martes, 20 de noviembre de 2018

En una guerra de ciegos, el tuerto escribe su historia.

Las celebraciones por el 100º aniversario de la Primera Guerra Mundial terminaban hace pocos días. El pasado 11 de noviembre se celebraba en Paris el Armisticio que pusó fin a un conflicto tan funesto como determinante para la historia europea. Si queda algo por conmemorar de esta guerra, será el 100º aniversario del tratado de Versalles que selló su final definitivo, y que sin ser menos trágico resultó ser mucho menos determinante.

¿Tiene algún sentido recordar estos eventos?. Mi respuesta es sin duda positiva. Nos sirve para valorar lo que tenemos hoy en día, cuando ya han pasado más de setenta años sin que en Europa tenga lugar algo que para sus habitantes de aquel entonces resultaba aceptable y recurrente: una guerra general que asole la mayor parte del continente. 

La paz y la prosperidad generales que hoy en día disfrutamos en España y en los países de nuestro entorno tiene sus luces y sus sombras y sin lugar a dudas es mejorable en muchos aspectos. Pero al mismo tiempo no tiene parangón alguno en la Historia de la Humanidad. Ni siquiera durante el Imperio Romano tanta gente de por aquí vivía tan bien. 

El trascurso natural de estos últimos 70 años de paz relativa han ido apagando muchas de las voces que vivieron el último gran conflicto (la Segunda Guerra Mundial) en sus carnes, y en ocasiones tengo la sensación que con sus muertes, año a año, va desapareciendo de nuestro entorno el recuedo de aquel horror. Aquellos que parecen estar dispuestos a repetirlo, sin embargo, parecen ser tan numerosos hoy en día como lo eran en aquel entonces. Recodar nuestra historia resulta por ello imperativo a fin de no repetir de nuevo aquel error, aquel horror.

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Todos estos fastos y aniversarios alrededor de la PGM también han servido para resucitar el conflicto editorialmente. En el tema de juegos de mesa el clásico (a mi pesar) Senderos de Gloria ha sido reeditado en español por Devir. Otras editoriales se han apuntado a este carro, como Compass Games con The Lamps Are Going Out y Empires & Alliances, una reimplementación del clásico The Guns of August de Avalon Hill Games. El que ha tenido más tirón recientemente ha sido Fields of Despair, de GMT. En el podcast de los abuelos le daban un repaso a varios de estos juegos hace unos meses.

Me dejo muchos otros juegos recientes sobre la PGM, pero únicamente para indicar que este conflicto no sólo ha servido de inspiración para wargames, sino también para otros tipos de juegos, como Los Inseparables o Wings for the Baron

Mas la otra faceta editorial que ha visto un resurgir de la PGM ha sido la de los libros. La SGM aún mantiene su predominio. Pero los fastos conmemorativos y el respaldo público han servido para rescatar a la PGM de cierto olvido en el que había quedado, eclipsada tal vez por la ferocidad y escala mayores de su sucesora.

Fruto de esa ebullición editoria se ha publicado una tetralogía dedicada a la PGM en el frente oriental.




El autor de las cuatro obras es un tal Pritt Buttar cuyos únicos datos he podido extraer de las solapas de estos libros. Es médico de profesión. Por lo tanto es un historiador aficionado, como lo puedo ser yo con mis artículos sobre submarinos. La editorial es Osprey. Que publica casi exclusivamente obras de historia militar con una calidad un tanto desigual, pues a veces en sus publicaciones se pasan por alto otros factores que van más allá de lo estrictamente castrense.

Puedo decir que no es ese el caso en esta tetralogía. El primer libro es Collision of Empires. De unas 480 páginas incluyendo notas y glosario, esta obra analiza los tres grandes protagonistas de la PGM en el este - Alemania, Austria-Hungría, y Rusia - desde un punto de vista tanto militar, como político, social y económico. Se repasan sus planes de guerra, y se hace una breve narración de la "crisis de julio" y las declaraciones mutuas de guerra.

Tras eso sigue una narración del conflicto en este área hasta comienzos de 1915 cuya mayor virtud está en que cuenta cosas que no había encontrado antes en otra obra. Tannenberg aparece, claro que si. Pero también aparecen las otras ofensivas alemanas en el norte del frente oriental. La parte del león de la narración se la lleva la lucha entre Austria-Hungría (A-H) y Rusia en la que la primera se llevó un tremendo revolcón, que culminó con una larga serie de absurdas ofensivas invernales que costaron 800.000 bajas para intentar rescatar a los 150.000 hombres que tenían cercados en Przemysł. También se narran con buen detalle las dos fracasadas ofensivas A-H en Serbia.

El segundo libro - Germany Ascendant, otras 460 páginas - retoma la historia a comienzos de 1915, momento en el que Alemania asume más protagonismo forzada por los fracasos de su aliado. A fin de estabilizar la situación antes de poder dedicarse a otros frentes, el alto mando germano decide iniciar una ofensiva limitada. El grueso del libro va narrando dicha ofensiva que - en diferentes fases - llegó a tener un éxito extraordinario y terminó por empujar a los rusos varios cientos de kilómetros. Echo en falta las operaciones que desembocaron en el avance germano hasta las cercanías de Riga. El libro cierra con la tercera y exitosa invasión de Serbia.

En el tercer libro - Russia's Last Gasp, 490 páginas - Alemania se centra en la batalla que realmente cree que le hará ganar la guerra - Verdún - y como resultado de ello es Rusia la que gana protagonismo en esta obra. Recuperados en cierta medida de la debacle del año previo, los rusos lanzan ofensivas de mutuo acuerdo con los aliados occidentales (Gran Bretaña y Francia) para aligerar la carga de estos en el Frente Occidental. Las primeras ofensivas en invierno de 1916 terminan en desastre y las perspectivas para las de verano no son mucho mejores. Pero hete aquí que surge una especie de héroe en la figura del general ruso Brusilov quien, mediante una cuidadosa planificación y aplicando tácticas innovadoras, logra espectaculares resultados en el sector sur-central del frente oriental.

Que dicho sector estuviera defendido por las maltrechas tropas de A-H fue ciertamente otro factor que determinó su éxito. Mas como cualquier otra ofensiva de la PGM, la de Brusilov acabó por perder impulso de manera inevitable. Justo en ese momento Rumanía entra en la guerra. Las operaciones en dicho país, que acabaron con la mayor parte de este en manos de las Potencias Centrales ocupan el resto del libro hasta el final.

El último libro - The Splintered Empires, 460 páginas - nos cuenta los eventos del final de la PGM en el este y también los que le sucedieron en el área y que contribuyeron a la aparición de varios nuevos países. Comienza con la "revolución de febrero" en Rusia incidiendo en el efecto desmoralizador que tuvó sobre las tropas rusas, cansadas de la guerra. Siguen los desordenes internos de Rusia previos a la "revolución de octubre" bolchevique. A esas alturas está muy claro que Rusia necesita abandonar el conflicto, pero sus líderes se empeñan en mantener sus compromisos con sus aliados y lanzan otra ofensiva, de nuevo bajo el mando de Brusilov.

El resultado de esta ofensiva en 1917 fue más modesto que la del año anterior. Y a cambio de sus modestas ganancias el ejército ruso "echó el resto" y quedó desfondado del todo. Lo que sigue en 1917-1918 es una disolución del ejército ruso y avances de las Potencias Centrales en todo el frente hasta que la jefatura bolchevique se ve obligado a aceptar una paz humillante en Brest-Litovsk en marzo de 1918.

Es entonces cuando el libro pasa a tratar las que denomina "pygmy wars" (gueras pígmeas) a través de las cuales Finlandia, las repúblicas bálticas, y Polonia lograron su independencia, no ya sólo de su anterior amo Rusia, sino también de Alemania, que intenta aferrarse a sus conquistas a pesar de haber perdido la guerra en occidente. Hay un resurgir de Rusia en la forma del Ejército Rojo, menos numeroso que el zarista, y luchas que van de lo breve (Finlandia, dos meses escasos de lucha intensa antes de una intervención germana) hasta las de varios países bálticos y Polonia, que no firma la paz con la Unión Soviética hasta 1921.

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Estos libros están escritos de forma accesible, sin perderse en minucias. Se tratan las operaciones a nivel de ejércitos, y en ocasiones a nivel de cuerpo de ejército. En algunos momentos más bien raros se llega a especificar a nivel de división. No hay una abundancia de fechas, y en lo que a éstas se refiere únicamente he encontrado molesto que no se especifíque el año, especialmente en el último libro cuando algunas de las guerras menores contadas en un mismo capítulo transcurren a lo largo de 1918-1921. 

Varios mapas acompañan cada obra. Osprey incluye bastantes mapas en todas sus obras, aunque personalmente encuentro que su calidad es algo floja. Lo mismo sucede aquí. Los mapas son un tanto "esquemáticos" y parecen estar algo "vacíos". Muchas, pero no todas, las localizaciones del texto se representan allí. Así que puede convenir leer estos libros con un buen atlas al lado.

Son libros que en principio puede leer cualquiera con algún interés histórico, aunque recomiendo bastante haber leído previamente al menos un libro de historia general de la PGM. Estos libros abundan hoy en día gracias a la arriba mencionada efervescencia editorial que el reciente centenario ha traído. Leerlos va a dar una buena idea del devenir general de la guerra y de los eventos en el frente occidental que en esta tetralogía se dan por conocidos.

Y es que la mayor parte de la literatura sobre la PGM (lo mismo que la de la SGM) adopta una visión predominantemente "occidentalista". Es decir, se cuentan con bastante detalle las batallas en Francia y Flandes, y poco de lo demás. Hay cierta justificación para ello, pues en última instancia la guerra entera se perdía y ganaba en dicho frente. Pero ello ha dejado huecos en la historiografía del conflicto. Huecos que libros como estos cuatro ayudan a completar. Uno puede encontrarles pegas a estos 4 libros. Para mi la principal no está en lo que cuentan, sino en lo que no cuentan. Me he quedado con la impresión de que en muchas partes se ha hecho una síntesis y se han dejado cosas sin contar. Pero aún así su mayor fuerte reside en que este área de la PGM está muy poco tratada. En el país de los ciegos, el tuerto es rey. Y si hay otra obra u obras que traten el frente oriental de la PGM de forma general tan bien como ésta - y que no este descatalogado - me gustaría saberlo.

De entre los 4 libros considero que el mejor es el primero sobre todo porque trata su período (1914) de forma más completa. En el resto de años (1915-1921) se pueden encontrar algunos monográficos de campañas que entran en más detalle - por ejemplo, sobre la ofensiva de Gorlice-Tarnow - aunque también cuentan cosas que sólo aparecen en obras descatalogadas. Tal vez sufrieran más de plazos de redacción más breves, puesto que fueron siendo publicadas anualmente tras la primera obra y aprovechando este centenario de la PGM que tantas veces he comentado aquí.

Son unos libros especializados a la par que accesibles, y por lo tanto recomendables antes todo para aquellos aficionados a la historia con cierta dedicación.

domingo, 4 de noviembre de 2018

Eventos, que algo queda

La afición a los juegos de mesa es bastante insular. Quiero decir con ello que está compuesta de islas de aficionados. Islas que tienen constancia de su existencia mutua, e incluso algún isleño visita ocasionalmente una isla vecina. Pero la realidad del aficionado estándar es que su isla es su mundo. Internet provee de un telón de fondo, pero el día a día de un jugador está en su grupo de juegos. Con este panorama, cuando el cuñado te llama raro lo normal es asentir y callar.

Para salir del armario y sentirse un miembro más de la sociedad y no otro de sus marginados están los eventos, jornadas, convivencias, etc. Las hay muy masivas, como lo eran antes las CLN y hoy lo son las Ludo Ergo Sum. Me cuentan por ahí que las Tierra de Nadie son dignas de verse. Lo importante de estos eventos es que te reunes con mucha gente con la que compartes aficiones, ves que no son solo cuatro pelagatos los que os dedicáis a lo mismo, y empiezas a pensar en poner al cuñado en su sitio la próxima vez que te llame raro.

Bueno. Eso es, si no te dedicas a los wargames. Si es así, tu sensación de rareza se va a acenturar. Eres raro incluso para los raros. Las jornadas que he mencionado son generalistas. Es decir, abarcan un segmento de aficiones amplio dentro de su rareza: rol, eurojuegos, juegos de familia, miniaturas, literatura de fantasía, cosplay, vivos, ... ¡santo cielo!, ¡hay hasta niños!. No cabe duda que es una estrategia que ha contribuido a darles un gran éxitos, mas en un ambiente así, el aficionado muy especializado - wargameros, eurojugadores duros, jugadores de miniaturas que no son de Warhammer... - anda más pérdido que el alambre del pan bimbo.

¡No desesperar! Estos aficionados especializados también tenemos eventos igualmente especializados donde conocer a otros que comparten nuestra enfermedad. Aunque los conozco de oídas, no he estado en ninguno fuera de mi afición personal: los wargames.

En lo que a esta afición personal mía se refiere he tenido experiencia directa en dos eventos de este tipo de los que ya he dado cuenta aquí: los campeonatos de Friedrich y las jornadas Antebellum en Almería. Si tras leer este artículo tenéis ganas de participar en algún evento de este tipo la próxima cita "wargamera" tendrá lugar en enero de 2019, en las Bellotacon II.

Estas jornadas de wargames de tablero son organizadas por Sergio, también conocido como el veterano videobloguero Wargamereviewer. Aunque he sido invitado personalmente a las mismas, aún no puedo confirmar mi asistencia. ¡No será por falta de ganas!. ¿Qué puedo decir acerca de este tipo de eventos para animaros a participar en ellos?.

En primer lugar está la ventaja de su exclusividad. Esta deriva no sólo del foco principal de las mismas - en este caso, los wargames de mesa - sino también del hecho de que hay que pagar para participar en ellas. Como ya ha comentado varias veces Kabutor en el podcast El Tablero, si quieres calidad la tienes que pagar. El coste de la inscripción (30€ en estas Bellotacon), del viaje y del alojamiento se ven de sobra compensados por el disfrute de un evento que no está masificado y en el que a donde gires la cabeza contemplas a personas dedicándose a lo mismo que tú.

La asistencia no suele ser demasiado elevada - honestamente, no somos tantos en esta afición - pero aún así suele ser lo bastante numerosa (entre 30 y 50 personas tanto en las Bellotacon como en las Antebellum) como para tomar consciencia de grupo. Que aquello a lo que nos dedicamos no es para nada una rareza, sino una faceta más del cáracter humano.

No puedo expresar con palabras lo que se siente en uno de estos eventos. La satisfacción de hablar de juegos que para otros resultan arcanos, y compartir una pasión por la historia que fuera de ese ámbito te haría quedar como un bicho raro... tenéis que estar allí. Vale la pena hacerlo. Al menos una vez. Salir de nuestra zona de confort, de nuestra isla. Ya sea en las Bellotacon, las Antebellum, el Campeonato de Friedrich, o cualquier otro evento hecho a la medida de vuestros gustos.

Por lo pronto, quien desee inscribirse en las Bellotacon, puede hacerlo a siguiendo las instrucciones que aparecen en este enlace.