Hace ya tres años que comencé con este blog, y en ese primer año reseñe el juego Battlestar Galactica, ambientado en la serie homónima. Más tarde prometí reseñar la serie.
Y en estas horas golfas del verano, ha llegado el momento. Abrocharos los cinturones.
4 temporadas de 20 episodios. Eso son más horas que los 12-13 episodios por cada una de las 5 temporadas de The Wire, una serie que, para mí, ha marcado un antes y un después en lo que a series de televisión se refiere. De hecho, haber visto The Wire ha hecho perder lustre a BSG, tal como la recordaba.
Empecemos por lo bueno, que es precisamente el comienzo. El inicio de BSG - los tres primeros capítulos, para ser precisos - son verdaderamente épicos. La emoción, la tensión, las decisiones angustiosas de los protagonistas llenan cada minuto del piloto (hora y media) y los dos capítulos siguientes, y por supuesto, no faltan las batallas de naves espaciales.
Hay varias intercaladas por la serie, pero no consiguen evitar que la serie vaya perdiendo pulso tras el empujón inicial. Las comparaciones resultan odiosas, pero si hubiera que destacar una diferencia entre The Wire y BSG, la más importante es que la primera fue planeada desde el inicio del primer capítulo de la primera temporada hasta el último de la quinta, mientras que BSG, tras los épicos momentos iniciales, fue creándose al tuntún. La estructura de capítulos autocontenidos (con tramas que se abren y cierran dentro del mismo capítulo) de BSG favorecía que sucediese esto a pesar de que hubiera una trama subyacente que uniese todos los capítulos.
La longitud de las temporadas favorecía también la improvisación en el guión. El inicio y el final de cada temporada estaban marcados por momentos álgidos en la narración que creo que estaban prefijados de antemano. El problema era como llenar los 18-19 capítulos entre un momento y el otro, y esos son muchos capítulos. A menudo se mete paja. En especial recuerdo un capítulo de la 3ª temporada, en el que los protagonistas subían por turnos a un ring de boxeo y rememoraban interiormente momentos de anteriores capítulos que no habían salido antes. Por un lado no hacía falta, la historia ya iba a buen ritmo sin tener que dedicar una hora a llenar huecos del pasado. Por otro, era una forma un tanto chapucera por parte de los guionistas de decir: "¡oops!, esto no lo hemos contado. Vamos a ponerlo con calzador no vaya a ser que los espectadores no entiendan luego lo que pasa".
De las 4 temporadas de la serie, sobra una entera, que se podría montar tomando capítulos de varias temporadas, y dejando sólo los momentos más importantes.
Otra pega de la serie es el tema religioso. Hay montada una cierta mística politeísta y monoteísta que resulta un tanto incongruente. ¿Qué coño hace una civilización que ha logrado desarrollar el vuelo espacial y colonizar 12 planetas siguiendo un oráculo de los dioses?. ¿Por qué cojones los cylons - criaturas artificiales, creadas por seres humanos - tienen creencias monoteístas?. ¡Son seres artificiales!, por favor. El ambiente de alta tecnología mezclado con misticismo exacerbado resulta en ocasiones un tanto difícil de tragar. Es posible que yo sea demasiado racional.
El final de la serie tiene cosas buenas y cosas regulares, deja un tanto perplejo, como he oído que ha pasado con el final de Lost, aunque desde luego no llega a ser una desfachatez como el final de Los Serrano. Menos mal.
De entre las cosas buenas de la serie, aparte de los momentos épicos y tensos, yo destacaría el rollo entre Gaius Baltar y el Número Seis. Ni siquiera al final se entera uno si lo de Gaius son alucinaciones inducidas por un chip cylon, o simplemente es que se ha vuelto esquizofrénico. Otro actor que destaca, en otro registro muy diferente, es James Olmos interpretando a un Comandante Adama que se constituye en uno de los pilares de la serie y la hace visible de principio a fin.
¿Recomendaría BSG?. Volviendo al inicio, me es difícil hacerlo tras haber visto The Wire. Sin embargo, eso no quiere decir que BSG sea mala. Es entretenida la mayor parte del rato. En retrospectiva, pienso que buena parte del gancho de la serie se logra en esos épicos y vibrantes capítulos iniciales. Es gracias a ellos, y por ellos, por lo que uno aguanta viendo la serie hasta el final. Sencillamente, no puedes dejar de saber como termina una serie que comienza de esa manera.
Y eso ha sido todo. Si seguís conmigo, la próxima vez os escribiré acerca de Sexo en Nueva York (Sex and the City). Una serie que trata acerca de una vieja furcia y sus tres hijas.
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