El pasado sábado nos reunimos una vez más para jugar al Friedrich. Había 4 personas por la mañana y 6 por la tarde, con lo que fue posible jugar 2 partidas.
Poco, tarde, y mal.
Tome parte en la partida matutina como Francia, mientras que JM y JJ me acompañaban como Rusia y Austria, respectivamente, frente a Ringard que jugaba como Prusia.
La última partida de JJ a este juego había sido un paseo militar prusiano porque él, jugando con Austria, no hizo prácticamente casi ningún ataque. Tras aquella partida, todos le aleccionamos en la agresividad que ha de ser la base para toda estrategia aliada en este juego. Hay que perder el miedo a sufrir derrotas - sobre todo si juegas con Austria - y lanzarte desde el inicio aunque no tengas cartas del palo adecuado, o de lo contrario Prusia echa raíces en un sector y hacía el final de la partida te falta tiempo para echarle de allí.
No sirvió para nada. JJ lo volvió a hacer.
Después de la partida señaló que hizo algunos ataques, por lo que no podíamos acusarle de haber permanecido totalmente inactivo. Y si, es cierto, algún ataque hizo, pero como yo le comenté, los hizo "poco, tarde, y mal". Ringard se le asentó con una pila de 2 generales y 14-16 tropas en Silesia, y en los 20 turnos que duró la partida a JJ jamás se le ocurrió la idea de apilar 3 generales con 20 y pico puntos para desgastar la mano prusiana (Ringard se estaba defendiendo en picas). Sus 2-3 ataques a esa pila prusiana fueron con tropas equivalentes, y jugando cartas hasta que se le acababan las del palo en cuestión.
Lo más curioso de todo es que uno de los que le había animado a ser agresivo, nuestro ruso JM, se puso a hacer exactamente lo mismo y a caracolear como si aquello fuera una partida de Colonos de Catán, que para joder a un adversario tienes que esperar a que salga un 7 con los dados para ponerle encima al ladrón.
Su comienzo fue bastante prometedor, aprovechando un error de Ringard para limpiar Prusia Oriental en el turno 2. Pero tras eso, se dedico a evitar el sector de tréboles de Kammin como si fuera una región infectada de ébola. Creo que no exagero cuando digo que igualó o supero el record de turnos sin ataques rusos que ostenta Rf (aquí tenéis el reporte turno a turno de esa partida). En lugar de eso, se dedico a conquistar todos los objetivos que el P7 no cubría desde el mencionado sector de tréboles, cazar un tren de suministros que había por ahí y que no suministraba a nadie, meterse en la zona de Berlin a hostigar un poco... . Llego incluso a amagar con apoyarme en Magdeburgo con un general, pero a esas alturas yo ya estaba demasiado ocupado defendiendo más que atacando, y no había forma de que pudiese aprovecharme de ello. Así que el general ruso dio media vuelta y siguió merodeando sin hacer nada. Es una pena, porque si se le hubiese ocurrido ayudar a JJ en Silesia en lugar de a mí, si que hubiera podido poner a Ringard contra las cuerdas.
Para cuando si hizo algún ataque contra el general prusiano P7 que le defendía los 4 objetivos que le quedaban, lo hizo como JJ, es decir "poco, tarde, y mal". Atacó 2 veces con un sólo general, una vez con 8 tropas frente a 6, y otra incluso en inferioridad de 6 contra 8. Y lo mismo que JJ, se limito a gastar todas sus cartas del palo (tréboles) en cada combate hasta que ya no le quedaron más. No fue capaz de hacer lo mismo que hubiera debido hacer JJ, apilar otro general y atacar en turnos sucesivos con superioridad para desgastar las cartas prusianas. Tuvo tiempo de sobra para hacerlo. La zarina murió en el turno 18.
No es de extrañar que Ringard afirmará más tarde que no sintió ninguna presión. Poco pude hacer yo con Francia para evitarlo. Me limite a avanzar cautelosa y metódicamente, aprovechando en cuanto pude mi superioridad numérica para desgastar la mano de mi adversario. Así logre limpiar de 15-20 puntos de corazones la mano prusiana. Sin embargo, la falta de presión en otros frentes permitió a Ringard sumar 3 generales prusianos a los 2 hannoverianos que me hostigaban, llegando a colarme un prusiano en el borde occidental del mapa. Cometí un error y perdí mis 2 trenes de suministro a la vez, y eso me retraso dos turnos. A pesar de todo, logré hacerme con 8 objetivos para el final de la partida, y con ello al menos superar la puntuación (llevamos un registro de nuestros éxitos) a mis poco efectivos aliados.
Viviendo de lo ahorrado.
No tomé parte en la partida de la tarde. En lugar de eso estuve jugando con Will a Twilight Struggle (gané yo).
A pesar de eso pude descolgarme un par de veces para echar un vistazo a la partida. JM jugaba ahora como Prusia, tras haber cambiado su sitio con Flojich, que jugaba como Rusia. Al mando de las fuerzas austríacas estaba Pdr, una reciente adición a nuestro grupo. A Ringard le quedó Francia. Ringard ya lleva 4 ó 5 partidas con Francia desde que volvimos de Berlin en octubre.
Para compensar el paseo de esa mañana, a Ringard la suerte le dio la espalda por la tarde y Francia abandonó el juego antes que Rusia. JM pareció sacar provecho de esto y de la bisoñez de Pdr para mantener la situación bajo control. Tan sólo Rusia no dejaba de presionar y poner en peligro la defensa prusiana.
Para cuando ya me quede viendo el final de la partida, a Rusia le quedaba un último objetivo (Pyritz) que no acertaba a conquistar, y que JM defendía notablemente desde el sector de diamantes. Parece que había improvisado la defensa desde ahí al hacerséle imposible defender desde otros sectores. Lo cierto es que en la fase final de la partida le puso en una situación peliaguda, porque los últimos objetivos que defendía contra Austria y el Imperio también estaban en diamantes. Sencillamente, se lo jugaba todo a un sólo palo contra las manos de 3 jugadores.
Pero resulta ser que tenía muchas cartas de diamantes. Yo no había visto la parte previa de la partida, pero algo debió hacer bien que pudo acumular una gran cantidad de cartas de ese palo para así poder aguantar al final viviendo de lo ahorrado durante la buenos tiempos. Con esa reserva y sacando tajada de la inexperiencia de Pdr, que aún desconoce las tácticas necesarias para sacar tajada de semejantes situaciones, pudo aguantar hasta alzarse con la victoria. Fue un final de partida muy emocionante, con el resultado siempre abierto.
Es marcado contraste con su desempeño durante la mañana, JM se sacó algunas jugadas maestras de la manga y demostró una adecuada visión de conjunto que le permitió improvisar y salir de cuantos apuros le sometían los jugadores. JM comenzó hace años siendo un pésimo jugador prusiano, que perdía sistemáticamente sin importar la torpeza de sus adversarios. Ha aprendido de esos errores y ahora es bastante capaz de sacar partido de una debilidad en la alianza antiprusiana para defenderse con éxito. Tan sólo cabe esperar que lo que ha aprendido jugando con Prusia se traslade a su juego con los aliados, haciendo que este mejore.
P.S.: La última vez que yo jugué como Prusia contra JM, él me gano.
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