Para esta sesión logramos hacer de nuevo 2 mesas. Por la mañana eramos 6 y por la tarde 8.
Como llegué un poco tarde, me quedé con la segunda mesa de 3 jugadores de la mañana. V. tomó de manera voluntaria Prusia porque nunca había jugado antes con ese bando. Rf. llevaba a Austria, y yo al combinado Rusia-Francia.
La partida se prolongó hasta por la tarde y duró unos 18 turnos. V. se llevó la victoria por los pelos, y con algunos errores garrafales por parte mía y de Rf. que le motivaron a comentar nada más concluir que no se merecía la victoria. No estoy de acuerdo. A pesar de que cometió bastantes errores, también fue bastante capaz de gestionar las crisis que estos errores le causaban y debe su victoria tanto a esta capacidad como a nuestros errores.
Al comienzo V. plantó cara frente a Austria e incluso se planteo tomar una opción ofensiva. Situó una torre en Rumburg, en territorio austríaco justo al sureste de Sajonia, en una frontera de picas-corazones dónde se encontraba a tiro de un cerco austríaco. Pero Rf. o no se percató de la vulnerabilidad prusiana, o no tenía cartas para aprovecharla.
Quien si no tenía cartas, y de tréboles, era V. Ni siquiera una reserva. Fue así como en el 4º turno me acerque a tantearle en Stargard con 11 tropas. Él sólo tenía 3, y por su falta de cartas no tuvo más opción que levantar al genera (nº7) del tablero.
Poco más tarde le atacaba también en picas en Prusia Oriental. Ahí era yo quién perdía el general a las primeras de cambio. Por un lado quería comprobar su fuerza. Tenía 5 puntos. Los mismos que yo en esa zona. Tampoco quise forzar mucho un combate en picas porque a esas alturas Prusia había perdido Radeberg y me parecía que a falta de tréboles iba a establecer una defensa en picas en Silesia, que prefería que fuera debilitada paulatinamente por Rf.
V. no pareció verlo así. Abandono Silesia entera sin lucha y paso a concentrar sus fuerzas entre Sajonia y Silesia durante varios turnos. Es posible que recibiese una buena mano de cartas de diamantes y tréboles. Lo cierto es que durante varios turnos Rf. tenía conquistados todos sus objetivos primarios y sólo tenía que esperar para ganar la partida. Él mismo pareció hacerse a esa idea porque alivió un tanto su presión, y tardó un poco en ir a por los objetivos secundarios también. De hecho, tuvo varias oportunidades de cercar a más de un prusiano en la zona de diamantes de Sajonia, y si no lo hizo supongo que de nuevo se debió a la falta de cartas.
Aunque tuve un buen comienzo con Francia, cometí otro error garrafal de los míos con los suministros que me supuso la pérdida de un general con 7 tropas. A partir de entonces Francia tenía para mí un papel más bien supletorio, porque intentaba ganar con el ruso-sueco.
Pasados varios turnos al ruso le faltaban sólo dos banderas en Prusia Oriental, dónde se establecía un impasse mientras acumulaba hasta 7 tropas y unas pocas cartas de picas. El sueco se dirigía hacía sus últimos objetivos en Kammin tras haber dado un rodeo amplio. Más al sur V. conseguía colar por Polonia hacía Silesia un general con un tren de suministro.
El parón en Prusia Oriental finalizó cuando Francia pilló a un prusiano en picas y le obligó a gastar varias cartas en ese palo. Lance un breve ataque, tras el cual el prusiano se coloco en una posición vulnerable en una frontera de picas-diamantes. Al mismo tiempo otro prusiano intentaba a la desesperada volver a tréboles en Kammin para impedir la victoria sueca y era interceptado por un general ruso. Era el turno 13. Tuvieron lugar dos batallas en tréboles y picas entre los rusos y los prusianos. Gané ambas, aunque por un margen mínimo. Me sentía plenamente confiado en la victoria, y entonces salió la carta de Elisabeth y Rusia abandonaba la guerra.
A partir de ahí Suecia no tenía nada que hacer. Lo peor de todo era que en la última batalla había dejado unos cuantos tréboles sin gastar en la mano rusa, por temor a beneficiar demasiado a Austria que estaba intentando recuperar Liegnitz, un objetivo primario en Silesia en sector de tréboles que había perdido un par de turnos antes. Hubiera podido ganar, pero el exceso de cautela me lo impidió.
En las últimas rondas V. había logrado retornar a Silesia y recuperar dos objetivos para impedir la derrota. Se mantuvo con uñas y dientes hasta el final, cuando Rf. le derrotó en una batalla que hubiera sido decisiva si hubiera movido correctamente su general para conquistar la última bandera.
V. tuvo la suerte de no tener ninguna reducción de cartas hasta el turno 15, y que la zarina abandonase el juego en el momento más necesario. Por mi parte, cometí el error con Francia que costo 7 tropas. Pero lo que más lamento es el rodeo que dieron los suecos para conquistar los últimos objetivos. Lo hice para evitar a un ejército prusiano que había por allí cerca y no hubiera hecho falta si hubiera dedicado los rusos a apoyarlos en lugar de tomar sus propios objetivos.
Rf. no "entro a matar" en más de una ocasión en que el prusiano se encontraba en posiciones de cerco bastante obvias. No puedo juzgarlo por eso porque a lo mejor no tenía las cartas adecuadas. Sin embargo, una vez más desperdició al Imperio lanzándolo a lo suicida para quitarle un par de cartas al prusiano o perseguir su tren de suministro, en lugar de intentar crear auténtica presión al prusiano yendo a por sus propios objetivos. Pienso que si lo hubiera hecho así, al menos hubiera conseguido desviar de Silesia a uno de los generales prusianos que le causaron tantos problemas en los turnos 12-18.
En la otra mesa jugaban Flojich como Prusia, y contra él JM como Austria y Ringard. Creo que ganó Ringard. No se gran cosa de esta partida, salvo que duró poco. Flojich intentó una opción ofensiva que se las hizo pasar canutas a Austria, pero que le debilitó tanto en otros frentes que bastó un despiste para que Ringard se llevase el gato al agua.
En los juegos de guerra tus enemigos pueden ser pésimos contrincantes o capaces estrategas, pero la lucha con cualquiera de ellos nunca será tan dura como la que tengas que librar contra tus propios aliados si también ellos están en tu contra.
Nada más terminar la partida de la mañana, V. se levantó y fue reemplazado como prusiano por C_M. Ringard se sentó en el lugar de Austria, Rf llevaba Rusia, y yo me quede con Francia.
Por tercera o cuarta vez consecutiva, C_M ensayó la estrategia consistente en cargar al general hannoveriano 1 con 8 tropas y lanzarlo a por el sueco. En apenas dos turnos había volado la pieza verdiclara del tablero sin gastar cartas. Aparentemente, C_M contempló la partida subsiguiente bajo el prisma de esta estrategia. Para mí el factor dominante de la misma fue algo que estaba totalmente fuera del control prusiano: el jugador ruso.
Rf. nos dio un nuevo repertorio sobre como no jugar con Rusia. En esta ocasión al menos hubo alguna variación. Ya no persiguió a un tren de suministros prusiano en Polonia, aunque fuera sólo porque no lo había. Concentró los 3 ejércitos habituales en Prusia Oriental. Lo normal en estos casos es que el solitario general prusiano que allí se encuentra huya a la esquina nororiental, atrayendo a la pila de rusos para hacerles perder tiempo. En lugar de eso C_M dejó a ese general aguardando en primera línea en el sector de tréboles, con lo que le "hizó la cama" a la estrategia de Rf.
Bastante pronto - turno 3 ó 4 - Rf. tomo 2 generales rusos en una pila con 13 de los 16 puntos rusos y atacó al solitario prusiano oriental con sólo 2. Ventaja de 11 puntos. En la primera jugada C_M le ofrece una retirada de 2 puntos.
Lo suyo hubiera sido aceptar inmediatamente, y si Prusia quiere volver a atacar, que tenga que pagar otros 9 puntos de tréboles sólo para igualar. Pero no, Rf jugó otra carta.
A lo que C_M le contesto con otra jugada ofreciendo otra retirada de 2 puntos.
Rf. jugo otra carta.
Y a partir de ahí, parece que C_M encontró en su mano las cartas de tréboles necesarias para jugar sobre cero y vaciar los tréboles de la mano rusa. Al final Rf. salió tarifando, sin tréboles, y habiendo jugado una reserva (¡si!, ¡incluso tenía una!) para aceptar una derrota de 4 puntos donde antes le había ofrecido 2.
Lo estaba flipando. C_M hace justo lo que más conviene a la estrategia peculiar de Rf., y este coge la oportunidad que se le brinda - ¡en dos ocasiones! - y la desaprovecha. Es aún más incomprensible porque he visto a Rf. emplear correctamente con otros bandos la táctica de vaciar las cartas de un palo de la mano de un contrincante mediante sucesivos y pequeños ataques con gran superioridad númerica. Pero este día y en este momento actuaba en contra de todo lo que había hecho antes.
Ni que decir tiene que los 3 generales rusos se quedaron largo tiempo atascados en Prusia Oriental, dónde el prusiano fue eliminado más por voluntad de C_M que de Rf. y tras bastantes turnos. No era hasta el turno 12 cuando los rusos comenzaban a aproximarse a Kammin y 4 de sus 10 objetivos, tras dar un amplísimo rodeo. Una vez más, Rf. era incapaz de crear la más mínima presión al prusiano.
Ringard lo intentó, y lo hizo bien durante un buen rato. C_M abandonó pronto Silesia y concentró una torre con 20-22 puntos en Sajonia. Austria conquistó rápidamente Silesia. En Sajonia llegó el parón. Tras la partida C_M confesó que no había robado muchos diamantes - tuvo reducción de cartas en el turno 8 - pero Ringard robó incluso menos, y eso le dejó parado en seco mientras tanteaba con otras estrategias.
Tras la partida C_M comentó que Francia había tardado en llegar al área de Magdeburgo. Según mis fotos tardé 6 turnos en conquistar 8 de los 10 objetivos franceses y aparecer justo al oeste del área decisiva de Magdeburgo con los 3 generales franceses. Veremos si alguien consigue lo mismo en menos turnos.
Con la concentración de fuerza pude lanzar algunos ataques con 13-15 puntos de ventaja sobre el prusiano. Austria parecía querer unirse a mí en corazones en un intento de apoyar al Imperio. He de reconocer que C_M hizo una defensa con un posicionamiento muy hábil, pero igualmente tuvo que traer de vuelta al hannoveriano cazasuecos y su tren de suministros, además de otros refuerzos.
Contra dos hannoverianos, su tren, y un prusiano Francia suele tener problemas. Cuando la oposición encima es mayor, apaga y vámonos. Con éxito indudable C_M empleó contra mí una de sus tácticas favoritas: interponer barreras de piezas propias entre mis generales y mis trenes de suministro. Hacía el final de la partida - lo dejamos en el turno 12 por falta de tiempo - había logrado barrer del mapa la mitad de los puntos de tropa franceses y la otra mitad estaba amenazada con desaparecer, aunque yo nunca dejé de intentar hacerle gastar cartas y cartas en el intento.
Por sus comentarios me parece que C_M aprecia como extremadamente elegante esta táctica de cerco y muerte por inanición. Razón no le falta. Cuando se logra, el enemigo juega sin opciones, y además no se gastan cartas en destruirle las tropas. Sin embargo, cuando miró la última foto que tengo de esta partida (turno 11)...
... y cuento 4 prusianos más un tren, más 2 hannoverianos y su tren empeñados en cercar una única pieza francesa (con 7 puntos) la verdad es que tanta elegancia me sale un poco cara. Un lujo, que nuestro satisfecho prusiano se podía permitir más por la ineptitud del zar Rf. el Terrible que por su propia habilidad como estratega.
Francamente, hacía tiempo que yo no tenía nada que hacer, y creo que no se puede echarme en cara que perdiese tantas tropas intentándolo al menos.
Puedo decir en defensa de Rf. que, finalmente y tras una larga serie de partidas con su anti-estrategia, Rf. por fin parecía estar aceptando alguno de los planteamientos que le hice tras concluir. Hasta ahora siempre se había negado si quiera a cuestionar sus decisiones, ni siquiera a la luz de los nulos resultados. Espero que por fina haya un cambio porque con la vena que tiene ahora resulta un jugador ruso no ya poco interesante, sino que incluso estropea las partidas en las que participa. Y es una pena.
En la otra mesa Flojich repetía de nuevo como Prusia, JM hacía lo propio como Austria. Will y Cris habían llegado por la tarde y tomaron el mando de Rusia y Francia respectivamente. Lo único que sé de esta partida es que terminó bastante rápido con victoria francesa.
La partida se prolongó hasta por la tarde y duró unos 18 turnos. V. se llevó la victoria por los pelos, y con algunos errores garrafales por parte mía y de Rf. que le motivaron a comentar nada más concluir que no se merecía la victoria. No estoy de acuerdo. A pesar de que cometió bastantes errores, también fue bastante capaz de gestionar las crisis que estos errores le causaban y debe su victoria tanto a esta capacidad como a nuestros errores.
Al comienzo V. plantó cara frente a Austria e incluso se planteo tomar una opción ofensiva. Situó una torre en Rumburg, en territorio austríaco justo al sureste de Sajonia, en una frontera de picas-corazones dónde se encontraba a tiro de un cerco austríaco. Pero Rf. o no se percató de la vulnerabilidad prusiana, o no tenía cartas para aprovecharla.
Inicio del turno 3. Una torre prusiana al sur de Sajonia se mueve hacía dos ejércitos austríacos y se sitúa en una frontera entre picas y corazones, como se ve en la foto siguiente. |
Quien si no tenía cartas, y de tréboles, era V. Ni siquiera una reserva. Fue así como en el 4º turno me acerque a tantearle en Stargard con 11 tropas. Él sólo tenía 3, y por su falta de cartas no tuvo más opción que levantar al genera (nº7) del tablero.
Poco más tarde le atacaba también en picas en Prusia Oriental. Ahí era yo quién perdía el general a las primeras de cambio. Por un lado quería comprobar su fuerza. Tenía 5 puntos. Los mismos que yo en esa zona. Tampoco quise forzar mucho un combate en picas porque a esas alturas Prusia había perdido Radeberg y me parecía que a falta de tréboles iba a establecer una defensa en picas en Silesia, que prefería que fuera debilitada paulatinamente por Rf.
V. no pareció verlo así. Abandono Silesia entera sin lucha y paso a concentrar sus fuerzas entre Sajonia y Silesia durante varios turnos. Es posible que recibiese una buena mano de cartas de diamantes y tréboles. Lo cierto es que durante varios turnos Rf. tenía conquistados todos sus objetivos primarios y sólo tenía que esperar para ganar la partida. Él mismo pareció hacerse a esa idea porque alivió un tanto su presión, y tardó un poco en ir a por los objetivos secundarios también. De hecho, tuvo varias oportunidades de cercar a más de un prusiano en la zona de diamantes de Sajonia, y si no lo hizo supongo que de nuevo se debió a la falta de cartas.
Aunque tuve un buen comienzo con Francia, cometí otro error garrafal de los míos con los suministros que me supuso la pérdida de un general con 7 tropas. A partir de entonces Francia tenía para mí un papel más bien supletorio, porque intentaba ganar con el ruso-sueco.
Pasados varios turnos al ruso le faltaban sólo dos banderas en Prusia Oriental, dónde se establecía un impasse mientras acumulaba hasta 7 tropas y unas pocas cartas de picas. El sueco se dirigía hacía sus últimos objetivos en Kammin tras haber dado un rodeo amplio. Más al sur V. conseguía colar por Polonia hacía Silesia un general con un tren de suministro.
El parón en Prusia Oriental finalizó cuando Francia pilló a un prusiano en picas y le obligó a gastar varias cartas en ese palo. Lance un breve ataque, tras el cual el prusiano se coloco en una posición vulnerable en una frontera de picas-diamantes. Al mismo tiempo otro prusiano intentaba a la desesperada volver a tréboles en Kammin para impedir la victoria sueca y era interceptado por un general ruso. Era el turno 13. Tuvieron lugar dos batallas en tréboles y picas entre los rusos y los prusianos. Gané ambas, aunque por un margen mínimo. Me sentía plenamente confiado en la victoria, y entonces salió la carta de Elisabeth y Rusia abandonaba la guerra.
A partir de ahí Suecia no tenía nada que hacer. Lo peor de todo era que en la última batalla había dejado unos cuantos tréboles sin gastar en la mano rusa, por temor a beneficiar demasiado a Austria que estaba intentando recuperar Liegnitz, un objetivo primario en Silesia en sector de tréboles que había perdido un par de turnos antes. Hubiera podido ganar, pero el exceso de cautela me lo impidió.
En las últimas rondas V. había logrado retornar a Silesia y recuperar dos objetivos para impedir la derrota. Se mantuvo con uñas y dientes hasta el final, cuando Rf. le derrotó en una batalla que hubiera sido decisiva si hubiera movido correctamente su general para conquistar la última bandera.
V. tuvo la suerte de no tener ninguna reducción de cartas hasta el turno 15, y que la zarina abandonase el juego en el momento más necesario. Por mi parte, cometí el error con Francia que costo 7 tropas. Pero lo que más lamento es el rodeo que dieron los suecos para conquistar los últimos objetivos. Lo hice para evitar a un ejército prusiano que había por allí cerca y no hubiera hecho falta si hubiera dedicado los rusos a apoyarlos en lugar de tomar sus propios objetivos.
Rf. no "entro a matar" en más de una ocasión en que el prusiano se encontraba en posiciones de cerco bastante obvias. No puedo juzgarlo por eso porque a lo mejor no tenía las cartas adecuadas. Sin embargo, una vez más desperdició al Imperio lanzándolo a lo suicida para quitarle un par de cartas al prusiano o perseguir su tren de suministro, en lugar de intentar crear auténtica presión al prusiano yendo a por sus propios objetivos. Pienso que si lo hubiera hecho así, al menos hubiera conseguido desviar de Silesia a uno de los generales prusianos que le causaron tantos problemas en los turnos 12-18.
En la otra mesa jugaban Flojich como Prusia, y contra él JM como Austria y Ringard. Creo que ganó Ringard. No se gran cosa de esta partida, salvo que duró poco. Flojich intentó una opción ofensiva que se las hizo pasar canutas a Austria, pero que le debilitó tanto en otros frentes que bastó un despiste para que Ringard se llevase el gato al agua.
**********
En los juegos de guerra tus enemigos pueden ser pésimos contrincantes o capaces estrategas, pero la lucha con cualquiera de ellos nunca será tan dura como la que tengas que librar contra tus propios aliados si también ellos están en tu contra.
Nada más terminar la partida de la mañana, V. se levantó y fue reemplazado como prusiano por C_M. Ringard se sentó en el lugar de Austria, Rf llevaba Rusia, y yo me quede con Francia.
Por tercera o cuarta vez consecutiva, C_M ensayó la estrategia consistente en cargar al general hannoveriano 1 con 8 tropas y lanzarlo a por el sueco. En apenas dos turnos había volado la pieza verdiclara del tablero sin gastar cartas. Aparentemente, C_M contempló la partida subsiguiente bajo el prisma de esta estrategia. Para mí el factor dominante de la misma fue algo que estaba totalmente fuera del control prusiano: el jugador ruso.
Rf. nos dio un nuevo repertorio sobre como no jugar con Rusia. En esta ocasión al menos hubo alguna variación. Ya no persiguió a un tren de suministros prusiano en Polonia, aunque fuera sólo porque no lo había. Concentró los 3 ejércitos habituales en Prusia Oriental. Lo normal en estos casos es que el solitario general prusiano que allí se encuentra huya a la esquina nororiental, atrayendo a la pila de rusos para hacerles perder tiempo. En lugar de eso C_M dejó a ese general aguardando en primera línea en el sector de tréboles, con lo que le "hizó la cama" a la estrategia de Rf.
Bastante pronto - turno 3 ó 4 - Rf. tomo 2 generales rusos en una pila con 13 de los 16 puntos rusos y atacó al solitario prusiano oriental con sólo 2. Ventaja de 11 puntos. En la primera jugada C_M le ofrece una retirada de 2 puntos.
Lo suyo hubiera sido aceptar inmediatamente, y si Prusia quiere volver a atacar, que tenga que pagar otros 9 puntos de tréboles sólo para igualar. Pero no, Rf jugó otra carta.
A lo que C_M le contesto con otra jugada ofreciendo otra retirada de 2 puntos.
Rf. jugo otra carta.
Y a partir de ahí, parece que C_M encontró en su mano las cartas de tréboles necesarias para jugar sobre cero y vaciar los tréboles de la mano rusa. Al final Rf. salió tarifando, sin tréboles, y habiendo jugado una reserva (¡si!, ¡incluso tenía una!) para aceptar una derrota de 4 puntos donde antes le había ofrecido 2.
Lo estaba flipando. C_M hace justo lo que más conviene a la estrategia peculiar de Rf., y este coge la oportunidad que se le brinda - ¡en dos ocasiones! - y la desaprovecha. Es aún más incomprensible porque he visto a Rf. emplear correctamente con otros bandos la táctica de vaciar las cartas de un palo de la mano de un contrincante mediante sucesivos y pequeños ataques con gran superioridad númerica. Pero este día y en este momento actuaba en contra de todo lo que había hecho antes.
Ni que decir tiene que los 3 generales rusos se quedaron largo tiempo atascados en Prusia Oriental, dónde el prusiano fue eliminado más por voluntad de C_M que de Rf. y tras bastantes turnos. No era hasta el turno 12 cuando los rusos comenzaban a aproximarse a Kammin y 4 de sus 10 objetivos, tras dar un amplísimo rodeo. Una vez más, Rf. era incapaz de crear la más mínima presión al prusiano.
Ringard lo intentó, y lo hizo bien durante un buen rato. C_M abandonó pronto Silesia y concentró una torre con 20-22 puntos en Sajonia. Austria conquistó rápidamente Silesia. En Sajonia llegó el parón. Tras la partida C_M confesó que no había robado muchos diamantes - tuvo reducción de cartas en el turno 8 - pero Ringard robó incluso menos, y eso le dejó parado en seco mientras tanteaba con otras estrategias.
Tras la partida C_M comentó que Francia había tardado en llegar al área de Magdeburgo. Según mis fotos tardé 6 turnos en conquistar 8 de los 10 objetivos franceses y aparecer justo al oeste del área decisiva de Magdeburgo con los 3 generales franceses. Veremos si alguien consigue lo mismo en menos turnos.
Con la concentración de fuerza pude lanzar algunos ataques con 13-15 puntos de ventaja sobre el prusiano. Austria parecía querer unirse a mí en corazones en un intento de apoyar al Imperio. He de reconocer que C_M hizo una defensa con un posicionamiento muy hábil, pero igualmente tuvo que traer de vuelta al hannoveriano cazasuecos y su tren de suministros, además de otros refuerzos.
Contra dos hannoverianos, su tren, y un prusiano Francia suele tener problemas. Cuando la oposición encima es mayor, apaga y vámonos. Con éxito indudable C_M empleó contra mí una de sus tácticas favoritas: interponer barreras de piezas propias entre mis generales y mis trenes de suministro. Hacía el final de la partida - lo dejamos en el turno 12 por falta de tiempo - había logrado barrer del mapa la mitad de los puntos de tropa franceses y la otra mitad estaba amenazada con desaparecer, aunque yo nunca dejé de intentar hacerle gastar cartas y cartas en el intento.
Por sus comentarios me parece que C_M aprecia como extremadamente elegante esta táctica de cerco y muerte por inanición. Razón no le falta. Cuando se logra, el enemigo juega sin opciones, y además no se gastan cartas en destruirle las tropas. Sin embargo, cuando miró la última foto que tengo de esta partida (turno 11)...
... y cuento 4 prusianos más un tren, más 2 hannoverianos y su tren empeñados en cercar una única pieza francesa (con 7 puntos) la verdad es que tanta elegancia me sale un poco cara. Un lujo, que nuestro satisfecho prusiano se podía permitir más por la ineptitud del zar Rf. el Terrible que por su propia habilidad como estratega.
Francamente, hacía tiempo que yo no tenía nada que hacer, y creo que no se puede echarme en cara que perdiese tantas tropas intentándolo al menos.
Puedo decir en defensa de Rf. que, finalmente y tras una larga serie de partidas con su anti-estrategia, Rf. por fin parecía estar aceptando alguno de los planteamientos que le hice tras concluir. Hasta ahora siempre se había negado si quiera a cuestionar sus decisiones, ni siquiera a la luz de los nulos resultados. Espero que por fina haya un cambio porque con la vena que tiene ahora resulta un jugador ruso no ya poco interesante, sino que incluso estropea las partidas en las que participa. Y es una pena.
En la otra mesa Flojich repetía de nuevo como Prusia, JM hacía lo propio como Austria. Will y Cris habían llegado por la tarde y tomaron el mando de Rusia y Francia respectivamente. Lo único que sé de esta partida es que terminó bastante rápido con victoria francesa.
Bueno, aprovechando que nuestro anfitrión tiene poca información de las dos partidas que jugué como prusiano el sábado, voy a colarme en su blog otra vez.
ResponderEliminarOtra vez prusiano. ¡Dos veces! La verdad es que no me lo esperaba, pero no me extraña cuando las cosas se escogen por azar. Personalmente considero que el escoger bandos al azar no es bueno y debilita nuestro grupo de cara a torneos, ya que o te tocan interminables sequias como Prusia o te metes atracones, y lo mismo con los aliados (JM se está metiendo un atracón de Austria y Rf de Francia). De las últimas siete partidas mías, cuatro han sido de prusiano, dos de francés y una de austriaco. ¡¡¡¡Quiero jugar con Rusia!!!! A Ringard le pasó algo parecido lo que me está pasando a mí el año pasado, aunque en su caso sí sirvió para mejorar su juego, quizá por su mejor disposición al sufrimiento de este tipo de “castigos” (algo que quizá se debe a su sangre anglosajona). Bromas aparte, en mi caso, necesito ir cambiar de jugador constantemente para afrontar las partidas dando lo mejor de mí mismo y del juego de cada bando. La verdad es que, de puro cansancio por la repetición, mi actuación estuvo por debajo de lo que yo mismo esperaba, sobre todo en la segunda partida. Jugar de prusiano en estas dosis tan elevadas me está causando cierto daño mental.
Dado que me tocaba otra vez ejercer de víctima y otra vez con JM como contrincante austriaco, decidí intentar, en la primera partida, la OO por primera vez para mí como atacante. Tenía muy claras las lecciones porque yo mismo sufrí una terrible OO que perdí y sé que es posible para el Prusiano ganar, por lo mal que lo pasa el austriaco en esa situación. No obstante, me equivoqué. La solución a lo que me condenó la pensé a la hora de colocar los ejércitos, pero no la ejecuté. Eso unido a un fallo de cálculo (a veces contar tres espacios es complicado), hizo que callera el frente Ruso y Ringard se llevara la partida fácilmente y en poco tiempo. No obstante, me apunto el fallo para la siguiente. Ya me imaginaba lo que iba a pasar y, efectivamente, se confirmó por el desarrollo de la partida y por los conocimientos que Ringard compartió amablemente, haciéndome ver que, en efecto, el fallo principal fue uno en especial del planteamiento de mi OO, algo que, niños, dejaremos para futuras entregas.
Dado lo rápido de la conclusión, JM, Ringard y yo nos dispusimos a jugar una partida de Maria, la cual concluyó rápidamente, antes de la comida. Reseñar simplemente que estuvo entretenida. Ganó Ringard de nuevo, como prusiano y JM realizó un papel excepcional, pero la falta de experiencia de JM y mi propia falta de práctica no ayudaron a que fuera de otro modo. En mi caso me mostré tímido como francés en el frente occidental. Ello me trajo un descalabro y no pudo evitar el fuerte avance prusiano, pese a que le di facilidades al austriaco para aguantar. Supo aprovecharlas, pero desde el principio Ringard llevó suficiente ventaja como para que cualquier fallo costara muy caro. Así fue, él lo aprovechó y ganó.
Por la tarde, otra vez Friedrich como prusiano. Me planteé repetir la ofensiva corrigiendo los errores de la mañana, pero dado que JM era otra vez austriaco, no quise hacerle la púa, aunque vino dispuesto a recibir según comentó. Parte de mi desmotivación para repetir fue debida al dolor de cabeza que arrastraba de la mañana por la falta de costumbre de jugar tanto tiempo a estos juegos.
ResponderEliminarEn el frente ruso vapulee a los rusos de Will, quien no pudo por las cartas ir más allá de aspirar durante dos turnos a que la Zarina muriese y alzarse con victoria sueca. No fue así, porque estos se retiraron los primeros de la partida y con eso se acabaron sus esperanzas en ese frente. Pese a tener yo casi todo de cara, un error grave en el frente francés por defender en el mismo palo que al austriaco (debido quizá a que ha llegado un punto que creo que estoy creyéndome demasiado seguro en el frente francés y a que subestimé las habilidades de Cr(?)), le dieron la partida al francés. Austria caminaba a paso firme hacia la victoria, sacándome del sector de picas de Silesia pese a la patente inferioridad en cartas, pero no llegó a tiempo. La verdad es que le quedaba un rato ya que, una vez más, y gracias a la debilidad rusa, conseguí colar una pieza hacia el fondo de Silesia.
En fin, quedó por mi error en una partida insulsa y como a medio cocinar. A ver si la siguiente vez voy más motivado con independencia del bando que toque.
Vro que estáis practicando para el campeonato de junio. ¿se puede jugar Friedrich on-line?
ResponderEliminarPara jugar online únicamente hay disponible un módulo de Cyberboard que se puede encontrar en la propia página de Histogame. Yo lo he usado ya en una partida, y estoy jugando una segunda, aunque ésta parece que va a un ritmo mucho más lento que la primera.
Eliminar