jueves, 4 de febrero de 2016

El libro y la película: The Big Short-La Gran Apuesta

Fue al escuchar el podcast The History of Rome cuando oí una recomendación del libro The Big Short como la mejor historia acerca de la crisis financiera de 2008. Fue por eso por lo que decidí comprarme el libro el año pasado. En ese momento, desconocía que fueran a hacer una película basada en él.

Este libro está disponible en español, aunque lo leí en inglés. Tiene más o menos 300 páginas, dependiendo de la edición, y eso lo hace no muy grueso para los "ladrillos" que yo estoy acostumbrado a leer. El autor, un tal Michael Lewis, era un auténtico desconocido para mí. Curioseando un poco por internet parece que este norteamericano es un autor de ensayos ligeros de diversa índole. Su mayor éxito parece haber sido un ensayo sobre béisbol (Moneyball). Al comienzo de la obra nos cuenta un poco de sí mismo, y que comenzó trabajando en Wall Street en la segunda mitad de los 80. Se fue de allí escandalizado por las prácticas financieras de aquel momento, y su primer libro parece recoge sus experiencias de aquella época.

El libro recoge la historia de tres grupos de pequeños inversores que, entre 2005 y 2006, entrevieron que todo el tinglado montado alrededor del mercado inmobiliario norteamericano y las hipotecas "subprime" que lo soportaban no eran sino una gigantesca estafa. ¿Qué hicieron?. Intentar sacar tajada.

Me esperaba una narración asequible al gran público de los tejemanejes financieros que han llevado a la mayor debacle financiera mundial en 80 años. Después de leer este libro creo que algo así tal vez no sea posible. El autor se esfuerza en mantener la cantidad de términos técnicos en un número limitado. Hace buenos intentos para explicarlos, que considero entendibles si se presta atención. Sin embargo, estos términos técnicos aparecen de forma reiterada en el texto. El autor juega con ellos y los combina de varias formas. El título del libro es de hecho un término financiero, que hace referencia a posicionarse "en corto" en un mercado. Esto puede hacer que la lectura sea algo pesada, dado que tienes que estar recordando permanentemente que querían decir los términos financieros. Tal vez hubiera sido mejor poner todos estos términos juntos en un glosario al final de la obra.

Ésta transcurre en forma novelada, más que de ensayo, centrándose en los personajes. Personas reales. Aquí hay otro problema de la obra. El número de personajes se limita a 5-8, pero sus nombres aparecen de manera muy recurrente y en ocasiones mezclados entre ellos. Lo que sucede es que estos personajes se corresponden con tres líneas argumentales paralelas, que cuentan lo mismo tres veces de manera diferente: unos tíos descubren las mentiras del mercado financiero y deciden aprovecharlas apostando en corto contra ellas. No confundir al fulano del grupo A, con el mengano del grupo B puede llevar a cierta confusión al inicio, sobre todo porque los dos están haciendo lo mismo aunque jamás llegan a encontrarse. Esto hace que además el libro sea un poco como el coñazo del Nuevo Testamento, dónde te cuentan la misma historia cuatro veces.

Además de esto, los protagonistas resultan poco admirables. No es que sean unos sinvergüenzas redomados, sobre al ser comparados con el resto de personas involucradas en el sector financiero, pero tampoco son unos héroes. Al constatar la enormidad del fraude que se estaba fraguando no se plantean como pueden impedirlo o denunciarlo - tal vez porque no tenían forma de hacerlo - sino que emplean las herramientas de los propios mercados financieros para forrarse cuando todo salte por los aires. Aparte de la ambigüedad moral de este comportamiento, es difícil para el ciudadano medio ponerse en el lugar de personas así porque el ciudadano medio no puede vengarse de su banco haciendo una inversión de varias decenas de millones de dólares en su contra.

A pesar de todos estos inconvenientes, hay momentos en los que el libro brilla, y se entrevé una gran historia por debajo de las experiencias de los inversores protagonistas. Si prestas atención, el autor parece indicar que el origen de la crisis se puede hallar en prácticas que se adoptaron mucho antes - en los 80 - y que en su momento parecían bastante inocuas. La total y absoluta falta de ética en el mundo financiero es muy clara a lo largo de toda la obra y queda muchas veces reiterada. Casi siempre está acompañada de una estupidez tan grande que puede resultar difícil de creer. Los que salen peor parados de todos son las agencias de calificación. Los empleados en las mismas son poco menos que calificados como los tontos del pueblo.

El libro resulto instructivo para mí, y en ocasiones hasta ameno. Pero no puedo recomendarlo a cualquiera. Has de tener gran interés en el tema, y tal vez unos pocos conocimientos básicos en finanzas, para poder sacar algo de este libro. En el fondo, es una pena. Como ya he dicho, en ocasiones se entrevé una gran historia que hubiera podido ser contada con una perspectiva más amplia en el tiempo y sin centrarse tanto en unos personajes que, por muy reales que sean, no creo que puedan llegar a conectar con la mayoría de las personas que conozco.

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La sensación algo amarga del libro no me disuadió de ver la película. Más bien al contrario. Sentía curiosidad por ver como se intentaban trasladar los tecnicismos y la densidad de la obra original a la gran pantalla. Todo un reto.

El éxito es sólo parcial. Puedo recomendar la película antes que el libro. Pero la recomendación está basada en el medio. Leer un libro requiere un esfuerzo de nuestra parte, mientras que en la película somos agentes pasivos y el esfuerzo es mucho menor, si es que existe.

Se hacen buenos intentos para explicar algunos de los términos técnicos, sobre todo los representados por siglas. Esto a veces se hace mediante breves textos a pie de pantalla - en letra grande, se agradece -. En tres o cuatro ocasiones se rompe la cuarta pared y algunos famosetes americanos - en España creo que apenas los conocemos - se dirigen directamente al espectador para dar una explicación en términos "de la calle" sobre el término financiero que acaba de brotar en la narración. De hecho, en un momento es uno de los personajes principales el que se dirige a los espectadores para aclarar que la escena en la que participa no sucedió realmente como la están interpretando en ese momento. El resto del tiempo, es la voz en off de(l actor de doblaje de) Ryan Gosling la que nos lleva por la historia y rellena los huecos que faltan. Es también el personaje de Ryan Gosling el que explica de manera curiosa y con una torre de Jenga el concepto de los tramos de deuda y como eran "apilados" en fondos de renta fija.
Estos... son tus ahorros.
Precisamente por todas estas explicaciones insertadas un poco con calzador en medio de las narraciones de tres grupos de personas (los inversores del libro), la película se resiente. Las explicaciones puede que sean necesarias para aclarar términos muy técnicos, pero compiten con los personajes por la atención del espectador, que en varias ocasiones ve como la trama se interrumpe por un minuto mientras gente que no sale en el resto de la película le explica algo a toda prisa, para luego ser arrojado de nuevo a la narración en el punto en que se había quedado. Lo mismo que en el libro, esto puede no ser un inconveniente para los que ponemos algo de atención de nuestra parte y tenemos alguna noción de finanzas. El resto de espectadores puede perfectamente sentirse desorientado.

El problema de este filme es que en el metraje se podía contar una historia sobre personas - y entonces hubiéramos podido tener una interesante película de desarrollo de personajes, al estilo de Margin Call - o una historia centrada en los hechos - en cuyo caso hubiéramos tenido un documental como lo fue Inside Job -. La Gran Apuesta intenta ser ambas cosas a la vez y, al competir ambas facetas entre sí por un tiempo de metraje necesariamente limitado, fracasa un tanto en ambas.

Tampoco ayuda nada que los personajes sean tan poco atractivos como en el libro, y por los mismos motivos. Son todos una panda de listillos que pueden pasarse la película entera protestando, como lo hace el personaje de Steve Carell, pero que al fin y al cabo únicamente manifiestan interés por hacer montones de dinero y nada más. Resultan bastante planos. En todo esto hay una escena en la que el personaje de Carell se encara con la empleada de una agencia calificadora - que apenas ve un pijo, lo cual resulta muy alegórico - y ella le termina contestando que «al final usted resulta ser un hipócrita». Me llamo bastante la atención porque, a pesar de que dicha escena se hacía eco de la crítica a las agencias calificadoras en el libro, la respuesta final estaba un poco fuera de lugar parecía más bien una bofetada del director o del guionista a las personas reales representadas por actores en la película.

El único personaje que se salva de la quema es el de Mike Burry - el único que mantiene su nombre de verdad en la película - quien está genialmente interpretado por Christian Bale. La verdad es que le queda muy bien el papel del financiero con Asperger (esto sale en el libro) que evidentemente está un poco "quedao" y que evidentemente no es capaz de valorar del todo la dimensión moral de sus actos ni ver alternativa a ellos, lo cual le exime de culpa al intentar forrarse como los otros.

En fin. Una película que no es del todo mala, pero que no es fácil de ver. Reconozco que hacía falta algo de valor para intentar realizar un proyecto así: llevar el libro The Big Short a la gran pantalla. Ahora tan sólo me queda ver en que horario acaban poniendo esto en la tele, porque desde luego no lo veo en la sobremesa del fin de semana.

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