Como muchos otros aficionados a los juegos de mesa, he encontrado en internet mi ventana al mundo exterior, que no sólo me permite ser conocido (un poco) a través de este blog, sino conocer a otros a través de sus propios blogs, podcasts, foros y páginas varias, dedicados principalmente a los juegos de mesa.
Una de estas páginas que consulto es la de los Westpark Gamers. Son un grupo pequeño de muniqueses que desde hace años se reúne de manera regular para jugar a juegos de mesa. Hasta ahí, todo normal. Lo que destaca del grupo es precisamente su página web, que me atrevería a describir como una Boardgamegeek en miniatura... y en alemán (algunos artículos están traducidos al inglés).
Muy bien montada y con una actividad constante, la página de los WGs constituye una pequeña base de datos. En base a ella el 16 de abril aparecía este artículo que aireaba las dudas que los WGs tenían acerca de la calidad de los juegos de mesa en los últimos años.
Fieles a su condición de germanos, los WGs no se limitan únicamente a jugar. En cada sesión cada uno de los participantes puntúa el juego. La gráfica de arriba recoge las puntuaciones medias que el grupo ha ido otorgando a los juegos en cada año. Como se puede constatar, ha habido un descenso en la puntuación media otorgada por los WGs que era lo que les llevaba a plantearse la pregunta: ¿Están empeorando los juegos de mesa?.
Especulando acerca de los motivos de la puntuación decreciente, en el artículo se plantean los siguientes:
- Se publican muchos más juegos que antes, tanto buenos como malos, y meramente por incremento de números es mucho más posible pillarse los dedos con un juego malo.
- Hay mayor número de reseñas que hace 10 años, y el hype generado por ellas incita a compras impulsivas de juegos que, una vez tocan mesa, caen por su propio peso.
- Mayor disposición por parte de los WGs para dar puntuaciones negativas desde que dejaron de recibir copias para reseñas de las compañías.
- Saturación. Por ejemplo, el primer juego de colocación de trabajadores (Caylus) era genial, pero la enésima reimplantación de ese mecanismo en un juego no iba a llevar a una puntuación tan elevada, aunque el nuevo juego fuese todavía bueno.
- Los WGs han variado su escala de valoración, los juegos de calidad intermedia reciben ahora puntuaciones intermedias entre 4 y 6, mientras que antes parece que recibían entre 5 y 8.
- Simplemente, es que ha empeorado la calidad media de los juegos.
- Los WGs valoran ahora cosas diferentes de los juegos que lo que valoraban hace 10 años.
El artículo cierra la discusión proponiendo que varias o todas de entre estas razones están detrás del declive en la valoración de los juegos.
Naturalmente que toda valoración tiene connotaciones subjetivas. No todos los grupos de juegos son como los Westpark Gamers. En el listado de posibles causas, la 3ª, la 5ª y la 7ª son enteramente dependientes de la dinámica del grupo. Aún así, el artículo me parecía un buen punto de partida para hacerme yo mismo la pregunta: ¿está empeorando la calidad de los juegos de mesa?.
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En lo que a calidad se refiere, los juegos de mi grupo se pueden clasificar en tres categorías generales: los malos de remate; los que oye si están bien pero que lo mismo juego a esto que a otra cosa; y los que te cagas de buenos. Seguramente sea la misma clasificación que hacen otros grupos de jugadores de sus juegos. Hasta ahí, nada fuera de lo común.
Lo curioso es que, al menos para mí, la clasificación de un juego dentro de una de esas tres categorías no es ni mucho menos constante. Un juego puede ascender de categoría, como paso con Friedrich, o descender, como sucedió con Napoleonic Wars. Para que algo así suceda en un grupo de juegos, el juego en cuestión tiene que ver mesa de manera regular varias veces en un período aceptable de tiempo. Esto es así porque si pasa mucho tiempo entre una partida y otra, en la práctica los jugadores tienen que aprender el juego de nuevo, reaprender las estrategias básicas.
En cambio cuando retomamos un juego teniendo frescas en la memoria los reglamentos podemos desarrollar nuevas estrategias y caminos en base a , la experiencia de las partidas anteriores y sus lecciones. Pruebas cosas que no te atreviste la primera vez porque, simplemente, no sabías si eran correctas o incorrectas. Esta experimentación es muy importante porque es lo que permite poner a prueba las limitaciones que el juego tiene.
¿Que frecuencia implica "regularmente" en lo que a probar un juego se refiere?. Yo diría que la frecuencia es inversamente proporcional al tiempo de partida que un juego requiere. Yo me conformo con jugar 1 ó 2 partidas de Here I Stand cada año. Gloria a Roma es un juego que he sacado a mesa cada semana durante meses.
Para que un grupo de jugadores se dedique a probar juegos de manera regular es deseable que:
- Los juegos permanezcan un cierto tiempo en posesión de los componentes de ese grupo.
- Que no haya entradas abundantes de nuevos juegos en el grupo.
Lo segundo va dedicado a aquellos grupos en los que hay al menos un componente - a menudo son más - que permanentemente están aportando un chorro de nuevos juegos y tienen colecciones de centenares de juegos. Aunque se quiera jugar siempre a los mismos juegos, el tener una cantidad muy grande de juegos sin probar ejerce una presión en favor de probar las últimas compras. ¿Para qué si no comprar nuevos juegos?. Probar juegos nuevos impide retomar los antiguos y cuando alguien trae un juego nuevo cada semana es posible que no juegues más que una partida a cada juego. La mayor parte de las veces no tiene que llegar a este extremo, y hay grupos que se lanzan a probar nuevos juegos tras tres o cuatro partidas de los "antiguos".
Lo cual me trae a la pregunta ¿cuántas veces hace falta probar un juego para evaluar su calidad con cierta fiabilidad?. Depende de la experiencia que los jugadores tengan en esta afición. Los grupos de nueva formación, que han "descubierto" los juegos de mesa en los últimos 3 años, necesitan muchas más partidas que un grupo de "veteranos", que ya han experimentado extensamente con juegos previos y pueden confrontar está experiencia con lo que los nuevos juegos ofrecen.
Así, un "veterano" puede tener una buena idea de las virtudes y defectos de un juego tras sólo dos partidas. Esto lo digo por mi propia experiencia. Me llevó entre 20 y 30 partidas cansarme de Napoleonic Wars, pero en el proceso gané mucha experiencia acerca de lo que funciona y lo que no funciona con los "Card Driven Games" y las condiciones de victoria en un juego. Ese conocimiento lo he puesto en práctica posteriormente con otros juegos parecidos, y no me ha hecho falta repetir otras 20 partidas a cada uno de ellos para tenerlos "calados" bastante pronto.
Concibo como posible que haya grupos que "ciclan" gran número de juegos porque tienen colecciones muy grandes o los cambian con frecuencia, y que aún jugando sólo una o dos partidas a cada juego logren un nivel de experiencia que les permita evaluar juegos con fiabilidad meramente porque han visto los mismos mecanismos empleados una y otra vez en docenas de juegos diferentes. Sin embargo, acumular experiencia así es algo azaroso, y salvo que todos los juegos sean superficiales y no ofrezcan muchas alternativas, el grupo en cuestión va a estar necesariamente perdiéndose algo.
En resumen, que no hay sustituto para ganar experiencia que tomar un juego y probarlo exhaustivamente.
Evaluar un juego requiere cierta arrogancia, dar por sentado que la opinión propia es objetivamente superior a la de otros. La realidad es que no es así porque nadie es realmente objetivo. Cada uno tiene sus preferencias, y para evaluar correctamente un juego hay que ser consciente de ellas y reconocerlas abiertamente.
A mí, por ejemplo, me gustan más los juegos de guerra que los muevecubos. Por ello tengo más tendencia a evaluar favorablemente los juegos que involucren alguna forma de conflicto directo entre los jugadores. Esto hace que, por ejemplo, aprecie Tigris&Eufrates mucho mejor que Terra Mystica, y Manhattan Project mejor que Tzolkin.
No es malo ser subjetivo, tener gustos. Lo malo es no reconocerlo, proclamar objetividad, e intentar imponer nuestra evaluación de un juego a los gustos de los demás.
Dicho esto, entre dos personas con gustos similares, siempre será más fiable la experiencia de aquel que haya jugado más partidas a una mayor variedad de juegos. Por eso intento no sólo jugar todo lo posible, sino que además procuro no limitarme a un único estilo de juegos y pruebo con frecuencia juegos que se encuentran fuera de mis gustos.
Entre dos personas que han jugado una misma cantidad de veces, será más fiable el que haya jugado a una variedad mayor de tipos de juego. ¡Ojo!. No es lo mismo "variedad de tipos de juegos" que "cantidad de juegos". Es mucho más enriquecedor jugar 100 partidas a 5 juegos de categorías como "colocación de trabajadores", "gestión de recursos", "wargame de miniaturas", "wargame de hexágono", y "ameritrash" que jugar 100 partidas a 100 juegos diferentes, pero que sean todos de "colocación de trabajadores", o "wargames de hexágono".
Teniendo en cuenta todos estos criterios a la hora de evaluar los juegos, volvamos al origen. ¿Tengo yo la impresión de que hayan empeorado los juegos de mesa?. La verdad es que me es imposible asegurarlo. Es más, creo que nadie puede hacerlo. El volumen de juegos publicados ahora con respecto a 10 años es tal, que resulta materialmente imposible que nadie pueda probar ni siquiera una cantidad respetable de ellos de la manera fiable que he descrito.
Hace 10 años al grupo de jugadores de euros que me introdujo al Colonos de Catán les podía recomendar el Puerto Rico, el Grande, el Alta Tensión, Die Macher y otros pocos juegos cuyos nombres eran fáciles de reconocer entre las todavía no demasiadas publicaciones de aquel entonces. Ahora, en cambio, es cada vez más frecuente que me pregunten "¿conoces el juego X?" y mi respuesta sea negativa.
Si hay alguna prueba palpable de lo que digo, se encuentra en la creciente disconformidad que existe en torno a los premios "Spiel des Jahres" que se otorgan en la Feria de Essen. Ni siquiera con un esfuerzo colectivo y dedicado de un grupo numeroso de personas para evaluar juegos se puede evitar la sensación entre el público de que "pues conozco un juego mejor" cuando se otorgan los premios. Antes, con menos juegos, era más difícil conocer un juego mejor que el premiado. Ahora es inevitable.
Lo que si puedo decir con certeza es que al menos cada vez doy entrada a menos juegos malos que antes. Ello lo achaco a la experiencia variopinta que he comentado como esencial para valorar bien los juegos, que he ido ganando partida a partida, y que consiste no sólo en conocer mejor los juegos sino también a uno mismo, sus preferencias, y como satisfacerlas.
No es menos importante el hecho de que ya no compre tantos juegos como antes. Una vez que mi colección llegó a cierto número, el límite que me había autoimpuesto me ha obligado a ser más cuidadoso a la hora de escoger.
También ha jugado un papel la comunidad de internet. Aquí el mero volumen de información es más inabarcable incluso que el de juegos publicados, pero la experiencia y su variedad han sido de nuevo los filtros para desechar los foros, blogs, y comentadores más superficiales, y quedarme con aquellos que tienen criterio y saben aportar razones para aquello que cuentan. El que suscribe no puede menos que aspirar a ser como ellos.
¿Han empeorado los juegos?. Eso, al final, depende de cada uno de nosotros. Si hay malos juegos, es porque alguien los compra. Seleccionad vuestros juegos con cuidado.
Otra reseña brillante...me alegro de que tengas un buen gusto por los juegos de mesa...Yo en cambio me pienso adentrar en este maravilloso mundo...por esa razón estoy leyendo varios de tus articulos...para poder seleccionar bien mis juegos...Gracias
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