sábado, 22 de febrero de 2020

No soy muy de tácticos

Yo hice mi mili lúdica con Panzerblitz y Panzer Leader. En solitario o con un adversario vivo fuí jugando uno a uno a los 32 escenarios que había entre los dos juegos.

Ambos son, a la vez, buenos juegos tácticos y pésimos juegos tácticos. Entre sus bondades se hayan su sencillez (para lo que es esta clase de wargames), la modularidad, cierto realismo, y que eran geniales enseñandote la composición de unidades. Gracias a PB y PL aprendí a sumar, restar, multiplicar, y dividir de una forma mucho más sólida que la que había aprendido en el colegio. Aprendí como funcionaban las armas de tierra (artillería, infantería, blindados), las relaciones entre ellas, y como se colocaban mejor en un campo de batalla. A los 18 años ya tenía interiorizado lo que era un batallón, un regimiento, una división, un cuerpo, y un ejército, y podía estimar la potencia de fuego de una unidad blindada frente a otra mecanizada, al menos para la Segunda Guerra Mundial.

Entre sus defectos estaban las trampas y manipulaciones que el reglamento no solamente permitía, sino que hasta favorecía. Que una unidad corriera por campo abierto delante de los cañones enemigos desde un bosque al siguiente conjuraba esa imagen del dibujo animado escondiéndose de un seto al siguiente.

Otra defecto estaba en una de sus virtudes. Su escala era aceptable para el combate de blindados a escala de batallón/regimiento, pero iba fatal para el combate de infantería. En la película "Un puente demasiado lejano" el batallón de Frost aguantaba el embite de las SS en Arnhem durante días. En PL te machacabas a Frost&Co en 10 turnos equivalentes a 60 minutos. Algo estaba mal.

La evolución lógica era pasar al Squad Leader, y de ahí al Advanced Squad Leader. Fue un desarrollo que nunca hice porque siempre me he puesto un techo en la complejidad de los wargames que he jugado. Techo que soy muy reacio a cruzar.

En cambio, decidí aferrarme a mis queridos PB y PL. Gracias a su modularidad, con ellos podría recrearse prácticamente casi cualquier combate táctico de la Segunda Guerra Mundial en Europa. E incluso se podía llegar a reconstruir a base de escenarios la historia de una unidad concreta, como una división, si uno se documentaba lo suficiente. La idea era montar una campaña y aprovechar la rejugabilidad de PB y PL.

No obstante, pronto me dí cuenta de una cosa. Basandose en la historia había pocos encuentros a nivel táctico que mereciera la pena recrear. En la mayor parte de las narraciones un bando u otro tenía una ventaja muy grande. Esto es así porque cualquier comandante que empeña sus fuerzas en condiciones de igualdad frente al enemigo es un mal líder o ha cometido algún error. Un jefe militar que se precie intenta involucrarse únicamente en combates en los que cuenta con alguna importante ventaja.

La cosa aún está más clara cuando se intenta montar una campaña de encuentros tácticos basada en movimientos de un juego "operacional" a escala algo mayor. Por mi experiencia cuando lo intenté con PB y PL y lo que he escuchado de otros que lo intentaron - juegos de guerra de miniaturas - al final el juego operacional se come al juego táctico en importancia. Se intenta maniobrar en el mapa a mayor escala para conseguir una ventaja aplastante en cada batalla corriendo el menor riesgo posible.

Fue al constatar estas cosas cuando perdí bastante interés no sólo por PB y PL, sino por cualquier juego táctico en general. Ocasionalmente sigo echando alguna partida a aquellos dos juegos con los que también me lo pase. También tengo en mi colección una copia de C&C:Ancients con una expansión. Pero eso es todo lo que sigo vinculado a los juegos de guerra tácticos hoy en día. Entiendo perfectamente porque otros los encuentran muy divertidos. Y en general los considero muy recomendables para iniciarse en la afición. Mas para mí son un camino ya recorrido y por el que no pretendo regresar.

1 comentario:

  1. Esta entrada me recuerda a las notas del diseñador de Last Hudnred Yards, cuando comenta que casi todos los escenarios del juego están muy desequilibrados en fuerzas (habitualmente 2 a 1) porque era el tipo de combate más habitual en la 2GM. en ese juego, que es muy innovador en muchas cuestiones, la victoria llega más por conseguir un objetivo en un determinado tiempo, que por aplastar al contrario. Con sus limitaciones y problemillas -el manual sobre todo-, a mí me ha gustado.

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