Hace un par de semanas termine de ver la tercera temporada de Juego de Tronos. ¡A buenas horas!, diréis algunos. Traquilizaros, os digo yo. Parece que esto de tener disponible vía internet todas las series del mundo mundial nos obliga a descargar y descargar, y ver y ver series como si lo fueran a prohibir mañana. Lo cierto es que lo han intentado, pero incluso con eso yo tengo cosas mejores que hacer con mi tiempo, y tanta disponibilidad es para mí una razón de bastante peso para tomarme las cosas con calma.
Cuando la serie este completa con alguna temporada aún no definida seguramente sea muy agradable e interesante de ver de una tacada, episodio tras episodio y temporada tras temporada. Ahora, sin embargo, cuando ves las temporadas con un año de espacio entre una y otra me han surgido un pequeño problema: me olvido de quienes son algunos personajes menores. Por eso me ha venido muy bien que, al mismo tiempo que visionaba la tercera temporada en streaming, retransmitiesen la segunda temporada en un canal de TV en abierto. El año que viene, si es posible, pienso repetir el formato.
La tercera temporada sigue al tercer libro de la saga. Tanto el uno como el otro ofrecen entretenimiento firme y de buena calidad con un formato basado en multiples líneas narrativas simultáneas que se cruzan ocasionalmente. Cuando una línea narrativa entra en una "fase de reposo" (necesaria porque un trajín incesante y continuo agotan tanto al lector como al espectador) en otra de las líneas se enciende una situación crítica o inesperada que ayuda a mantener el interés.
Había pensado decir que la serie sigue una ruta narrativa paralela a la de la novela. Pero no es cierto. Es cierto que la narración de la serie se aparta un poquito de la de la novela y después la sigue a cierta distancia en una especie de "realidad paralela". No obstante, de manera recurrente la narración en la serie se cruza en momentos críticos con la del libro, llegando al mismo resultado. Es una buena decisión. A mi no me importa que en la serie tal o cual personaje luchen dos batallas o asedios en lugar de las cuatro o cinco de la versión escrita, lo que es importante es que tanto en una versión como en la otra ese personaje se encuentre en la misma situación, que en esta Juego de Tronos puede ser muerto, preso, o casado. La serie llega al mismo resultado que la novela pero por un camino más corto, más directo, y a la vez más adecuado porque de ceñirse literalmente a la novela la serie se dispararía en gastos y en duración de las temporadas. Puede que algunos fans de Peter Jackson deseaseis que los capítulos de Juego de Tronos durasen el triple de tiempo, pero se puede decir con toda objetividad que lo único que se lograría es convertir una historia trepidante en un auténtico coñazo. Diez capítulos de 50 minutos por temporada están bien para mantener un ritmo de acción trepidante.
De todas formas, entre la tercera temporada y el tercer libro de Juego de Tronos existe una divergencia importante. La serie recoge tan sólo algo así como dos terceras partes de la novela. Es decir, acaba antes. Ya está anunciado que la cuarta temporada cubrirá lo que falta de "Tormenta de Espadas" - título del tercer libro de la saga -. A pesar de que la tercera temporada ya ha representado uno de los momentos críticos de la saga - ESO TAN GORDO que sucede y sobre lo que tengo que hacer un comentario más - estoy muy interesado en ver el tratamiento que la serie da a lo que queda del libro, porque en mi opinión fue exactamente al final del tercer título cuando la narración novelada se fue a tomar por el culo.
Bien, y ahora sobre ESO TAN GORDO que sucede y que dejo a muchos boquiabiertos, y a otros muchos embelesados con las reacciones de aquellos. Me gusta mucho más como se ha hecho en la versión televisiva que en la de la novela. Principalmente porque en la serie se han tomado la molestia de que ni te lo huelas. No te avisan, ni te ponen en situación. Aunque yo ya sabía lo que iba a pasar porque ya lo había leído, pude reconocer que para cualquiera que no hubiera tenido contacto con los libros de George R.R. Martin la sorpresa lograda era total y devastadora.
En la novela, en cambio, la escena se insinúa y sugiere previamente antes de suceder. Recuerdo que cuando la leí mi reacción fue detenerme, volver una página hacía atrás, y releer la situación desde el inicio porque pensaba que me había saltado una página o un párrafo. El cambio de situación era tan brusco que pensaba que me había perdido algo, pero más allá de eso pensé "¡Ah!, bueno", y seguí para adelante. Al haber visto la misma escena en la serie no he podido evitar arrepentirme un poco de haber leído todos los libros de la saga tan rápido. Sigo disfrutando de la serie porque está bien hecha, pero mi experiencia previa atenúa el disfrute que pudiera obtener de la versión audiovisual de la historia. De esto tan sólo me puede sacar que las siguientes temporadas lleven la historia por derroteros nuevos que la versión escrita no haya tomado.
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