Pues sí, he estado este año en las LES 2012. Y no es la primera vez. He estado también en las dos ediciones anteriores, y estuve en otras jornadas en 2009 que no recuerdo ya sin eran LES o tenían otra denominación.
Para mí las jornadas no son un ambiente óptimo. Si los jugadores de rol, juegos de mesa, y miniaturas se han sentido alguna vez como bichos raros, no tienen razón para la queja. A todas las jornadas a las que he ido si sacas un wargame los jugadores de rol, de juegos de mesa, y de miniaturas por allí presentes son los que te miran como un bicho raro. Cada vez que voy me siento como un director de cine porno intentando colocar una de sus obras en el palmarés de Venecia, Cannes, o en los Oscar.
Aún así no pierdo el ánimo por ir. Y es por tres razones: a) es un cambio de ambiente; b) existe la posibilidad de probar algún juego nuevo; y c) es una oportunidad de conocer a alguien que se puede unir a tu grupo de jugadores.
Esto último fue lo que sucedió en las LES de 2011, cuando Lt. y yo nos conocimos mediando un tablero de Twilight Struggle entre nosotros. Lt. ha estado muy ocupado, y se va a ausentar el año que viene, pero ha tomado parte en algunas partidas y a través de él Will entro en nuestro círculo de jugadores.
Este año yo únicamente podía asistir el viernes y el domingo. El sábado, el día de mayor actividad y con más tiempo disponible, lo tuve ocupado por un compromiso. Fue una pena, porque según tengo entendido aquel día las jornadas estaban concurridas al máximo. Por otro lado, el sábado fue un día de calor, y los que estuvieron presentes me han contado que con tanta gente reunida la elevada temperatura era incluso más agobiante.
El viernes llegué en torno a las 5. En Alcorcon había algo de tráfico porque era la hora en la cual los colegios sueltan sus manadas de futuros esclavos del capital. Encontré una plaza de aparcamiento algo alejada. Me acerqué al puesto dónde se podía poner en venta juegos, con la intención de dejar allí mí Pacific Typhoon a la venta. Una partida más este verano después de haber pasado meses sin tocarlo es todo lo que he necesitado para decir ¡basta!. Había una inmóvil cola de aspirantes a vendedores de desechos como yo. El año que viene me planteo ir más tarde, o no ir el viernes.
Me había traído un Dune prestado de un amigo con la esperanza de montar una partida con mis conocidos, pero únicamente asomaron Chris, Rf. y Ringard. Chris se harto de esperar (Ringard tardó en salir del trabajo) y se metió en una partida de rol. Con el poco tiempo que nos quedaba lo más que se me ocurrió hacer fue sacar un Puerto Rico de la ludoteca y presentarle el juego a Rf. y a Ringard. Jugamos una partidilla, y ni bien ni mal. El que fuera número uno de la BGG durante largos años ha envejecido francamente mal.
Todavía quedaba algo de tiempo, y convencí a Ringard para disputarnos una partida de Sekigahara. Nos dio tiempo a jugar 6 de las siete semanas de la campaña. Yo, con Tokugawa, tuve sometido sin piedad a mi oponente durante la mayor parte del tiempo. Pero lo eché todo a perder lanzando un ataque contra Osaka, haciendo brotar de golpe los 5 bloques Mori. Confiaba en que Ringard no tuviera las cartas necesarias para movilizar todo el ejército, pero no fue así, y perdí todos mis 7 bloques frente a 4 suyos en una batalla cataclismica. Tras eso la situación al final de la sexta semana era todavía indecisa, con ligera ventaja para mí.
El juego atrajo atención y comentarios, pero entre que no podía venir el sábado y que ya habíamos acordado jugar al Friedrich el domingo, no me sentí capaz de concertar una cita.
El domingo fue un tanto frustrante al inicio. Ringard estuvo un buen rato esperando con el Friedrich desplegado de la misma manera que yo había aguardado en vano con el Successors desplegado en las LES 2011. Al final él, Rf. , y yo jugamos un Maria - del mismo creador que Friedrich y para 3 jugadores -. El juego es interesante, puede que incluso más que Friedrich, ahora que tengo éste tan trillado. Lo malo es que aunque básicamente tiene los mismos mecanismos que Friedrich, cambian suficientes cosas como para descolocarme. Así, cometí un par de cagadas con los trenes de suministro franceses y bávaros, y por ello y la timidez de Rf. rey de Prusia, Austria acabó ganando tras conquistar media Baviera (o Bavaria, como se empeña en llamarla Ringard, jejeje).
Después de almorzar me puse a repasar con algo de dificultad el reglamento de Tigris y Eufrates con la idea de enseñarle este juego a Rf. y a Ringard. A falta de nuevos reclutas, enseñar nuevos juegos a viejos amigos es otra de las posibilidades que ofrecen las LES. Llegué hasta montar el tablero y finalizar mi explicación de las reglas a mis amigos, pero en ese momento hayamos un chico huérfano de actividad y le enrolamos para una tardía partida de Friedrich.
Acepté llevar Prusia para no escuchar más los lloriqueos de Rf.. No sé muy bien que me pasaba ese día, pero la volví a cagar como en la partida de María de la mañana. Me lancé a una serie de feroces ataques que me dejaron con una mano de cartas bastante reducida para el final prematuro de nuestra partida. Tan sólo el final de las jornadas me permitió salvar una apariencia de honra. La situación del tablero apuntaba a una victoria austriaca inminente. Nuestro jugador novato padeció un tanto la inseguridad del iniciado. Sufrió una derrota y obtuvo una sonada victoria, y en conjunto su papel fue bueno.
Y este próximo fin de semana: el campeonato de Friedrich en Berlin.
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