domingo, 22 de diciembre de 2019

Midguay

A mediados de este mes de diciembre acudí a una sala de cine de la Comunidad de Madrid a ver el film Midway, del director Roland Emmerich.
Midway es una película bélica acerca de la Batalla de Midway de la Segunda Guerra Mundial en el Océano Pacífico, en la que 3 portaaviones y una base aérea (en el atolón que dió nombre a la batalla) lanzaron sus aviones contra y lograron derrotar a una fuerza japonesa compuesta (entre otras naves) por 4 portaaviones que resultaron hundidos por 1 de los estadounidenses. Fue un resultado bastante espectacular. Una victoria bastante unilateral de los americanos que sirvió para darle al encuentro el titulo de "decisivo" que el filme ha adoptado, aunque en la historiografía moderna no está claro en que medida fue decisivo este encuentro. Lo que no es discutible es que pusó fin a 6 meses de inexorables avances nipones y acortó la duración de la guerra.

Vayamos quitandonos cosas de encima. Esta película es mejor que la de 1976 que abordaba la misma batalla. Y también es mejor que la infumable Pearl Harbor de Michael Bay en la que teníamos que soportar el careto de palo que ponía Ben Affleck cuando se encontraba con que su novía se estaba dando el palo con su mejor amigo. De hecho, el ahorrarnos dramones personales es uno de los puntos a favor de esta Midway. Va de guerra, y poco más.

Para poder juzgar esta película hay que conocer a su director. A Roland Emmerich le molan las cosas que explotan. La acción y las explosiones que saturan su filmografía entretienen y sirven para ocultar la taras intelectuales del guión. Eso si. El perro siempre se salva. Su filme más conocido es Independence Day. Y el apoteósis de destrucción, el Roland Emmerich desatado, lo podíamos ver en 2012, en la que era el planeta Tierra entero lo que se iba a la mierda. En ambas, el perro se salvaba. De hecho, en 2012 los personajes principales ponían su vida en peligro (y uno la diñaba) para salvar a un perrucho pequeño y feo como él solo. Ya está. Ya lo he dicho. Que vengan a por mí los de la Protectora de Animales si tienen huevos.

La acción y las explosiones son lo que definen principalmente este Midway, que lleva al espectador desde el ataque de Pearl Harbor hasta el showdown final a todo trapo con tan sólo unas breves pausas para que cojamos el aliento y nos enteremos de qué está pasando. Lo primero Emmerich lo hace centrándose en dos aviadores del portaaviones americano Enterprise, que al final parece que luchó la guerra en solitario. La parte que realmente hace progresar la historia hasta el encuentro final es la que trata la inteligencia militar naval americana. En este último apartado está mi mayor inconveniente con esta película: en el momento crítico logran descubrir dónde va a tener lugar el ataque japonés "por accidente". Es una pena cuando a los personajes de una historia les salen las cosas simplemente porque tienen potra. Y más aún cuando en la historia real el golpe de inteligencia fue el resultado de una treta americana que hubiera quedado muy bien si la hubieran contado aquí.

Naturalmente, hay muchas otras cosas de la historia que el filme expone mal. Pero estoy dispuesto a dejarlas pasar por razones dramáticas y exigencias del medio audiovisual. Menos esa. Esa si que no costaba nada ponerla bien y mejoraba la narración.

La creación de personajes y los dramas personales son lo de menos. Despúes de lo de Pearl Harbor se agradece, pero Emmerich se pasa algo de frenada y en esta película me sentía emocionalmente menos vinculado a los personajes que cuando ví Independence Day, y mira que ID es una pelí tonta como ella sóla. 

Puede que fuera porque, a diferencia de la de los marcianitos, en esta apenas tenemos tiempo para conocer algo íntimo de los personajes antes de que se vean lanzados a la acción. En ID Will Smith interpretaba a un piloto chulopollas, pero antes de que se viera en medio del fregado sabíamos que era un tío simpático con una novia maciza, una niña, un perro, y unas aspiraciones risibles de entrar en la NASA. En esta el piloto chulopollas está interpretado por "Morritos" Ed Skrein, y es ya avanzada la película cuando conocemos a su parienta - que es mayormente decorativa, está película no supera el "Test de Bechtel" - y el hombre muestra algo de sentimiento y redención. Hasta entonces resulta un tipo bastante insoportable que está todo el rato ninguneando al resto de compañeros pilotos. Cuando su superior inmediato habla con la mujer empieza diciendole "El problema con su marido...", a mi me dieron ganas de acabar la frase con "... es que es un perfecto gilipollas. Le odian hasta en la sala de máquinas. Y eso que nunca se ha pasado por ahí".
Si es que con esa cara...
Midway es, en fin, otra película palomitera de ver de sobremesa durante el fin de semana sin muchas pretensiones. Es más floja que otras de este tipo por la construcción de los personajes, y por ello no sea una de las que reponen una y otra vez en las horas tontas de la programación televisiva. Sin embargo, es una película bélica (entendiendo como tal una película en la que el evento militar es el centro del drama y no un mero trasfondo) y ese es un género fílmico que por su escasez tenemos que celebrar cuando ocurre. A lo mejor de esta se despistan un par de chavales y acaban afincionandose a los wargames, que falta nos hace.

¡Ah! Y no salía ningún chucho que salvar.

2 comentarios:

  1. Coincido bastante con tu comentario. El asunto de la treta, lo explican fatal, si no la conoces por los libros de historia, no sabes de que están hablando. A mi me ha gustado, he disfrutado como un niño.

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  2. Respecto a la antigua peli, creo que se complementan, cada una aporta puntos de vista diferentes. La peli del 76 a las nuevas generaciones les aburriría.

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