miércoles, 30 de octubre de 2024

Series TV que no he visto: Los Anillos del Poder (y no querer)

Hacia el final del verano me encontraba yo de vacaciones cuando, en un hilo de wassap más bien residual en el que aún permanezco alguien - cuyo nombre no recuerdo - colgó esto:

Al poco se añadieron algunos comentarios que manifestaban acuerdo con la imagen colgada y añadían algunos comentarios a lo que ésta aportaba, haciéndose eco del mismo tono de lamento. Habitualmente dejo pasar este tipo de comentarios. Pero en esta ocasión, tal vez por disponer de mucho tiempo para meterme en follones, no pude menos que intervenir y calificar a aquellos ofendidos por las familias orcas con el apelativo que se merecían (y aún se merecen): Rancios.


Como era de esperar siguió una discusión más o menos agria aunque nunca se salió de tono ni se recurrió a la descalificación personal, salvo por el epíteto que yo utilice y que sigo pensando estaba completamente justificado. La cosa fue muriendo poco a poco, con el más fanático de todos emitiendo los últimos gruñidos. Al acabar todo, cada uno había dejado claros sus puntos de vista y nadie había cambiado de opinión. Todo siguió igual. Todos descontentos.


Una cosa que dejé claro durante aquella discusión era que no había visto la serie "Los Anillos del Poder" (LAP, de aquí en adelante). No importaba, porque ninguno de los que la criticaban tampoco lo habían hecho. Simplemente, alguien había gritado "¡Woke!" y todos se habían agitado en rebaño. Lo único que yo conocía de LAP por aquel entonces eran una serie de posts nada amables de Brett Deveraux en su siempre recomendable blog. Por ellos tenía la sensación de que la producción de la serie no se tomaba en serio el mundo en el que se desarrollaba la historia que querían contar, y que Galadriel era una Mary Sue bastante insoportable.


Yo no había estado defendiendo la serie, pero me parecía que para criticarla había que hacerlo desde el conocimiento. No me parecía razonable criticar LAP porque - supuestamente - se hace eco de cierta ideología, sino por su calidad como narración. ¿Era buena? ¿Merecía la pena de ver? Muchos de los que refunfuñan al ver un protagonista femenino partiendo la pana en series y películas actuales olvidan lo que se han entretenido con otras mujeres fuertes en papeles protagonistas. La Teniente Ripley en varias películas de la saga Alien, o Furiosa en Mad Max Fury Road. Y yendo más lejos, ¿son personajes "Woke" Escarlata O'Hara en "Lo que el Viento se llevó" o el interpretado por Grace Jones en "Panorama para matar"? ¿Qué pasa? ¿Es que hay "wokismo" desde los años 40 del siglo XX?


Una cosa que me quedaba claro es que el término "Woke" tiene algo de ficción, adoptada por señorones para englobar todo lo que no les gusta. Los grupos a los que se pretenden designar con este término no se reconocen a si mismos como "woke", sino con el adecuado a su "tribu" particular: feministas, LGTBQ+, etc. Esta además trasplantado - como tantas otras cosas - directamente de la cultura norteamericana y allí es la última manifestación de una corriente político-religiosa que viene desde el abolicionismo en el siglo XIX y pasa por diferentes formas antes de llegar a nuestros días y tiene difícil reflejo en el ámbito cultural europeo, todo ello según esta entrevista a Roger Senserrich, politólogo y periodista.


Pero más allá de esta línea de pensamiento, me picaba conocer más acerca de LAP. Por ver si realmente era tan mala como se decía por temas intrínsecos a su producción y que nada tenían que ver con ideologías. El problema era que seguía con cero ganas de verla. La salida del dilema fue ponerme a ver videos en Youtube de cualquier cuñado que opinase de la serie. Un sólido método de documentación e investigación digno de un bloguero de pro como yo, fiel al lema "tú deja que lo hagan otros".


No es la primera vez que seguía este método de visionado. Aunque en su momento me comí con patatas cada uno de los estrenos de los llamados Episodios I, II, y III de Star Wars, hoy en día me es imposible ver esas películas de nuevo. En cambio, me resulta muy divertido ver las reseñas de Mr. Plinkett en Tutubo sobre esas películas. Las hace trizas. Muy recomendables si tenéis dominio del inglés.


En el caso de LAP la combinación entre mis gustos, el azar, y el algoritmo de Tutubo me llevaron a "El Chou de Gabriel Incertis". Canal que recomiendo para aquellos que queráis hacer lo mismo que yo y estar enterados de la serie esta sin tener que soportarla. Como ya podréis suponer por su nombre, los videos son en español. Del tal Incertis no sé nada que no haya contado en sus videos. En ocasiones se le va la olla y tiene reflexiones un tanto bizarras. En otras ocasiones sus videos consisten sobre todo en él leyendo un artículo relativo a alguna cuestión de la serie. Como todo en esta vida, creo que hay que ver sus videos con moderación. A veces se le va algo la olla. Poco a poco y seleccionando lo que parezca más interesante. Mas, en su conjunto, sus criticas y comentarios me parecen bien argumentados. Y lo mejor de todo, en ocasiones me han llegado a parecer divertidos. Se nota que Gabriel Incertis ha echado el resto y le gusta lo que hace.


Y el que piense diferente, que vea este video creado por Incertis a cuenta de un comentario que comparaba al Sauron de LAP con Walter White de Breaking Bad.


¿Qué he aprendido de la serie a través del Chou de Gabriel Incertis? Como ya suponía antes, no me merecía la pena verla. No es que sea mala, mala, requetemala. A ver, por buscarle algo positivo, Steven Seagal no sale en ella. Y ciertamente hay gente que ha manifestado que está contenta con ella, aunque más adelante las sospechas que albergo respecto a las reseñas positivas que LAP puede tener.


Sin embargo, en su conjunto LAP da la sensación de ser una serie cutre, como diríamos en España. Quiero decir - y no soy el único - que toda la pastaza que se han gastado en ella (462 millones $ en la primera temporada) no se ven reflejados en la producción a varios niveles. Es todo como si fuera muy de serie B, hecho sin cuidado ni gusto...


... lo siento. No era mi intención insultar a la serie B. Hay producciones de serie B muy dignas, que superan la falta de medios con imaginación y un buen guion. Pero es que LAP sufre especialmente en este apartado. No es sólo que no respete el material de base - ya comentaré eso más adelante - es que la historia que nos cuenta no tiene ninguna coherencia interna y está plagada de conveniencias (como el sol saliendo por el oeste un día y por el norte otro o personajes que sobreviven a una nube piroclástica, por mentar dos ejemplos) que hacen que el espectador pierda el interés por el mundo, los personajes, y su historia. Aparte de eso, algunas líneas de guion son bastante absurdas ("dame la carne y sírvemela cruda" o "corazones más grandes que nuestros pies"). Es para echarse a llorar.


¿Cómo es posible semejante desbarajuste? El centro de las críticas de Gabriel Incertis son eso que en los Estados Unidos llaman "showrunners". Término que parece que engloba guionista y director. En el caso de LAP los chourraners son dos mormones (no, no estoy de broma) que tienen una larga carrera escribiendo guiones de los que cero (cero como en "ninguno") ha llegado a realizarse. Además, de entre todos los posibles candidatos al puesto parece que eran los que menos conocían el material de base (la obra de Tolkien). ¿Cómo es posible que los dos tipos con menos cualificaciones consiguieran la dirección de un proyecto multimillonario? Según Incertis en este video, por enchufe. El productor, guionista y director (y a su vez enchufado por su papá) J.J. Abrams les conocía, hizo una llamada por teléfono y punto.

Sauron

A ver. Una cosa ha de quedar clara. LAP nunca iba a poderse mantener fiel al material escrito por Tolkien. La historia de la novela de "El Señor de los Anillos" tiene lugar en el espacio de 6 meses, según la cronología que he sacado de la Tolkienpedia. La novela "El Hobbit" tiene lugar en un intervalo temporal similar. Ambas han sido trasladadas de manera más (en el caso de la primera) o menos (en el caso de la segunda) fiel al material original. Pero lo que LAP se propone es contar los acontecimientos de la llamada Segunda Edad. Un intervalo de unos 3.400 años, a los que hemos de quitar algo así como los 1.000 primeros en los que Sauron estuvo de vacaciones en un resort del Mar Menor. Ponte tú a contar una historia en formato audiovisual en la que hay personajes inmortales (los elfos) que salen en un capítulo tras otro junto con personajes mortales que se van reemplazando en cada episodio. Si la serie intentase soltarnos la lista de los reyes numenoreános tendría la misma popularidad que la lista de los reyes godos. Por eso iba a ser necesario, como poco, condensar eventos para que sucedieran en unos pocos años.


Lo que quiero decir es que desde el inicio estaba claro que, partiendo del material de base que había, LAP tenía que hacer una adaptación bastante libre de la narración de la Segunda Edad si quería dirigirse a una audiencia lo suficientemente amplia como para ser viable económicamente en el largo plazo. Por ello había espacio para tomarse algunas libertades. Había espacio para varias cosas, elfos, enanos y hobbits multirraciales, una Galadriel guerrera... y hasta familias orcas heteropatriarcales. Lo importante es que todo estuviera bien construido y tuviera unas reglas propias con consistencia interna, porque al final no es una historia ambientada en la realidad contemporánea en la que hay cosas que se sobreentiende y otras que podemos dar por sentado. Tienes que construir un mundo con reglas y limitaciones que den sentido a los personajes, sus acciones, y lo que se juegan.


Sin embargo, parece que lo que se ha entendido por "adaptación de una obra de literatura fantástica" ha quedado convertido en "esto va de fantasía así que me puedo inventar lo que me salga de los cojones". Este es el punto de vista que se puede esperar de personas que no tienen conocimiento ni conexión alguna con el material de base y que siguen sus propios criterios internos.

Esta imagen ha sido una de las coñas más repetidas a costa de LAP, y tenía que tenía que ponerosla.


¿Y cuales son estos criterios? Mi sorpresa fue que mis contendientes en la discusión de wassap que dio origen a todo esto tenían algo de razón, aunque algo no quiere decir toda. Como sale en otro video de Incertis (que no voy a buscar para enlazarlo, que esto lo estoy haciendo gratis ¡coño! ¡buscadlo vosotros!) la productora de Amazon tiene unas pautas de diversidad en sus producciones que parece que se han seguido en LAP. Pero como recalca el propio youtuber, lo hace de manera mecánica, para cumplir con los requisitos burocráticos y punto, con un resultado tan chapucero que más que fomentar cualquier ideología "woke", lo que hace es hundirla. Y que esas pautas existan no quiere decir que la empresa Amazon comulgue con la ideología "woke" o "progresista" o como se quiera llamarla. Cuando pueden tratan a sus empleados como esclavos. El progresismo de Amazon termina en su cuenta de resultados. Y en el caso de sus producciones audiovisuales se trata no de promover una ideología sino de evitar que digan algo negativo de tu producto (que si sólo salen blancos, que si las minorías están infrarrepresentadas, etc). El criterio de producción de LAP es, en resumen, el de reducir riesgos empresariales. Por eso la falta de imaginación. Por eso contrataron a dos fracasados para dirigir el proyecto. Porque son justo la clase de tipos que se iban a dejar mangonear por la empresa. Es el típico perfil de empleados de esta empresa. Da igual que seas chourraner de LAP o un pringao de la cadena de reparto de Amazon, la empresa te va a exprimir como una fregona igualmente. Su negocio va de eso y es lo único que saben hacer.


Y esto nos lleva al público objetivo de esta serie. Muchos se habrán equivocado pensando que está dirigida a algún segmento del público general. No. No es así. El público en el que piensan los creadores de la serie es ¡El consejo ejecutivo de Amazon MGM!. Ahora quiero que os imaginéis un grupito pequeño de personas que han nacido en la elite. Se han educado en alguna universidad cara en materias de gestión de empresas. Nada de humanidades, que son una pérdida de tiempo, ni de ciencias exactas, que son muy difíciles y ya habrá un currito que se encargué de los detalles. Han sido nombrados a dedo en sus puestos exclusivos principalmente porque ellos y sus familias están debidamente conectados. Toda su vida, de hecho, gira alrededor de estas conexiones personales con gente de su nivel. Su horizonte social es bastante limitado en número y variedad de las personas con las que interactúan. Su horizonte intelectual, a pesar de la fortuna gastada en su educación, rara vez resulta ser más amplio. Se han asegurado que para la producción de LAP se hagan cargo dos peleles a los que ni siquiera haga falta llamar para recordarles las directrices del consejo ejecutivo.


Entonces se ponen a hacer un visionado previo de la serie antes de su salida definitiva. Tiene lugar en una sala de la empresa o incluso en sus propias casas. No van a prestar mucha atención durante el visionado, porque lo importante es la lista que tienen consigo durante la proyección. Contiene puntos como "representación racial variada" (check), "protagonista femenina" (check) "¡nada de ideas socialistas!" (check) "puedo justificar el pastizal que me estoy llevando sin dar un palo al agua" (check), y cosas así. Ya he dicho que no prestan mucha atención a la narrativa en sí, meramente comprueban si aparecen las cosas de su lista, y si es así, todo bien. Esto explica porque un producto audiovisual con tantas carencias y que ha costado tanto (principalmente en pagar salariazos de gerifaltes) pasa luego a ser emitida.


¿Habéis notado que muchas producciones actuales acusan en mayor o menor medida los mismos defectos que LAP? Eso es porque es un modelo que se ha generalizado por varios motivos, pero sobre todo gracias al auge de las plataformas de streaming. Para estas lo importante es tener un "catálogo con mucho fondo" y eso quiere decir que hay que poner en marcha la churrera. La serie o película ha de salir si o si para tal o cual fecha. Meramente se comprueba que todo está conforme a la mencionada lista que principalmente reduce los riesgos de que te denuncien por [insertar aquí motivo de ofensa] y a posproducción. Estas empresas manejan cantidades burrísimas de dinero, y lo gastan muy a la ligera en varias producciones a la vez.


Da resultado. Algunas producciones son mierdas. Otras son olvidables. Y luego unas pocas - muy pocas - son buenas. Y de vez en cuando alguna incluso es excepcionalmente buena. Esta se convierte en el buque insignia del canal de streaming y consiguen suscriptores nuevos que luego mantienen con la excusa del catálogo de fondo. Este es el modelo con el cual Disney hace mierda con la propiedad intelectual de Star Wars (aunque George Lucas ya apuntaba maneras con las precuelas, porque siempre ha sido más empresario que creativo) y la mayoría de las producciones de Netflix son más olvidables que el almuerzo en un avión.


Otra explicación de porque es más rentable producir mierda que tomarse la molestia y el riesgo de generar contenido de calidad está en nosotros: el público general. La industria del streaming traslada la mayor parte de los visionados del ámbito público de los cines y televisión en abierto al doméstico. La misma persona viendo una película o serie en un ámbito u otro no es la misma persona. En el ámbito público el visionado nos obliga a estar pendientes porque sólo vemos la serie o película esa vez y no tenemos más oportunidad. No estar en la comodidad del hogar (si vas al cine) además incentiva estar alerta y pendiente del filme.


En el consumo de streaming, en cambio, puedes estar cómodamente apoltronado en tu casa con tu pareja, amigos, niños, animales domésticos, o peluches, y si hace falta levantarte a mear o porque te apetecen unos doritos o una mierda así, pues pulsas pausa y te levantas un rato. Además ¿cuando se hacen principalmente el consumo de streaming? Pues en casa al final de un largo día que ha comenzado a las seis o siete de la mañana, transporte público, trabajo, más transporte público, recoger críos, hacer cena, meter críos en la cama... por fin tienes un rato para ponerte delante de la tele y estas hecho mierda. Pones lo que sea y ves lo que tienes delante con el mismo nivel de atención que los ejecutivos de los que escribía más arriba. Los que ven la serie en su móvil camino del trabajo tampoco están mejor. Es una forma de consumir medios audiovisuales con dos neuronas. Y es la explicación de porque esta serie tiene su grupo de fans. Cuando uno la ve con su cerebro en condiciones normales sucede lo que le pasó a un amigo mío, que la describió como aburrida. Y es que cuando una historia fantástica incumple sus propias reglas - o no tiene ninguna - si no que todo sucede por conveniencia de guion, el espectador no se siente involucrado con nada de lo que ve. Como bien lo explica Brett Deveraux en las entradas de su blog que he enlazado más arriba.


Con la llegada del tercer milenio en medios audiovisuales se produjo un cambio de paradigma. Las series de televisión - otrora hijas bastardas del cine que se veía en salas - tuvieron una explosión creativa y se crearon muchas series de una calidad tanto dramática como de medios que competía con cualquier superproducción cinematográfica. En retrospectiva, creo que esto tuvo que ver con el desarrollo de internet que culminó con la crisis de las puntocom en torno al 2000, uno de cuyos modelos de negocio supervivientes fue la provisión de contenido audiovisual a domicilio y a la carta. Fue un conjunto de pequeñas productoras con experiencia previa en el medio las que vieron a oportunidad y se atrevieron a innovar. El resultado fueron series memorables como Los Soprano, Mad Men, The Wire, Breaking Bad... 


Pero con el tiempo las grandes empresas también han llegado - o algunas de las pequeñas empresas de entonces se han hecho grandes, como Netflix - y con ellas un modelo de negocio en el que lo que prima es la cantidad. La tortilla se dado la vuelta y ahora las series de televisión vuelven a ser lo que habían sido tradicionalmente: productos audiovisuales de segunda fila.


Para mi, todo este rollo que os he soltado ha sido un viaje. Partiendo de una discusión banal por una imagen compartida, recorrí por varios canales de tutubo y la tolkienpedia y he llegado a un análisis de la industria audiovisual de nuestro tiempo. Como todo buen viaje emprendido en busca de conocimiento, ha sido enriquecedor. He conseguido una mejor comprensión del mundo que me rodea. También he recuperado algo de esa afición por la historia del Señor de los Anillos que tuve en mi infancia y juventud. Tal vez ahora vuelva alguna vez a esos libros de Tolkien que tanto tiempo llevo sin tocar.