Hace ya bastante tiempo que no dedico una entrada a una de estas nuestras reuniones mensuales para jugar a Friedrich. Ha habido varios motivos para ello. Desde que no pude estar presente en alguna convocatoria, hasta la baja asistencia de miembros de nuestro grupo que ha resultado en convocatorias con pocas partidas dignas de ser contadas.
Este fin de semana, en cambio, la respuesta fue la más elevada desde hace varias convocatorias. Llegaron a presentarse hasta 7 participantes. Así que tuvimos ocasión para jugar varias partidas, incluso de manera simultánea.
Por la mañana me quede como observador - y fotógrafo - mientras Flojich (como Prusia), JM (como Rusia), C_M (como Austria) y Ringard (como Francia) se bregaban sobre el tablero con nuestra enésima recreación de la Guerra de los Siete Años.
Flojich llevaba 6 meses sin jugar. Y se le notaba. En última instancia la causa principal de su debacle fue que aceptó demasiados combates con Austria en condiciones muy desfavorables. C_M no tardó mucho en formar una torre con 24 tropas en Silesia y atacar sistemáticamente un turno tras otro a los generales sueltos que Flojich le iba dejando a tiro. No parece que en ningún momento el prusiano aprendiese a juntar sus fuerzas para plantar cara y reducir el tremendo desgaste de cartas (de 17-19 puntos en más de una ocasión). Hacia el final de la partida Silesia estaba casi enteramente conquistada.
Sajonia, en cambio, no fue visitada por la guerra ni por aliado alguno en esta partida. C_M lograba enviar un general al área de Halle-Magdeburgo que atacó a un general prusiano que - otra vez - estaba colocado a tiro suyo. Gracias a eso Francia pudo conquistar Magdeburgo sin problemas.
Turno 7. El final está próximo. Suecia ha tomado todos sus objetivos primarios. Prusia ha sido expulsada de Silesia. Francia ha tomado Magdeburgo y avanza inexorablemente hacía sus últimos objetivos. |
En el norte los rusos se encontraban con resistencia en Prusia Oriental - en Soldau - y en Pomerania. Pero el desgaste de cartas que Prusia estaba sufriendo frente a Austria influyó también en este teatro de operaciones, y aunque Flojich pudo mantenerse frente al ruso no pudo evitar que Suecia controlase todos sus objetivos primarios desde el turno 7. La derrota pendía así de la cabeza de Flojich como una espada de Damocles, dependiendo de que sólo una carta - Elisabeth - saliese o no a tiempo.
Pero eso no llegó a suceder. Ayudado por el austríaco en Magdeburgo y por la prodigalidad hannoveriana para aceptar combates y sus consecuentes derrotas, Ringard ejecutó un avance imparable y carente de fallos que le llevó a conquistar sus últimos objetivos en el turno 9.
Lo cual era una pena, porque al revelar las siguientes cartas del destino, aquella partida hubiera acabado con derrota aliada en el turno 12. Flojich pagó con la derrota la falta de práctica de los últimos meses.
Más difícil lo tuve yo por la tarde en su mismo papel - Prusia - con los mismos tres contrincantes de la mañana (JM-Rusia, C_M-Austria, y Ringard-Francia). Inicialmente las cosas no me iban mal. Supuse que C_M repetiría su estrategia de por la mañana y concentré fuerzas en Silesia para recibirle. Más adelante incluso logré unir a Federico a la torre doble que ya tenía allí. Le mantuve a raya en torno a Breslau mediante agresivos combates del palo de picas y Austria se quedó sin ese palo en varias ocasiones. Para mi desgracia, no fuí capaz de asestarle ningún golpe a pesar de jugar varias veces sobre 0. Por lo que mi situación allí se mantuvo en precario y me costó un riñón en cartas.
El pobre Ringard no disfrutó por la tarde del paseo que había tenido por la mañana, incluso tomando Magdeburgo por segunda vez con ayuda austríaca. Mantuve a las piezas hannoverianas sobre el tablero y a las francesas divididas mediante las entre nosotros muy manidas retiradas automáticas de -1. A pesar de eso, Ringard mantuvo la presión de forma constante y me estaba sintiendo cada vez más acorralado.
Frente a Rusia se pueden adoptar 2 posturas. Una defensiva consistente en jugar de manera sistemática retiradas de -1, y otra ofensiva consistente en aceptar todos los envites rusos intentando forzarle a gastar todas las cartas de un palo determinado. En este caso los tréboles. Yo adopté esta última y me fue bien durante bastantes turnos porque estaba robando bastantes cartas del palo adecuado. Sin embargo, me cayeron dos reducciones de subsidios en los turnos 11 y 12 y el efecto fue el de conducir sin tener puesto el cinturón de seguridad y tener que pegar un frenazo. Mi suministro de cartas se redujo de 7 a 4 por turno, y aunque intenté expulsar al ruso de mi lado desesperadamente, JM siempre tenía una carta a mano para realizar una retirada por la mínima. Me acorraló con bastante habilidad y tomo el último objetivo - Colberg - en el turno 17.
No estoy seguro de que la estrategia defensiva me hubiera dado mejores resultados frente al ruso. Posiblemente me hubiera acorralado igualmente y obligado a luchar a la desesperada, pero en una desventaja mayor porque había gastado cartas de trébol en sucesivas retiradas. Mediante la táctica ofensiva por lo menos mantenía abierta la opción de retirarme detrás de una frontera de sector tras desgastar a mi contrincante en tréboles. Sin embargo, la combinación de desgaste de cartas en otras áreas - llegué a gastar tréboles para comprar tropas - y el súbito impacto de dos reducciones de subsidios me cerraron también esta opción. Tampoco hay que quitarle mérito a JM, que supo cerrarme todas las vías de acceso de refuerzos a Pomerania y siempre se guardó una carta para una oportuna retirada.
Mientras jugábamos esta partida, Flojich, Will, y JJ disputaban una partida de Maria. No la seguí con detalle. Aún seguía al acabar mi partida de Friedrich. Flojich se resarció de su derrota de la mañana al ganar con Prusia en el turno 10.
En la otra mesa aprovechamos que habíamos acabado temprano para jugar dos partida de The First World War. Un juego bastante desconocido y hasta despreciado que a nosotros nos está dando muy buen resultado y sobre el que en algún momento tendré que hacer alguna reseña.
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