miércoles, 27 de septiembre de 2017

Campeonato Mundial de Friedrich 2017.

Otro año más yo, C_M. Friki, y Ringard nos lanzamos a la máxima competición de Friedrich del año. El Campeonato de Berlin. Sabedores de nuestra valía, nos considerabamos sobradamente preparados para...

... para ver defraudadas nuestras expectativas. Y en el caso de Friki, incluso de estrellarse. Ringard fue el que mejor quedó en la clasificación, 11 de 27. Pero el único campeón español del campeonato - Friki - quedó último. Al menos de esa manera le regalaron una cocacola alemana con extra de cafeína - para estar más despierto - y el Golden Hildi. Una carta comodín que vale hasta mil puntos. ¡Así no habrá quien le pare!.

Yo, por mi parte, quede 15º tras salvar otra vez mi reputación de victorias prusianas en la clasificación como prácticamente único mérito a salvar de este campeonato. ¿Qué nos ha pasado?. Lo contaré al final, antes de eso, las 4 partidas que jugué durante el campeonato.

1º Partida. Viernes 7 de septiembre.

Me tocaba jugar con Rusia. En la mesa eran todos viejos conocidos, y además participantes del CAFE'17. Como Prusia tenía a AZ, un alemán bastante alto y muy simpático. El Austríaco era el británico AB de York. Y el francés era uno de los hermanos holandeses, Mc.

Tuve buena suerte con las cartas del destino, y mala suerte con mis aliados. Rusia aguanto sobre el tablero hasta el turno 19. Ello me permitió atacar de forma incesante a Dohna (P7) en Kammin 12 tropas contra 7 suyas en todos los turnos salvo en 3 o 4. Mayormente porque al jugador prusiano nunca se le ocurría apartarse de mis dos generales salvo al final, cuando por fin el desgaste en tréboles empezó a pasarle factura porque la primera reducción de subsidios le cayó encima en el turno 16.

Hubo un momento en el que tal vez hubiera podido ganar la batalla decisiva atacando con Rusia y Suecia sucesivamente en el mismo turno. Pero ni llego a suceder, ni tiene sentido preguntarse ahora si ello hubiera sido posible.

Mc con Francia logró machacar a Hannover hasta el exterminio. Pero tardó demasiado en hacerlo, e incluso una vez logrado le veía dudar a la hora de avanzar hacía su último objetivo: Magdeburgo. Avanzaba y retrocedía. No ayudó nada que gastase un montón de cartas de corazón contra Hannover. Pero incluso así termino la partida con 6 reservas sin usar en su mano (!!!!!!).

Nuestro aliado austríaco cometió varios errores. El principal de ellos fue que se empeñó en atacar la fuerza principal prusiana en Silesia (16 tropas) con menos fuerzas (14 tropas) dos o tres veces, gastándose todas las cartas de diamantes que tenía en la mano en el proceso. Más adelante, montó una torre con tres generales y empezó a atacar por fin con superioridad numérica. Pero los errores iniciales y lo que tardaron en salir las reducciones de subsidios hacían que fuera demasiado poco demasiado tarde.

Intenté ayudarle con un tercer general ruso que venía de Prusia Oriental enviándolo a Silesia. De verdad que lo intenté. Pero el Prusiano se colocó en la carretera a Silesia en el sector de tréboles, y no podía pasar. Hubiera estado bien que mi aliado austríaco le atacara entonces para abrirme camino, porque le tenía a tiro y AZ parecía evidentemente nervioso por ello. Pero lo cierto es que salvo por la torre de tres austríacos en Silesia, nuestro jugador de York parecía no saber que hacer con el resto de sus piezas - Imperio incluido - y no los movió durante turnos. True story.

AZ logró la primera victoria de su vida con Prusia, motivo por el cual me alegré mucho. El pobre realmente sudo la camiseta. Otro motivo que tuve para salir contento de la partida fue que gracias a lo que había aguantado la zarina en el trono pude sacar 8 puntos de esta partida, lo que me dejaba con opciones en el resto del campeonato. Esto fue más cosa de suerte que otra cosa, porque durante un montón de turnos Rusia se hubiera podido ir de la partida dejándome con tan sólo 4 o 5 miserables puntos y fuera de la final.

La verdad es que sí. Salir de allí con 8 puntos en el bolsillo era lo mejor que me podía pasar, porque con aquellos dos aliados míos, la victoria era imposible. Con su falta de actividad no había forma de desgastar lo suficiente la mano de cartas prusiana.

2ª Partida. Sábado 8 de septiembre por la mañana.

He de decir que el prusiano que nos tocó en esta partida JW, gastaba cartas con cierta alegría, aunque al mismo tiempo con cierto sistema. Le ayudó también el hecho de que la primera reducción de subsidios tardó en aparecer (en el turno 12, o 16, no recuerdo).

Su suerte con las cartas del destino estaba equilibrada porque la zarina no se moría nunca (lo hizo al final en el turno 18, creo). Pero eso a su vez quedo compensado por un error garrafal del jugador ruso, otro alemán falto de experiencia. Al comienzo tenía dos generales rusos con 13 tropas frente a un prusiano con 4 tropas en Kammin, y otros 2 con tres tropas frente a Lehwaldt (P8) con 2 tropas en Prusia Oriental, sentado en el sector de tréboles. Se empeñó en atacar a este último, y para reforzar dicho ataque se llevó de vuelta a uno de los dos que tenían más tropas para juntarlo con los otros y pasarles refuerzos. Todo eso llevo una cantidad de tiempo horrorosa. Pero no era un inepto total. Puedo decir a su favor que al final si que atacaba con mucha superioridad y estaba consiguiendo quitarle muchas cartas a Prusia.

El francés era el veterano, varias veces finalista, y campeón de 2015 ChrB. Manejó la situación sin cometer fallos y logró acorralar a Hannover en su base de Stade, conquistando todos los objetivos de Francia menos los dos en territorio prusiano. Tenía muy pocas cartas del palo adecuado (corazones) y tardó mucho tiempo en extirpar a un último hannoveriano que estaba merodeando por Magdeburgo. Lo tuvo que liquidar por falta de suministro.

Eso me deja a mí jugando como austríaco. En un principio todo iba bien. Schwerin y Keith (P4 y P5, prusianos) parecían hacer una defensa en Silesia con, al principio, 12 tropas que acabaron subiendo a 16. Ataqué ya desde el turno 4º con una pila de 21 tropas en Breslau, en picas, causando gran desgaste de cartas. Eventualmente, los prusianos se replegaron detrás de la frontera tréboles-picas de Silesia para tener un par de rondas de respiro.

Limpie Sajonia con relativa rapidez, y tuve tiempo para hostigar un poco, lo que juzgue suficiente, a Prusia en el área de Magdeburgo. Al hacerlo, sin darme cuenta, salve al prusiano de un cerco en el que él mismo se había metido. ChrB me soltó de buen rollo un "¡te odio!". También hubo un combate entre el Imperio y Prusia en el que cada uno gasto más de 50 puntos en corazones. JW exclamaba "¡quieres que gane Francia!", pero lo cierto es que él mismo se empeñó en llevar la lucha hasta matar al pobre Hildburghausen. Yo sólo intentaba conquistar un objetivo secundario.

Tuve tiempo incluso para enviar un general austríaco a intentar ayudar a Rusia en tréboles. Pero nuestro audaz prusiano opto por interceptarle en el sector de corazones dónde se encuentra Küstrin, justo al oeste de Berlin. Yo sólo tenía dos cartas de corazones y me destruyeron al general. Fue una pena, pero tampoco para tanto.

Justo entonces tenía a Prusia acorralada en Silesia. Los dos generales azules que había allí salieron de su refugio en tréboles y se expusieron a una batalla diamantes-picas que yo aproveché inmediatamente atacando en ambos palos. Tenía que decidir que combate empezaba primero, diamantes o picas contra picas del prusiano, y opté por atacar desde picas.

¡Craso error!. Nuestro amigo derrochón acepto cambiar unas cuantas cartas, pero en seguida se dio cuenta que tenía que escabullirse de aquella celada, y en seguida emprendió una retirada de dos espacios para luego volver con más fuerzas a atacarme en picas una y otra vez, porque desde entonces le entraron cartas de ese palo a chorro, mientras que yo no fui capaz de recuperar las que había gastado.
Acorralado tras refugiarse tras una frontera tréboles-picas, mi oponente hace una salida desesperada.

Esta fue mi jugada. Ataque simultáneo desde picas y diamantes contra sus picas. Cometí error por partida doble al comenzar atacando desde picas. Pero incluso si hubiera atacado desde diamantes mi contrincante hubiera podido hacer en seguida una retirada mínima de -1 espacio y dejarme con las ganas.

Esta es la jugada que tal vez debiera haber hecho. Atacar desde diamantes a picas cerrando todos los accesos al sector de diamantes. Tras vaciar los diamantes de mi adversario podía pasar al contraataque en el sector de picas al turno siguiente.

Mi oportunidad de ganar la partida se quedó allí. Seguí intentándolo cada vez de forma más desesperada, pero lo único que logré fue cosechar derrotas cada vez más severas, primero de 6 puntos, y finalmente de 9 en el penúltimo turno. Ello me costó alguno de mis objetivos conquistados, y al final sólo tenía 9 de 12.

Pero tanto desgaste le paso factura a nuestro contrincante. Francia olía la victoria, y Hildburghausen retorno también para tomar sus últimos objetivos, esta vez bajo mando de nuestro jugador ruso novato. Ambos tuvieron una oportunidad en el último turno, y al final ganó Francia. A Prusia le quedaban sólo 3 cartas en la mano.

Si en el momento decisivo hubiera intercambiado mis diamantes por sus picas, hubiera podido ganar la partida. Nuestro jugador prusiano no era malo, pero tampoco era demasiado bueno.

3ª Partida. Sábado 8 de septiembre por la tarde.

Esta vez me tocaba jugar con Francia, que tiene muy pocas posibilidades contra un jugador experto. Y las pocas que tiene dependen de algo de apoyo austríaco, lo cual requiere cierta experiencia por parte de la persona que lleve Austria.

Como prusiano teníamos al bueno de KB, vecino de ChrB (el francés de mi partida anterior), afable jubilado... y un veterano con el culo pelao. Mal empezabamos.

¿Y quién jugaba de austríaco?.

Pues HM, uno de los cuatro amigos de Celle que repiten por tercer año. Entre ellos - y un par más que dicen que han enganchado en su localidad - juegan una vez por semana a Friedrich. Esto es, ¡unas 50 partidas al año!. En tres años este grupo ha jugado más partidas de Friedrich que yo en los 13 años desde que compré el juego.

Se puede suponer, pues, que HM entra en la definición de "experimentado" que he dado. Sin embargo, hay una tendencia que he observado en grupos de juego cerrados y pequeños, y es que tienden a repetir siempre las mismas estrategias con las que se sienten cómodos, y tienen dificultades para probar otras nuevas.

Esto se noto en el juego de nuestro amigo HM, quien no lo hizo mal, pero tampoco demasiado bien. Y por supuesto, no podía esperar ayuda por su parte. En Silesia se topó con un retén de 3 tropas que se replegó enseguida pero le permitió a Prusia ganar tiempo para hacer una torre de tres generales en Sajonia y acumular cartas en diamantes mientras Austria se demoraba tomando Silesia. Incluso cuando llegó con el grueso de sus fuerzas, HM dudo durante varios turnos antes de atacar.

La estrategia le habría salido bien a Prusia si hubiera robado bastante cartas de diamantes - el palo con el que se defiende en Sajonia - y dependiendo de su fortuna con las cartas del destino. No sucedió ni lo uno ni lo otro. Al pobre KB le cayeron las dos reducciones de subsidios con bastante rapidez.

Quien cosechó la victoria de estas favorables circunstancias no fue HM con Austria - aunque hubiera podido conseguirlo de ser un poco más hábil - sino de ML, el único participante norteamericano que jugaba con Rusia en nuestra mesa. Muy hábilmente supo limpiar Prusia Oriental y cercar a Dohna (P7) en el área de Kammin cortándole todo apoyo desde fuera, acosándolo con ataques en superioridad que desgastaron los tréboles de la mano prusiana azotada por las reducciones, y conquistando todos sus objetivos para el final del turno 14.

¿Y yo?. Pues estuve lastrado por un lado por errores propios y por la mala suerte. Hubo un turno que tenía que decidir entre dejar que un hanoveriano se colase hacía el sur o quedarme un turno en torno a Magdeburgo prestando algo de apoyo al Imperio. Decidí esto último y perdí tiempo persiguiendo al fugitivo azul claro. La mala suerte se manifestó en una irregular distribución de las cartas tácticas, por la cual yo, robando un 50% más de cartas que Hannover, tenía menos cartas de picas que ellos. Mi primer objetivo es desgastar a Hanover, y con esta mala suerte me quede atascado sin remedio. Pude tomar 7 de 10 objetivos, lo que es bastante digno, pero de todos los presentes era el que menos oportunidades tenía.

Fue una partida en la que la mala suerte de KB con el destino determinó el resultado de la partida. También se le puede criticar un poco su estrategia que le obliga desde el primer momento a una defensa en un lugar concreto antes de ver que cartas roba y como sale el destino, pero por un tiempo funcionaba bastante bien. ML jugo perfectamente, tuvo algo de suerte (la zarina no moría hasta el turno 17), y se mereció ganar. En cuanto a mí, que Francia tenga poquísimas posibilidades con jugadores expertos no es excusa para que mi juego con este bando tenga bastantes aspectos pendientes de mejora.

4ª Partida. Domingo 9 de septiembre.

Sin ya posibilidades de llegar a la final, afrontaba mi última partida con un objetivo de mínimos: mantenerme imbatible como Prusia en las rondas clasificatorias.

Al poco de comenzar esta partida como Prusia se descubrió un error en mi colocación que no tuvo más circunstancias que mi propia vergüenza: había dejado un general (Lehwaldt, en Prusia Oriental) sin tropa. El error fue corregido con el acuerdo de Richard Sivél y AT, el único veterano de Berlin que permanecía en el campeonato y pudimos continuar la partida.

Dos o tres de las 7 partidas que he jugado con Prusia en el campeonato pueden calificarse de realmente difíciles, las demás fueron bastante cómodas porque al menos había un aliado importante (Austria o Rusia), que la cagaba.

En este caso fue Fl., de Celle, que se sentaba ante mí como Austria. Establecí mi defensa en picas en Silesia, en Breslau. Y mi oponente insistió en atacarme allí varias veces, pero nunca con superioridad, salvo al final del todo. De nuevo, demasiado poco, demasiado tarde. Tenía además la confianza de que su juego con el Imperio iba a ser torpe y no iba a intentar ganar con los amarillos, y así fue. Salvo por el final de la partida que tuve que tomar precauciones extras.

El alemán CY jugaba como Francia. Su escaso nivel de habilidad no sólo se hizo evidente por colarle un hannoveriano en el sur con relativa facilidad, sino porque durante una veintena de turnos no se le ocurrió cambiar sus tropas de posición para intentar evitar el baile que hice con los hannoverianos, especialmente en torno a Diepholz, que no cayó hasta el turno 18 o algo así.

Otro alemán más experimentado, SJ, jugaba con Rusia. Él si que era bueno, y tuvo una oportunidad al principio cuando en 3 rondas apenas robe cartas de trébol. Envié a Heinrich (P3) como refuerzo y cuando me quedaba corto en cartas me refugiaba tras una frontera entre dos palos. La zarina falleció en el turno 12. SJ paso a tomar el control del Imperio poco más tarde, pero sin apoyo de Austria no iba a conseguir nada.

Fue una victoria fácil. Salvo por el despiste inicial, tome buen cuidado durante toda la partida de que todas las piezas estuvieran en su sitio, con su cantidad adecuada de tropas, y cometí tan sólo errores pequeños.

Conclusión.

Aquella misma tarde/noche se jugó la Final del Campeonato, que duró hasta las 11 de la noche. El elenco de jugadores era de auténtico lujo. AT jugaba de Prusia. Ante él CB (con quien yo había compartido mesa en la 2ª partida) jugaba como Austria. El americano ML jugaba como Francia, y el joven alemán AB jugaba como Rusia. La victoria final fue para este último, tras una partida que se le puso cuesta arriba a AT no sólo por mala suerte en las cartas del destino, sino por la calidad de sus oponentes.

En Friedrich puedes tener mala o buena suerte con las cartas, ya sea las del destino o las cartas tácticas. En los campeonatos de Friedrich además puedes tener mala o buena suerte con los compañeros de mesa, ya sea como contrincantes o aliados. Durante el campeonato tuve buena y mala suerte tanto con las cartas como con los compañeros de mesa.

¿Es la suerte algo importante en el campeonato?. Si. Es decisiva. Pero de los que llegaron a la final ninguno era un zoquete. Luego por lo tanto la suerte no lo es todo. Si tienes suerte con las cartas y los compañeros de mesa, y aún así eres un inútil, vas a necesitar aún más suerte para ganar. Algo improbable.

En mi última partida tuve suerte, pero si no hubiera tenido habilidad suficiente hubiera perdido igualmente. En mi segunda partida no gané por un error que cometí en un momento decisivo. La suerte no tuvo nada que ver. En la primera partida estoy convencido de que los aliados hubiéramos podido ganar a AZ jugando con Prusia, porque tampoco es tan bueno. Pero mis aliados no acertaban con sus jugadas.

Los que se quejan de la suerte en Friedrich, bien harían en ponerse las pilas y no dejar dudas acerca de su pericia antes de lamentar su mala suerte.

martes, 19 de septiembre de 2017

Ukraine'43

En la historia sobre el conflicto germano-soviético de 1941-1945 hubo un momento y un lugar de equilibrio entre ambos bandos. El Eje ya no podía ganar. Este momento comenzó después de la batalla de Kursk, en agosto de 1943. El lugar era Ucrania, el flanco sur del Frente Ruso.

Fue desde ese momento y ese área cuando los soviéticos encadenaron una serie de ofensivas que no terminarían hasta abril de 1944, y que acabaron expulsando a Alemania y sus satélites de casi toda Ucrania, llevando la línea de frente a las fronteras de Rumania y Polonia.

El mencionado equilibrio de este período y lugar es de fuerzas. Los soviéticos eran mucho más numerosos. Siempre lo habían sido. Los alemanes combatían mejor. Sin embargo, ni la superioridad numérica rusa era tan apabullante como lo sería desde mediados de 1944, ni la ventaja táctica alemana era tan marcada como lo había sido en 1941-42. Eventualmente, Rusia siempre iba a ganar, pero los alemanes aún podían obtener ventajas puntuales aquí y allá que, debidamente aprovechadas, les salvaban de un destrozo mayor.

Este equilibrio y el gran espacio y número de batallas acaecidas es lo que hace del mencionado período un filón para los wargames, un filón que fue explotado en 2000 por Mark Simonitch con su Ukraine'43.

Fue un poco más tarde cuando yo me encontré el UK43 en una tienda del centro de Madrid. Con mi capital, podía escoger entre este y el Advanced Third Reich. He tardado mucho en poder encontrar contrincante para el UK43, pero gracias a C_M pude constatar que hace años, en aquella tienda, no escogí mal.

En 2015 la editorial GMT reeditaba este juego. Contento con mi primera edición no vi motivo para adquirir la nueva, pero aún así he tenido la oportunidad de jugarla también gracias a otros compañeros del Club Dragón (saludos a Ls. y St.). Así he podido ver que era lo que había cambiado.

Qué es y qué contiene.

UK43 es un juego de guerra de nivel operacional para 2 jugadores que recrea el inicio de este período que he mencionado al comienzo de la entrada. En el juego completo se comienza en agosto y se termina en noviembre de 1943.

No hace falta fijarse mucho - tan sólo darle la vuelta a la caja - para darse cuenta de que UK43 es un juego de hexágono y ficha. Esto es, el mapa tiene superpuesta una rejilla de hexágonos que rigen el movimiento de las unidades, que están representadas por fichas de cartón con valores de combate y movimiento impresos en ellas.

Y sí. Las unidades están recreadas con esos perennes símbolos que tanto nos gustan a los de los juegos de guerra. El "sobre" para la infantería y la "salchicha en una caja" para los tanques.
La salchicha en un tanq... en una caja
Hay muchas de estas fichas, aunque para los jugadores veteranos de wargames no son tantas. Básicamente predominan tres colores. Gris para los alemanes, y marrón y rojo para los soviéticos.
Fichas de la 2ª edición

Fichas de la 1ª edición

Las fichas de la segunda edición han sido mejoradas al ser un poco más grandes y tener un código de colores que permite ver mejor cosas como, por ejemplo, que unidades se encuentran dañadas y cuales están intactas.

El mapa recrea la la misma zona de Ucrania en una edición y en la otra, y es de papel en ambos casos. Pero de nuevo hay mejoras en la segunda edición al ser bastante más amplio (hay que acomodar esas fichas más grandes, supongo), y ser de un papel algo más fuerte.
1ª Edición

2ª Edición

Tanto una edición como la otra acomodan un libreto que incorpora unas 20 páginas de reglas. En la 2ª edición los ejemplos de juego van incluidos en este libreto. En la primera los ejemplos estaban aparte en las ayudas de juego. El libreto también tiene en ambos casos las notas del diseñador y los escenarios.
Ayudas de juego en la primera edición, con ejemplos de juego incluidos en ellas.

La primera edición tenía un único ejemplar de dos ayudas de juego con diferentes contenidos. En la segunda cada jugador tiene su ayuda de juego con toda la información que necesita.

Mapa de hexágonos, fichas, tablas de resultados de combate, dados... Muchas cosas convencionales que algunos habrán visto ya en docenas de juegos de guerra antes. Lo único que puedo añadir es lo obvio: en lo que a material se refiere, la segunda edición de UK43 le gana a la primera.

Dos ediciones en acción.

No hay nada mejor para ver que diferencias hay entre las dos ediciones de UK43 que echar un vistazo a sus respectivas secuencias de turno. En ambas el soviético juega primero, y después lo hace el alemán. O sea que es el sistema IGO-UGO por el cual un jugador resuelve todas sus acciones y luego lo hace el otro, y de esta manera se completa un turno. En ambos casos el turno comienza con una fase de determinación del clima, y termina con una fase de determinación de victoria. Las diferencias están en las fases intermedias que comprenden el turno de cada jugador. Así, en la primera tenemos:
  • Fase inicial de suministro.
  • Fase de movimiento.
  • Primera fase de combate.
  • Fase de reacción del otro jugador.
  • Fase de explotación
  • Segunda fase de combate.
  • Fase final (mayormente administrativa).
7 fases, que en la segunda edición se ven reducidas a 5:
  • Fase inicial.
  • Fase de movimiento.
  • Fase de combate.
  • Fase de recuperación.
  • Fase de suministro.
Ambas ediciones son el mismo juego que recrea la misma situación histórica, pero con bastantes simplificaciones en la segunda edición. Simplificaciones que, me alegra decir, no implican una reducción ni en diversión ni en la inmersión en el período.

Una de los cambios principales se encuentra en la resolución de los combates. En ambas ediciones se parte de una Tabla de Resultados de Combate (TRC), en la cual el atacante tira un dado de 6 caras para consultar la fila de la tabla tras sumar sus factores de ataque y dividirlos por los del defensor (tras las pertinentes modificaciones por terreno, apoyo aéreo, artillería, etc.) para determinar la columna que hay que leer. Ambas tablas son diferentes, pero lo especial en la primera edición era que según la "magnitud" del combate (esto es, la cantidad de tropas involucradas en el bando con menos tropas) se tiraban otros dados "secundarios" aparte del primero que servían para determinar bajas adicionales.

Este era un sistema bastante curioso que no he visto reflejado en otros juegos, y cuyo efecto era el de incrementar el número de bajas por combate. En la segunda edición esto se resuelve permitiendo a las unidades que hacen explotación tras un combate inicial otros ataques sucesivos que pueden afectar a las unidades atacadas en primer lugar, lo que llega a tener unos efectos devastadores.

Se mantienen las peculiares reglas del diseñador Mark Simonitch acerca de los ZOC Bonds, o enlaces de ZOC que forman dos unidades propias sobre un hexágono que separa a ambas, y que prohíbe a las fichas enemigas cruzarlo. Este mecanismo hace posible tender líneas de frente sólidas empleando menos piezas en ello que si tuvieramos que poner una ficha en cada hexágono. Otro tributo a la simplificación que no disminuye el realismo.

Entre la primera edición de 2000 y la segunda de 2015 se han colado algunas de las experiencias que Mark Simonitch ha tenido diseñando otros juegos como Ardennes '44 y Normandy '44, como se puede ver por la inclusión de las reglas de defensa enconada. Aunque, comparado con esos dos juegos, UK43 me parece más sencillo porque debido a emplear una escala mayor - divisiones en lugar de regimientos, hexágonos que abarcan 16km. de lado a lado, y turnos de 4-5 días en lugar de 1 día o 1/2 día por turno - se obvian muchas reglas acerca de la integridad de unidades que facilitan notablemente el cálculo de los factores de combate.

Es mi opinión que, en general, la revisión del juego que ha hecho la segunda edición ha restado algunas ventajas que tenía el defensor. Esto es, el alemán. Esto no es necesariamente malo, porque es probable que la edición de 2000 estuviera algo descompensada a favor del Eje.

Una cosa que si permanece inalterada es las condiciones de victoria. En el indicador de turnos cada uno de estos tiene un número de puntos de victoria soviéticos como "marca". Este número comienza con cero y va subiendo a un ritmo de 1 o 2 puntos por turno a lo largo de los 21 turnos que puede llegar a durar una campaña entera. Para el soviético se trata de alcanzar y superar esta marca. Si tiene una ventaja de 6 o más puntos respecto a la marca al final de cualquier turno, ha conseguido victoria automática. Por el contrario, si se queda 6 o más puntos detrás hay victoria automática germana.

Este sistema recrea de forma efectiva la dinámica de fondo de esta campaña. Para los alemanes lo más fácil hubiera sido retirarse directamente a la línea del Dnieper y fortificarse allí, pero las consideraciones de Hitler acerca del prestigio y la economía - estaba en liza la cuenca minera del Dombass - forzaban a la Wehrmacht a aferrarse al terreno hasta límites que eran peligrosos para el Grupo de Ejércitos Sur.


Siendo un juego de nivel operacional, los jugadores disponen de una economía primitiva en la forma de unos puntos de reemplazo que les llegan cada turno de forma fija e independiente del transcurso de la campaña, con los que pueden refrescar unidades dañadas o "resucitar" las que han sido destruidas. El jugador soviético dispone, naturalmente, de una importante ventaja en este campo.

El reglamento tiene unas 20 páginas tanto en una edición como en otra. Esta bien escrito, deja pocas dudas, y aunque no es inmune a las erratas y correcciones, Simonitch tiene bien pocas de ellas comparado con otros productos de la casa GMT. Una cosa que prefiero de las reglas en la primera edición es que las notas del diseñador son más extensas.

Conclusiones.

Para el novato en los juegos de guerra de mesa, UK43 es otro juego de guerra más, con un intrincado mapa de hexágonos y un montón de minúsculas fichitas con numeritos y símbolos raros impresos encima, y una tonelada de reglas. 
Para el veterano en las batallas de cartón y papel UK43 es un juego de complejidad media, con una cantidad de fichas aceptable y un buen nivel de simplificación de reglas y mecanismos.

No a todos los wargameros les gusta esto. Hay algunos que prefieren tener mayor control sobre todos los aspectos de sus fuerzas, lo que requiere de más reglas y mayor complejidad. Esta es la dirección opuesta a la que lleva el veterano diseñador norteamericano Mark Simonitch, y que resulta bastante evidente al contrastar ambas ediciones de UK43. En todos sus juegos operacionales busca limitar el reglamento a 20 páginas, y valora cuidadosamente los beneficios y los costes antes de añadir un mecanismo.

Para mí, la ruta del señor Simonitch en cuanto a diseño de juego me parece acertada, en tanto que ya no somos los jovenzuelos que eramos cuando comenzamos con esta afición, y se agradece cualquier recorte en reglas y gestión de las dichosas fichitas, y del tiempo que ello conlleva... siempre y cuando no se pierda diversión en el juego e inmersión en la batalla que recrea.

Este es el caso de UK43. Buena parte de ello se debe sin duda al buen hacer y la larga experiencia de su diseñador, por las que brindo. Mas en el caso de  UK43 considero que especialmente se debe al tema tratado. Ya indique al inicio que Ucrania en el período de Agosto de 1943 a Abril de 1944 es un momento y lugar especiales en el la historia del frente ruso. Con un material tan bueno, es difícil "cagarla" al hacer un juego sobre esas batallas. La segunda edición de UK43 es indudablemente la mejor en todos los sentidos, pero también me divertí jugando con la primera. Tanto la una como la otra recogen una situación fluida y con varias opciones abiertas tanto a soviéticos como alemanes según transcurra la batalla.

El mencionado período no es el único de la historia del frente ruso que ofrece buen material para juegos a nivel operacional. Tal vez resulte más complicado acceder a las fuentes necesarias para documentarse y diseñar un juego de guerra que si uno se vuelve a las campañas en Europa Occidental. Pero, ¿acaso no estáis ya un poco cansados de luchar todo el rato en las Ardenas y en Normandía?.