lunes, 26 de marzo de 2018

La Fundación en pastas

Esta entrada está inspirada por y dedicada a el podcast El Diván de la Morsa, que trata el mismo tema en uno de sus capítulos, pero con otro enfoque.

Hace ya tiempo comenté la obra de Isaac Asimov como divulgador de historia a través de una serie de libros suyos. Aquella fue la primera faceta que conocí de este autor. Pero la más conocida, y que yo conocí pocos años más tarde durante mi adolescencia, es la de autor de ciencia ficción. Y dentro de sus obras de ciencia ficción, las más conocidas son las que narran la historia de La Fundación.

Hay un total de 7 libros escritos por Asimov con La Fundación como hilo conductor. De ellos los principales son los titulados Fundación, Fundación e Imperio, y Segunda Fundación y que han sido conocidos como La Trilogía de La Fundación. Son también los libros con los que hay que comenzar - y en el orden indicado - si se quiere acometer este clásico del género.

La historia nos traslada a unos 20.000 ó 30.000 (ya no me acuerdo muy bien) años en el futuro. La humanidad ha colonizado toda la Galaxia (curiosamente vacía de vida alienígena inteligente) que conocemos como La Vía Láctea y se ha organizado en un Imperio Galáctico que, en el comienzo de esta historia, tiene 12.000 años de antigüedad y cuya capital se encuentra en Trántor, un planeta tan densamente poblado que todo él es una única y gran ciudad cerrada, desde un polo hasta el otro.

En medio de toda esta magnificencia un matemático llamado Hari Seldon afirma haber desarrollado una disciplina llamada psicohistoria que pretende predecir el devenir de la historia futura de grandes masas humanas. De acuerdo con esta ciencia novedosa, el Imperio Galáctico esta abocado en pocos siglos a una atroz caída a la que seguirá una "Edad Oscura" de 30.000 años. A petición propia, los millares de seguidores de Seldon son llevados a un planeta llamado Terminus en el confín de la galaxia para elaborar una Enciclopedia Galáctica que sirva para salvar cuantos conocimientos se puedan y así acortar a tan sólo 1.000 años esa "Edad Media Galáctica" que predicen. El propio Seldon muere de viejo antes de hacer el viaje. La colonia de científicos que se funda en tan distante planeta es denominada La Fundación Número Uno de la Enciclopedia. Más brevemente: La Fundación.

La Trilogía de La Fundación nos narra varios siglos de historia de La Fundación, sus visicitudes, y su desarrollo. En una entrada reciente hacía una distinción entre la ciencia ficción del siglo XX y la más reciente. La primera es más positivista y con mayor confianza en el ser humano y en la ciencia. Esto es lo que transpiran las obras de La Fundación, y en especial La Trilogía que fue escrita durante los años 50 del siglo pasado.

Los libros de La Trilogía están formados uniendo entre sí relatos más cortos. Son más grandes que un cuento, pero sin llegar a ser novelas, es lo que en el mundo anglosajón se conoce como "novellas". La escritura de Asimov es ágil, sin pararse en detalles innecesarios para hacer progresar la historia. Esta estructura - relatos cortos, narración ágil - hace que su lectura no resulte pesada. Pero el mayor incentivo para leer estos libros incluso si no te gusta la ciencia ficción es la peculiaridad misma de la historia que cuenta.

La ciencia ficción ha sido tradicionalmente un género que se puede clasificar "de acción". Nacido de las revistas "pulp" de historias baratas que cautivaban a chavales ofreciéndoles una salida de la realidad, desde las novelas de John Carter de Marte en la ciencia ficción han abundado los héroes que en una ambientación tan futura como fantástica que resolvían sus dilemas a mamporro y laserazo limpio.

Asimov en cambio, era diferente. Ciertamente, en sus obras había algo de acción (o de otra forma no hubiera conseguido que se las publicasen en esas revistas "pulp" que ya he mencionado y que brindaban una oportunidad a todo autor novel) pero esa acción consistía principalmente en que el protagonista sale huyendo ante unos adversarios bastante más poderosos y que le ponen en bastantes aprietos. El protagonista no consigue triunfar a través de la violencia. De hecho, una de las citas frecuentes de las obras de la Fundación es "la violencia es el último recurso del incompetente". Al final el "héroe asimoviano" consigue salir del apuro gracias a su intelecto y un "momento de inspiración" que resulta muy, pero que muy típico de la ficción de Asimov y que conduce a una resolución tan genial como sorprendente.

La Trilogía de la Fundación representa el triunfo supremo del intelecto sobre la fuerza bruta en este esquema típico de la ciencia ficción de Asimov. La historia que se nos narra ha sido prevista y planeada por un único hombre, Hari Seldon. La Enciclopedia que la Fundación ha de publicar es sólo una tapadera que ayuda a su creación. Su función real es constituirse en el germen de un segundo Imperio Galáctico. Y para llegar allí ha de superar una serie de crisis - llamadas "crisis Seldon" - cuyo desenlace ha sido resuelto de antemano* a favor de la Fundación por las fuerzas y la inercia de la historia. Es algo único que no conozco de otras novelas y que hace que merezca la pena leer está trilogía.

A la mencionada trilogía se le unen cuatro novelas, todas ellas publicadas posteriormente. Las dos primeras por fecha de publicación son dos secuelas, El Límite de la Fundación y Fundación y Tierra, que tienen como protagonista común a un aventurero llamado Golan Trevize y que enlazan la historia de la Fundación con los relatos de robots que también formaban una parte importante de la ficción de Asimov. Son libros de ciencia-ficción más "estándar", cuyos personajes hacen algo de turismo de un planeta a otro y viven peripecias diversas mientras van desvelando un misterio que es el eje central de la novela.

Los últimos dos libros, Preludio a la Fundación y Hacia la Fundación, cuentan la historia de Hari Seldon previa a la trilogía adicional. Redondea más la épica de la Fundación con otras partes de la ficción de Asimov. El primero vuelve más al esquema del héroe con momento de inspiración que he comentado antes. El segundo es más una colección de historias, a través de las cuales Seldon va poco a poco construyendo la psicohistoria.

Estas cuatro novelas fueron escritas por un Asimov ya consagrado como autor, puede que incluso que un poco obligado por el editor o algo así. Menos la última, todas son historias más largas que las que componían la trilogía original. Así que siguen esquemas más convencionales y se entretienen más en descripciones y disquisiciones, por lo que son algo menos frescas y ágiles que las tres primeras obras. No puedo recomendar su lectura tanto como con la Trilogía, pero lo cierto es que si lees ésta encontrarás difícil no leer las otras obras, y posiblemente eso era lo que se esperaba al publicarlas.

La Saga de la Fundación es un conjunto de obras que, en primera línea, son entretenidas. Muy entretenidas. Pero también hacen pensar. Pensar acerca de la historia y del papel que cada uno de nosotros tenemos en los eventos que nos rodean y que serán la historia del futuro. ¿Qué importancia puede tener un único individuo en la historia?. Los eventos históricos, ¿son el resultado inevitable de la inercia de fuerzas irresistibles?. En este contexto, la Trilogía de La Fundación acompaña muy bien las obras de Asimov sobre divulgación histórica, especialmente las que tratan sobre el Imperio Romano, que le presta mucho de sí a la ambientación del Imperio Galáctico y su inevitable caída.

* Al final se revela que Hari Seldon hace un poco de trampa, y eso le resta algo de lucimiento a la narración.

2 comentarios:

  1. Cuando leí la trilogía de la fundación siendo adolescente me encantó y quedó grabada en mi memoria como una obra memorable. Lo he vuelto a leer recientemente, y sin dejar de entretenerme me dio la sensación de que envejeció un poco. Lo más curioso es que Asimov puede ser muy visionario sobre ciertos temas, pero en otros llama la atención que no imaginaba los cambios que se avecinaban unos pocos años después de escribir su obra. Como detalle, los personajes de la novela fuman con bastanten asiduidad y en cualquier ambiente, tal y como era común en los 40 o 50 (bueno, casí hasta los 90). Pero lo más llamativo, es el papel que reserva a las mujeres. En la trilogía, las mujeres siguen siendo fieles amas de casa que preparan las cenas a su maridos. Casi no aparecen mujeres y casi nunca en puestos de mando y dirección.
    En cualquier caso, sí seguiría recomendando la trilogía

    ResponderEliminar
  2. El propio Asimov comentaba en algunos textos autobiográficos que varias veces le habían echado en cara la ausencia de mujeres protagonistas en sus historias. El reconocía ese fallo, y en parte se excusaba diciendo que no se encontraba cómodo incorporando historias de amor en sus tramas (lo cual ya define un poco la visión que tenía el autor del asunto). De todos modos, no tenemos que olvidar que cada cual es hijo de su tiempo, y probablemente cualquier cosa que escribimos ahora no pasará el filtro más básico dentro de cincuenta años.
    Ay la Fundación... gracias Ethelberto por traernos este grato recuerdo

    ResponderEliminar