miércoles, 8 de febrero de 2023

Sumergibles de cartón

Ya he dejado patente en varias entradas de este blog mi fascinación por los submarinos. O más exactamente por los sumergibles. Naves que navegan en superficie aunque con la capacidad de sumergirse bajo el agua. Tengo una serie de entradas - aún incompleta - ­acerca de la historia del empleo de sumergibles alemanes y americanos en las dos guerras mundiales. Y también hay otro artículo en el que hago recuento de los simuladores de ordenador de este tipo de vehículos que he disfrutado a lo largo de mi vida.


Así que muchos asumiréis que también he sumado a mi colección de juegos de mesa juegos que tienen a estos vehículos como protagonistas. De los que en los últimos años se han publicado muchos títulos. Pero no es así. Y la explicación de ello está en el párrafo anterior. Los simuladores de ordenador que he jugado han cubierto mis necesidades en este aspecto. Donde manda capitán, no manda marinero.


Y así ha sido hasta que, hace unos años, el correo-circular periódico de la editorial Compass Games me llamó la atención sobre Raiders of the Deep: U-boats of the Great War, 1914-1918.

Y este va a ser el juego que voy a reseñar ahora.


Introducción.


Raiders of the Deep - de aquí en adelante, simplemente Raiders - es un juego solitario, es decir, para un único jugador, que propone recrear carreras de comandantes de submarinos germanos y austro-húngaros durante la Primera Guerra Mundial, desde agosto de 1914 hasta noviembre de 1918. Fue publicado en 2018 por la editorial Compass Games. Su diseñador es el norteamericano Ian B. Cooper, y este es su único diseño hasta la fecha.


Este no fue un juego barato en su momento. Yo lo encargué directamente a la editora y me salió aproximadamente por 80€ incluidos los gastos de envío. La única edición está agotada, aunque se pueden hallar copias de segunda mano por entre 60 y 90 euros aproximadamente. Creo que muy poca gente en España ha adquirido una copia de este juego. El período histórico que trata es marginal comparado con el de otros juegos solitarios de submarinos a los que Raiders no es que imite, sino también copia en muchas cosas. Ya hablaré de ellos también, porque en una reseña de este juego las comparaciones son inevitables.


Componentes.


Tras abrir la caja de Raiders lo que encontramos son sobre todo plantillas de cartón. Muchas plantillas de cartón. Algo así como entre 12 y 18. Aproximadamente el 40% de las mismas son tablas para determinar resultados con tiradas de dados que se emplean con mayor o menor frecuencia durante una partida. El resto son plantillas que representan casi todos los sumergibles que las Potencias Centrales emplearon durante el conflicto. Dado que durante la Gran Guerra Alemania no concentró su producción en unos pocos modelos, me temo que la variedad de plantillas es mayor que en la de otros juegos de este tipo. Todas las plantillas salvo la que se emplea para resolver combates están impresas a doble cara.

Esta es una muestra de los componentes de mi copia (la bandeja n esta incluida en el juego). Es de destacar la cantidad de plantillas de submarino. !10 en total representando a 20 submarinos diferentes!


Hay una única plantillas de fichas de cartón - algo finas - que se emplean como marcadores de cosas muy diversas: torpedos, graduación de nuestro comandante, estado de diversos componentes del submarino, buques que nos encontramos, experiencia y heridas de la tripulación, etc.


Y el resto es papel. Hay un reglamento que está bien a secas. Todo está ahí, pero es un poco parco en el uso del lenguaje y tal vez se podría haber organizado de mejor manera. A veces cuesta un poco encontrar las cosas. Además de esto hay un libreto que principalmente nos ayuda a determinar los barcos que nos vamos encontrando y que es una asombrosa base de datos de todos los barcos de más de 100 toneladas de desplazamiento que fueron hundidos por submarinos de Alemania y Austria durante la guerra. Cada uno con su nombre.


Y por último hay un pequeño bloque de hojas de papel que nos sirven de registro de los éxitos y desventuras de nuestros comandantes, con filas en las que se registran cada uno de los 51 meses de la guerra y columnas que separan espacios para que anotemos los nombres de los navíos que atacamos y sus tonelajes.


En general, nada fuera de lo extraordinario. Lo más criticable es tal vez el reglamento y el precio, aunque no demasiado.


El juego en sí.


Raiders es, básicamente, una sucesión de tiradas de dados con consulta en su correspondiente tabla, intercaladas por alguna que otra decisión cuyo resultado también se determina con una tirada de dados. Comienzas tirando dados para determinar nombre y apellidos del comandante, seguido de otras tiradas para determinar en que momento del conflicto comienza su carrera al mando de un sumergible y qué modelo recibe como mando.


Tras colocar fichas en las plantillas de cartón correspondientes para representar nuestro armamento, equipo, y tripulación, podemos comenzar la patrulla. Ésta consiste en ir desplazando una fichita que representa nuestro submarino por una pista de casillas. En cada casilla hacemos su correspondiente tirada de dados para determinar si hallamos algo en nuestra travesía. Si no hay nada, pasamos a la siguiente casilla.

Este es el típico despliegue del juego en la mesa. En el centro las plantillas del submarino y de combate. a la izquierda las tablas para consulta, a la derecha las fichas en su bandeja. El manual y el diario de patrulla pegados al jugador. En una esquina el manual con las tablas de buques.

En cambio, si nos topamos con algo, las posibilidades se abren y llega el momento con más decisiones y agencia por parte del jugador. Con bastante frecuencia será un barco que podemos atacar, escoltado o no. Entonces habrá tiradas para determinar condiciones del encuentro (día o noche), seguidas de decisiones nuestras relativas al acercamiento para el ataque, las armas (cañón, torpedos) que empleamos, y los objetivos que atacamos tras determinar su identidad y tonelaje en ese cuadernillo que adjunta el juego y que es una tremenda base de datos. Habrá entonces más tiradas para determinar si acertamos, si los torpedos no fallan, el daño que hacemos, la reacción de la escolta, el daño que ésta nos pueda hacer. Esto se puede repetir durante varios ciclos hasta que hemos destruido todos los blancos, la escolta nos destruye a nosotros, o decidimos abandonar el encuentro zafándonos del dichoso buque escolta.


Si seguimos vivos tras recorrer toda la sucesión de casillas, hemos completado la patrulla y llega el momento de reparar daños y comprobar si recibimos alguna recompensa en la forma de un ascenso, medallas, mejoras en la tripulación, o un nuevo submarino con un nuevo destino.

El comandante del U-35, Herbert Lange, está preparado para iniciar una nueva patrulla en el Mar Mediterráneo.

Naturalmente, hay más variedad que la pergeñada en estas pocas líneas. Entre lo que nos podemos topar hay aviones, redes antisubmarinas, y minas. Estas últimas son letales y la principal causa de muerte entre mis comandantes, como sucedió en el conflicto histórico. Casi todos los blancos suelen ser buques pequeños (de menos de 5.000 toneladas), pero a veces son grandes, otras muy grandes, y otras son buques capitales (acorazados y otros buques de guerra) que cuentan el doble de su tonelaje como recompensa. También nos puede suceder que un inocente mercante pequeño navegando sin escolta sea una trampa, un Q-Ship, que nos tienda una emboscada que nos deje en el sitio. Si sacamos un 12 con dos dados en la busqueda de un cajetín de patrulla nos sucede un evento aleatorio que va desde lo directamente fatal (nos morimos y punto) hasta cosas buenas (torpedos excepcionales, un evento que suele salir cuando ya los has disparado todos), pasando por cosas regulares (al submarino se le escacharran varios componentes).


Opinión.


Visto desde fuera, una partida de Raiders consiste en tirar dados, mirar tablas, anotar resultados, tirar dados, mirar tablas, anotar resultados, y así una y otra vez. Parece monótono. Lo es. Y sin embargo, ¿cómo es que hay una serie de juegos con este mismo sistema y se hacen más cada año?.


En la mayor parte de estos juegos de ambientación histórica no es necesario tener conocimientos históricos previos para disfrutarlos jugando. Yo apenas si tenía idea de la historia japonesa antes de jugar a Sekigahara, y comencé mi larga relación con Successors con la más vaga noción de quienes eran los Diácodos y que habían hecho. Hannibal es un juego de gran éxito, publicado muchas veces a lo largo de los años, y los que entran en contacto con él - y disfrutan haciéndolo - no tienen más idea de las Guerras Púnicas que Ánibal-elefantes-legiones. Si alguna vez profundizamos en nuestro conocimiento de los eventos históricos retratados en estos juegos, es tras haberlos jugado, y precisamente por haber jugado y habernos divertido con ellos.


En ocasiones, sin embargo, ya tenemos la película dentro de nuestras cabezas. Hemos leído extensamente sobre un tema histórico, hemos visto documentales y películas, escuchado podcasts, jugado a juegos de ordenador... Conocemos todo lo que se puede conocer de la ambientación sin tener que hacer una tesis doctoral y buscar manuscritos en archivos recónditos. Y cuando esto es así, no requerimos ninguna maravilla técnica del juego que se propone recrear estos eventos históricos que tan bien conocemos. Los desplegamos y nuestra imaginación hace buena parte del trabajo. Esto es lo que - según entiendo yo - sucede con Raiders y otros juegos de su familia.


Lo que quiero decir con esto es que, antes de comprar Raiders o cualquier otro juego de su estilo - que ya comento más adelante en esta entrada - creo que debes proveerte de cierto trasfondo acerca de la ambientación. Lee algún libro, busca algún documental, mira alguna película. Infectate con algo de pasión. En una palabra: flipate.


¿Por qué compré yo este juego? La afición por los submarinos ya la traía yo de antes, y ya he dicho que los simuladores de ordenador me cubrían cualquier necesidad lúdica al respecto. Cuando surgieron juegos como The Hunters o Silent Victory, no sentí ningún impulso por comprarlos. Pero no hay juegos de ordenador sobre submarinos de la Primera Guerra Mundial (bueno, hay uno, pero es muy malo) y cuando vi el P500 de Raiders me apunté porque ahí si que vi que satisfacía una necesidad personal.


¿Cómo ha sido mi experiencia hasta ahora? Bastante satisfactoria, a decir verdad. Las primeras partidas me hacía algo de lío manejando una tabla y otra y peleándome con el procedimiento a seguir para resolver una patrulla, pero como es una cosa bastante repetitiva en seguida me hice con el sistema. Una patrulla puede durar tan poco como 3 minutos si no encuentras nada, hasta 60 minutos si haces uso de los multiplicadores (leer más abajo) y tienes muchos encuentros. Puedes jugar una patrulla en un rato que tengas libre, dejarlo montado en una mesa no muy grande, y volver en otro momento. También es posible jugar una ristra de patrullas en una hora o algo así, anotar el estado de tu comandante y su tripulación, y recoger para retomarlo en otro momento.


Hasta el momento tengo completadas 10 carreras de comandantes. Desde el primero, Werner von Förstner, que hizo carrera desde el primer hasta el último día de la guerra con 41 barcos hundidos y apresados por 129.800 toneladas en 22 patrullas, hasta el último - Wilhelm Schmitz - quien hundió 20 barcos por 35.100 toneladas en 11 patrullas en dos años de noviembre de 1916 hasta noviembre de 1918. Entre estos dos comandante, otros 4 cayeron por acción de las minas, uno por el contraataque de un buque de escolta, y otro en el Incidente del Baralong.


Es muy fácil morir en Raiders. Se han comparado estos juegos con juegos de rol, y yo diría que si es una comparación adecuada. Pero con juegos de rol de los antiguos en los que los personajes morían con la misma facilidad con la que rellenabas una nueva hoja de personaje.


El juego pone la posibilidad de recrear las extraordinarias cifras de ases de los U-Boots como Lothar von Arnauld de la Perière, quien hundió 193 buques por 453.369 toneladas, o Walter Forstmann, quien alcanzó las 390.797 hundidas (148 barcos). Marcas que no han sido superadas posteriormente. En Raiders la munición del cañón es ilimitada, recreando la práctica de aquel entones de detener los barcos, abordarlos, inspeccionar su manifiesto de carga, y echarlos a pique por diversos medios. También podemos recibir "multiplicadores", que podemos gastar durante una patrulla para incrementar el número de tiradas de encuentros durante una patrulla. Una cosa y otra nos permiten hacer alguna que otra patrulla suelta en la que hundimos una barbaridad de barcos. Es algo bastante divertido, a la vez que el peligro de un final trágico para nuestra carrera está siempre allí. Para mi Raiders reúne dosis de riesgo y recompensa en su justa medida.


Comparado con los simuladores de sumergibles por ordenador a los que tanto he jugado, este tipo de simulaciones de mesa quitan de encima un montón de decisiones. En un juego de ordenador tienes más control. Decides el ángulo, la ruta, la posición de ataque, y un montón de cosas más. En estos juegos estas decisiones se reducen a 2 ó 3 decisiones por encuentro. Pero yo he encontrado que, lejos de ser una pega, esto me ha gustado. El resultado final tiende a ser el mismo: has hundido tal cantidad de barcos con tanto y tanto tonelaje. Pero mientras que me tengo que chupar más de una hora para una simple patrulla en el ordenador, en Raiders me bastan 20 minutos.

Otros juegos de este sistema.


El más conocido y que ha tenido más éxito es The Hunters, publicado en 2013, y con dos ediciones más en 2014 y 2020. Es el de más éxito y difusión. Permite recrear carreras de submarinistas germanos entre 1939 y 1943, cuando los U-Boote aún tenían ventaja. Es, de hecho, el que yo más recomendaría de esta serie, y el más fácil de encontrar. Aunque no lo he jugado, es de suponer que completar una carrera entera desde 1939 debe ser harto difícil. Muy pocos comandantes de sumergibles germanos de 1939 seguían patrullando en 1942. El que no había caído muerto o prisionero, había recibido un puesto en tierra.


La única pega de The Hunters es que no abarca el conflicto entero. El período 1943-1945 que se deja fuera es cubierto por su (llamémoslo secuela) The Hunted, que fue publicado en 2020 por el binomio GMT - Consimworld, lo mismo que el anterior. Mientras que el resto de juegos de este tipo tienen como objetivo lograr las mayores marcas de buques hundidos, en este el desafío consiste meramente en sobrevivir. El período que cubre fue uno de derrota y humillación constantes para la U-Bootwaffe, con muy pocos momentos de éxito para compensar. Creo que es recomendable únicamente para los culos duros realmente apasionados con el tema, porque si tiene un mínimo de realismo histórico jugar una campaña debe ser como un suicidio a cámara lenta.


Entre uno y otro la mencionada colaboración editorial dio como resultado Silent Victory en 2016, volviendo a repetirse su publicación en 2019. En este puedes desarrollar una campaña de comandante de submarino norteamericano en la SGM en el Pacífico. Si, como espero, cumple con el realismo histórico que caracteriza estos juegos, una campaña completa de este juego debe comenzar con un nivel de dificultad alto, que va aliviándose conforme progresa la guerra. A diferencia de los otros dos cubre toda la guerra. Creo que es relativamente fácil de encontrar en segunda mano a precios asequibles y es más amable que los otros (el índice de supervivencia de las tripulaciones americanas era mayor que el de los alemanes, aún siendo una de las armas de la marina estadounidense con un mayor porcentaje de bajas).


El último de estos juegos publicados por GMT ha sido Beneath the Med. En este puedes comandar un sumergible de la Regia Marina Italiana desde 1940 hasta 1943, es decir, toda la guerra en lo que a los italianos les concierne. Sé poca cosa acerca de los sumergibles italianos, salvo que técnicamente eran inferiores a los del resto de contendientes principales de la SGM (con la posible excepción de la URSS). Me temo por ello que en este caso la dificultad también debe ser elevada. Pensándolo, para pillarte este tienes que ser algo más friki de lo normal, o haberte enamorado del sistema.


Sistema que, a la luz de las ediciones, reediciones, y diferentes juegos publicados no sólo por GMT - Consimworld, sino por otras editoriales y que me dejo fuera, ha sido un éxito comercial. Resumiendo. Me es difícil recomendar estos juegos, más bien simulaciones, pero si estás metido en la ambientación, pueden llegar a gustarte.



2 comentarios:

  1. Pues yo tuve el Hunters y el Silent victory y los vendí. Al final es un sistema donde te pasas hora y media tirando dados y mirando tablas. Que sí que tomas decisiones, pero para tirar dados. Son un rollaco. Prefiero los juegos de ordenador para una simulación, aunque tenga que pasarme una hora para hacer una patrulla. Lo mismo me pasa con los aviones de la SGM.

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  2. Hosti, no me había fijado en las fotos, pero es el mismo juego que el Hunters XD

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