Esta semana ha comenzado por fin la partida de Machiavelli por correo electrónico de la que hablaba al final del post sobre el juego de Diplomacia. Hay 8 jugadores. ¿Participo yo en la partida?. Pregunta que dejo sin respuesta.
No importa. Cuando inicie este blog, una de las ideas que tenía para el mismo era que sirviera de escaparate para estas partidas de Diplomacia/Machiavelli que organizamos practicamente todos los años. Además, la partida va a ser parte de mi ocio durante las siguientes semanas y meses, y no mostrar algo de ello en este blog sería una omisión enorme. Independientemente de si soy juez o parte, tengo intención de utilizar el blog como diario de la partida. Cuando la partida finalice, va a ser muy útil para revisar que sucedió y cuales eran las impresiones que se tenían en ese momento. Para eso, no obstante, voy a utilizar un tono lo más neutral que me sea posible. En parte también porque no puedo ni quiero revelar si participo o no, y que país soy en caso de que este jugando.
No tengo intención de hacer un repaso turno por turno de la partida. Sería demasiado denso y cansino. Por ahora creo que haré entradas únicamente una vez cada 4 turnos. Cada año de juego. Es más fácil hacer análisis de una situación cuando se contemplan tendencias a más largo plazo.
Bien. Comenzaré con la presentación gráfica de la partida.
No importa. Cuando inicie este blog, una de las ideas que tenía para el mismo era que sirviera de escaparate para estas partidas de Diplomacia/Machiavelli que organizamos practicamente todos los años. Además, la partida va a ser parte de mi ocio durante las siguientes semanas y meses, y no mostrar algo de ello en este blog sería una omisión enorme. Independientemente de si soy juez o parte, tengo intención de utilizar el blog como diario de la partida. Cuando la partida finalice, va a ser muy útil para revisar que sucedió y cuales eran las impresiones que se tenían en ese momento. Para eso, no obstante, voy a utilizar un tono lo más neutral que me sea posible. En parte también porque no puedo ni quiero revelar si participo o no, y que país soy en caso de que este jugando.
No tengo intención de hacer un repaso turno por turno de la partida. Sería demasiado denso y cansino. Por ahora creo que haré entradas únicamente una vez cada 4 turnos. Cada año de juego. Es más fácil hacer análisis de una situación cuando se contemplan tendencias a más largo plazo.
Bien. Comenzaré con la presentación gráfica de la partida.
Ocho jugadores. Inicio de la partida, primavera de 1454. Para ganar es preciso controlar 15 ciudades y 2 países. Los jugadores comienzan sin dinero. En este primer año no habrá ni hambrunas ni pestes. La partida anterior era de 6 jugadores y el mapa estaba mucho menos congestionado. Había más espacios blancos que conquistar antes de que estallasen las hostialidades entre países. Aquí es bastante posible que se vean conflictos desde el primer instante. Revisemos la situación por zonas.
En el norte hay 4 países y unas cuantas provincias en blanco que conquistar antes de lanzarse unos a por los otros. El margén es, no obstante, pequeño. No creo que la paz se mantenga viva más allá del 4º turno (1455). En la esquina noroeste el foco de la accion creo que va a ser Genóva, porque su control otorga un dado de ingresos. Francia (rosa) está atrasada en la carrera por la ciudad, mientras que Florencia (azul) y Milán (marrón) están empatadas. Entre estas dos Florencia tiene la desventaja de estar casi totalmente rodeada por el Papado (naranja).
En la esquina noreste Austria (morado) tiene bloqueadas sus salidas por Milan y Venecia (verde). Tiene cierta ventaja para hacerse con los territorios en blanco del este, pero atacar a uno de sus dos vecinos es inevitable... con la ayuda del otro. Este trío de países - Venecia, Milán y Austria - parece un trío amoroso. Lo que no sabemos todavía es quién es la chica, quién es el galán que se la llevará al catre, y quién es el amante despechado que se va a quedar pajeandose en soledad. Cualquier combinación de dos de estos tres países para atacar al tercero es posible. Si no está muy comprometido en otra parte, hasta Francia podría intervenir atacando a Milán por la espalda. Veremos que sucede.
En el centro está la cuestión florentina. El Papa puede comenzar con un ataque en toda regla sobre Florencia. Tiene cierta ventaja de fuerzas y de posición. Si toma la decisión, le conviene hacerlo bien, o de otra forma un conflicto prolongado les pondría a ambos en bandeja frente a agresores del norte o del sur. La alternativa es una coexistencia con fronteras bien marcadas y libertad para dedicarse a otras cosas, como Genova en el caso de Florencia. Es perfectamente posible si el Papa tiene horchata en lugar de sangre.
En el sur no hay lugar para la negociación ni la tregua. No existen espacios neutrales que conquistar salvo los mares, y el control de estos además es vital para amenazar al oponente y defenderse a la vez. Los dos contendientes Napoles (amarillo) y Turquía (rojo) se encuentran lo suficientemente alejados del resto de jugadores como para poder concentrarse en el objetivo principal: comer o ser comido. Mi favorito de esta lucha es Napoles, que puede concentrar fuerzas contra Tunez y reducir esta valiosa fortaleza turca antes de lidiar con el resto. El turco lo tiene crudo. El escenario está montado para que en este año de 1454 veamos una lucha a vida o muerte en el Mediterraneo Central.
En el norte hay 4 países y unas cuantas provincias en blanco que conquistar antes de lanzarse unos a por los otros. El margén es, no obstante, pequeño. No creo que la paz se mantenga viva más allá del 4º turno (1455). En la esquina noroeste el foco de la accion creo que va a ser Genóva, porque su control otorga un dado de ingresos. Francia (rosa) está atrasada en la carrera por la ciudad, mientras que Florencia (azul) y Milán (marrón) están empatadas. Entre estas dos Florencia tiene la desventaja de estar casi totalmente rodeada por el Papado (naranja).
En la esquina noreste Austria (morado) tiene bloqueadas sus salidas por Milan y Venecia (verde). Tiene cierta ventaja para hacerse con los territorios en blanco del este, pero atacar a uno de sus dos vecinos es inevitable... con la ayuda del otro. Este trío de países - Venecia, Milán y Austria - parece un trío amoroso. Lo que no sabemos todavía es quién es la chica, quién es el galán que se la llevará al catre, y quién es el amante despechado que se va a quedar pajeandose en soledad. Cualquier combinación de dos de estos tres países para atacar al tercero es posible. Si no está muy comprometido en otra parte, hasta Francia podría intervenir atacando a Milán por la espalda. Veremos que sucede.
En el centro está la cuestión florentina. El Papa puede comenzar con un ataque en toda regla sobre Florencia. Tiene cierta ventaja de fuerzas y de posición. Si toma la decisión, le conviene hacerlo bien, o de otra forma un conflicto prolongado les pondría a ambos en bandeja frente a agresores del norte o del sur. La alternativa es una coexistencia con fronteras bien marcadas y libertad para dedicarse a otras cosas, como Genova en el caso de Florencia. Es perfectamente posible si el Papa tiene horchata en lugar de sangre.
En el sur no hay lugar para la negociación ni la tregua. No existen espacios neutrales que conquistar salvo los mares, y el control de estos además es vital para amenazar al oponente y defenderse a la vez. Los dos contendientes Napoles (amarillo) y Turquía (rojo) se encuentran lo suficientemente alejados del resto de jugadores como para poder concentrarse en el objetivo principal: comer o ser comido. Mi favorito de esta lucha es Napoles, que puede concentrar fuerzas contra Tunez y reducir esta valiosa fortaleza turca antes de lidiar con el resto. El turco lo tiene crudo. El escenario está montado para que en este año de 1454 veamos una lucha a vida o muerte en el Mediterraneo Central.
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