuesta a asegurar aquel evento de un fin de semana (de viernes a domingo) de duración. Wolenkaiser lo consiguió, fundiéndose en la prima del seguro 200 y pico euros de la subvención de 300€ que nos había dado el ayuntamiento. Ni que decir tiene que todo lo demás (carteles, juegos, trabajo y esfuerzo) provino de los bolsillos de los miembros del club. Pero al firmar la póliza del seguro nuestro presidente fue consciente de una cosa: si la mierda daba contra el ventilador ese fin de semana y algo sucedía, el marrón se lo iba a comer él. Ni todo el apoyo del mundo iba a cambiar eso.


Ni que decir tiene que aquellas jornadas de hace 14-15 años fueron las últimas Talazbragoles que se celebraron. No nos hubiera faltado público para organizar más, pero el parco apoyo local era demasiado escaso y - más que el trabajo - la responsabilidad que recaía sobre quien fuera presidente-organizador del evento era abrumadora. Nuestro ordenamiento jurídico es así de cuqui.


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Volviendo a las convenciones de wargames. ¿Son deseables? ¿Realmente las necesita la afición?. Mi opinión es un rotundo si. Ya sabemos que estás muy cómodo quedando periódicamente con tus colegas en ese sótano que has logrado convertir en refugio para tu hobby, pero si no sales de ahí, tu colección de wargames morirá contigo porque no habrá nadie que continúe esta rara afición. Hace falta salir del armario (de juegos), de ese sótano o guarida, y ponerse de manifiesto. Que se vea que la gente que jugamos a esto no somos tíos raros a los que nos da muy poco el sol, sino personas normales y corrientes. Aunque pensándolo bien, si que solemos ser bastante raros y pálidos. ¡No importa!. Lo relevante es salir al mundo exterior y mostrar que los tipejos de tez blancuzca y mirada hosca también somos relativamente funcionales socialmente. Si prefieres quedarte en tu cubil, vale. Mas ya puedes ir asimilando que todas esas cajas en las que has vertido miles de euros y años de tu vida (literalmente, si sumas las horas que le echas) van a acabar en el contenedor del papel en cuanto el médico dictamine tu óbito. Y con esas cajas se verterá a la basura buena parte de lo que fuiste.


¿Qué te da igual? Cuéntamelo dentro de unos años cuando notes que La Parca anda más cerca.


Tras este alegato en pro de las convenciones de wargames, lo importante creo yo es que el auge que tienen ahora (hay 3 en España, las mencionadas de Badajoz, las de Almería, y las de Zaragoza) se mantenga en el tiempo y que para ello los organizadores no tengan que sufrir como lo hizo el presi de mi club de rol. Porque seamos realistas, por muy animosa que sea la afición y muchas sonrisas que haya durante los eventos, organizar esto puede llegar a quemar. E incluso en el caso de tener un organizador aparentemente incombustible, por A ó por B a cada uno le llegan las circunstancias en las que tiene que dejarlo. Se trata no sólo de organizar convenciones, sino de hacerlo de manera duradera. Que de aquí a 20 años aún se organice al menos una de forma persistente como escaparate de nuestra afición.


Tras cavilar sobre como conseguir este objetivo, mi opinión es que hay que desvincular el evento de la personalidad organizadora. Es decir, que la organización del evento no dependa tanto de la voluntad y acciones de uno o unos pocos individuos que ponen mucha voluntad y recursos que toman de sus vidas privadas y los ponen al servicio de la causa, porque todos los recursos son finitos y si seguimos yendo con el cántaro a la fuente un año tras otro, veremos como una tras otra las convenciones que tenemos ahora irán echando el cierre una tras otra.


Se me han ocurrido varias formas de "despersonalizar" las convenciones para hacerlas más resistentes a las visicitudes personales. No es una lista cerrada ni excluyente. Mi propósito con este artículo es generar una discusión que considero muy necesaria, especialmente a la luz de lo que casi sucede con las Bellotacon.


  • Profesionalizar la organización de la convención. Es decir, contratar a alguien para que las organice y se encargue de toda la logística. Hay personas que se dedican de manera profesional a la organización de eventos. No me estoy inventando nada. Lo bueno de esto es que los jugones lo único que necesitamos es llegar a la convención y disfrutar. Lo malo es que hace falta gastar más dinero para remunerar el tiempo de esta persona y de cualesquiera que contrate como auxiliares (no lo va a hacer todo él solo). Ahora mismo la inscripción a las Bellotacon V está en 65€ (valen la pena, en mi experiencia), antes de eso el precio de la entrada rondaba los 30-40€ por cabeza. Hay que concebir que habría que hacer un esfuerzo mayor. Tal como me comentó una vez Dariorex, todo se paga. Si queremos una afición viva y duradera hay que pagarla.
  • Semiprofesionalizar la organización de la convención. Es decir, que paguemos de nuestro bolsillo lo que requiere la opción anterior, pero dejar que sean los de siempre los que la organicen como hasta ahora. La idea es que con la remuneración extra les compensamos de su tiempo y esfuerzo, de manera que pueden justificar ante otros (sus familias) todos los días que dedican a montar el pifostio. Lo mejor es que está gente ya posee los conocimientos específicos que requiere montar un evento relativo a lo nuestro. Además, si se cansan esto sería un paso intermedio para llegar finalmente a la profesionalización total de arriba.
  • Subvención pública. ¡No hace falta pagar honorarios de nuestro propio bolsillo! (o al menos no totalmente). Podemos movernos para lograr una subvención y conseguir convenciones de calidad gracias a nuestros propios impuestos. Aunque con indudables ventajas me temo que esta opción va a ser la menos preferida de todos hasta el punto de nacer muerta. No sólo hay que lidiar con las Administraciones Públicas - algo con lo que yo no he hecho muy buenas experiencias y que pienso que quema tanto como la organización del evento en sí - sino que además puede que el asunto no se resuelva como esperamos. Dicen que sorpresas te las da la vida, pero las sorpresas de verdad te las da el Estado en sus diferentes formas. Puede ser que la subvención sea misérrima (como esos 300€ que nos dieron para las Talazbrágoles) o llegue tarde, o acepten aflojar lo que se pide pero a cambio se cuela en la organización el familiar de alguien... ya me entendéis.
El familiar de alguien,,,

Pero lo que yo más temo de una subvención pública es la injerencia política. Va a ser uno (o dos) partido(s) político(s) quien(es) esté(n) detrás de la subvención y a estos señores se les puede pasar por la cabeza que nuestra convención de wargames puede servir a publicitar y promover su agenda política. Para eso ponen el dinero. Hay que evitar a toda costa la vinculación de nuestra afición con cualquier tipo de movimiento político, puesto que nuestro ascenso y caída estaría condicionado a las necesidades de estos señores. Incluso si los que conceden la subvención son unos tíos normales que están contentos en aflojar la pasta y dejarnos tranquilos, eso no quita que la oposición de los primeros no se vaya a tirar encima de la organización del evento para fiscalizar hasta el último penique de dinero público gastado. De hecho, esto último fue otro motivo para el fin de las Talazbrágoles.
  • Circuito de convenciones. Seguimos con la organización amateur de ahora, pero en lugar de que n clubs o aficionados monten n convenciones anuales, cada grupo o aficionado se va relevando en organizar una convención anual de wargames, única cada año. No hay más convenciones ese año. La Convención Anual de Wargames de España. Esto permite que economizar los recursos personales de todos los organizadores implicados, de forma que solo tienen que poner su empeño una vez cada n años, que es más sostenible personalmente que ir un año tras otro a darse la paliza. También se gestionan mejor los recursos de los aficionados asistentes, que no nos podemos permitir ir a n convenciones cada año, con lo que es posible que en alguna flojee la asistencia. Esto ya se ha hecho antes. Entre los aficionados a Friedrich de Reino Unido y España hemos acordado ir alternando nuestros campeonatos para no robarnos participantes. Y en los tiempos de las Talazbrágoles en España unas CLN (Convivencias Lúdicas Nacionales) eran organizadas por un grupo de roleros y frikis diferente de nuestra geografía cada año. He de confesar que esta última opción es la que a mi más me gusta y veo más viable de momento. Tan sólo necesitamos ponernos de acuerdo entre nosotros para llevarla a cabo.

2 comentarios:

  1. SUPER interesante el articulo y comparto el diagnóstico.
    Personalmente no sería tan partidario de la última opción porque las habilidades organizativas, los espacios disponibles y hasta el entusiasmo no es igual en todos lados. Se producirían odiosas comparaciones y malos rollos, sin duda.
    Veo la profesionalización (total o parcial) como una solución más duradera.
    Una pregunta: ¿Cómo se organizan los macro-eventos de EEUU? ¿Qué modelos existen ahí fuera?

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    1. En primer lugar, gracias por los cumplidos.

      En segundo lugar, no entiendo tu argumentación. Esas diferencias entre unos lugares y otros ya existen, y ya se hacen comparaciones indudablemente. Y no está pasando nada. Ni malos rollos ni historias. Puede que en estas Bellota hayan dado ya un paso a la semiprofesionalización, al menos eso es lo que parece indicar el coste de inscripción, mayor que el de otras ocasiones.

      Por lo que tengo entendido, en Estados Unidos hay eventos de particulares y otros organizados por empresas. Los primeros los monta un entusiasta de tal o cual juego en unas instalaciones grandes que tiene disponibles, porque si algo no falta allí es espacio. De alguna manera operan con menores costes en lo que a alquiler de espacios se refiere, al menos. Esto lo sé por el tesorero del Club Dragon, que ha ido a una convención en Pennsylvania de GCACW organizadas así.

      Las convenciones más sonadas allí están organizadas por empresas y se centran en hacer negocio. GMT, Compass, y MMP tienen sus convenciones promovidas por ellos. Aquí no creo que ninguna editorial de wargames pueda llegar tan lejos, simplemente porque el mercado nacional es demasiado pequeño para hacer rentable algo así. Pueden participar - y participan - en eventos organizados por otros, pero no creo que haya masa crítica suficiente para que una editorial de wargames saque su propia convención. Si la hay para que una "generalista" como Edge organice las suyas. En cambio.

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