Todo está conectado. Hace unas semanas organizaba un campeonato de Sekigahara. En estos momentos se está distribuyendo un nuevo juego, Charioteer, tal y como puedo ver en este video de yutube hecho por un jipi.
¿Qué conexión hay entre ambos eventos? ¿Qué ambos juegos han sido publicados por la editorial norteamericana GMT? Si. También. Pero a donde quería llegar era a que compartían un mismo autor: Matt Calkins.
Entre Sekigahara y este Charioteer, el señor Calkins ha publicado otro juego, que es de lo que voy a escribir en esta entrada tras haber redactado una introducción lamentable y traída por los pelos. Pero oyes. Había que escribir alguna introducción. Lo pone en un libro de estilo de escribir, en alguna parte...
... estoy desvariando. ¿El juego? ¡Ah, si! Ese otro juego de Calkins que está bastante ignorado se llama Tin Goose. Pero en mi grupo de jugadores - y seguro que en toda España - pronunciamos mal el nombre de este juego, y decimos Tingus. Y así es como se va a quedar.
Pero esto no va a ser una reseña de este juego, porque ese trabajo ya ha sido magistralmente realizado por el blogger Misut en un estupendo artículo. Cuando hacen algo mejor de lo que podrías hacerlo tú, no queda más remedio que reconocerlo. Y en este caso incluso me alegro. Alguien ya ha hecho todo el trabajo sucio por mí. Así pues, lo único que queda es aportar mi propia visión de este juego.
Tingus es un juego publicado en 2016 por la editorial Rio Grande, y que pone a entre 3 y 5 jugadores en el lugar de empresarios de líneas aéreas en Estados Unidos durante la "Edad Dorada" de la aviación comercial. Esto es, durante los años 30 y 40 del siglo XX, antes de la aparición de los aviones de pasajeros con motores a reacción. Los jugadores compiten entre sí por el control de las mejores rutas y la adquisición de los mejores aviones, al tiempo que evitan los efectos adversos de accidentes, huelgas, y cambios bruscos en el precio del combustible.
En esencia, Tingus es un juego de subastas. Cada jugador recibe una mano de 10 cartas de 3 mazos diferentes, y a lo largo de cada una de las 7 rondas que tiene una partida, el jugador va a poner en juego una de esas cartas. Algunas desencadenan esos accidentes y demás que he mencionado en el párrafo anterior. Pero la mayor parte de las cartas son flotillas de aviones que inmediatamente se ponen a subasta entre los jugadores. La subasta es bastante sencilla. Es abierta, de una única ronda, cada jugador va haciendo su puja sucesivamente, y el jugador que puso la carta sobre la mesa tiene la última puja. Aquel que puje más alto se lleva el avión.
Adquirir un avión desencadena la segunda característica distintiva de Tingus. Por un lado amplia nuestra flota, lo que nos permite llegar a más destinos y expandir nuestra red sobre el mapa. Pero es que cada carta de avión nos permite cubrir una de 5 cartas con las que cada jugador comienza y que representan taras o defectos estructurales de nuestras empresas. Todos los jugadores tienen los mismos y son (con sus correspondientes traducciones al español):
Unproductive investments. El plan de pensiones de la empresa. Por eso cuanto más tardas en eliminarlo, menos dinero te devuelve porque ya se han jubilado más empleados.
Irregular Safety Procedures. ¿Alguna vez os han contado lo peligroso que puede ser fumar en el puesto de trabajo?
Generous dividends. Accionistas gorrones.
Regional management. Nepotismo.
Rural stops along routes. Paradas para hacer pipi.
La mayor parte de los juegos de gestión de empresas (popularmente llamados "económicos") en los que todos los jugadores comienzan con un tinglado de lo más simple y le van añadiendo cosas que son más molonas y hacen que genere más dinero y haga más mierda. Tingus funciona al revés, no añades cosas buenas, quitas cosas malas. El orden en que lo hagas puede ser importante, y ahí es donde intervienen esas otras cartas que tenemos en nuestras manos: las de catástrofes varias.
Cuando ponemos en juego una de esas cartas, en lugar de subastar un avión el efecto negativo de la carta se aplica a todos los jugadores. Cada una de los tres desastres posibles se resuelve de forma diferente, pero el resultado final suele ser el mismo. Toca pagar dinero. Si hemos sido cautos, pagaremos poco dinero, especialmente si la carta de catástrofe jugada sale de nuestra mano lo que nos da aviso previo. Pero en ocasiones el golpe nos puede caer cuando la caja de la empresa está casi vacía - pujaste demasiado por esos aviones - y entonces tienes que pedir un préstamo de emergencia. Un apaño que sale muy caro y nos puede costar la partida.
El tanteo final de puntos es una ensalada de varias cosas. Depende principalmente del tamaño de nuestra empresa, medido por un marcador de ingresos (income) y las ciudades grandes a donde hallan llegado nuestras líneas. También se tiene en cuenta el dinero en efectivo y los destinos foráneos que tengan conexión con nuestra empresa. Los créditos solicitados nos restan puntos.
Tingus es un juego de complejidad media baja, con una duración de partida de hora y media, en el que los jugadores tienen bastantes limitaciones en lo que pueden hacer. Tienes 7 rondas con 2-3 acciones en cada una. Aparte de la competición con otros jugadores por los destinos y los aviones, los jugadores tienen la posibilidad de arrojarse catástrofes entre si. Incluso si no fuerzas a tus oponentes a pedir créditos de emergencia, vas a reducir lo que pueden pujar por aviones. El dilema que tiene cada jugador durante la partida está entre expandir su línea con vistas a la puntuación final, o conformarse con consolidarse y hacer caja para hacer frente a futuras expansiones e imprevistos.
Lo interesante de Tingus como juego de gestión de empresa es que te pone no sólo frente a buenos tiempos, como hacen casi todos los demás juegos de este género, sino que también te expone a malas temporadas - a menudo imprevistas -. Cualquiera de nosotros podría gestionar una empresa en un período de crecimiento económico generalizado, pero los buenos gestores se revelan a la larga, pilotando sus empresas también durante los tiempos difíciles. Tingus logra esto.
Junto con Container y 1830, Tingus es mi juego "económico" de referencia. No necesito más. Food Chain Magnate está muy bien, pero dura mucho y una decisión errónea te puede dejar fuera de la partida en la primera media hora. Tingus es un juego de complejidad media y duración media por partida con interacción entre los jugadores y que plantea al jugador decisiones que son difíciles sin ser complejas. No creo que sea el juego para que lo pongas en mesa con tu suegra o tu señora. Tampoco les gustará a aquellos que lleven muchos años jugando a euros y otros juegos de gestión de empresas y prefieran mayor complejidad.
Antes de cerrar esta entrada me queda repasar porque un juego como Tingus, cuyo diseñador tenía un juego previo de gran éxito (Sekigahara), ha pasado relativamente inadvertido por la comunidad de euros en general. Gran parte de la culpa se la echo a la editorial Rio Grande. El maquetado del juego es algo feucho, con ilustraciones como de acuarelas algo desdibujadas. En mi copia algunos de los aviones de madera estaban algo desmochados. Por todo esto el precio del juego estaba en torno a los 50€, 10€ por encima de lo que debía ser en su momento. Aparte de eso, el reglamento omitía un detalle de cierta importancia: a dónde iba a para el dinero de las subastas de aviones (respuesta: a la banca). Tampoco incluía unas notas del diseñador de Matt Calkins. En lugar de eso tenéis que conformaros con este hilo de la BGG. Y naturalmente, la editorial no hizo apenas publicidad de su lanzamiento.
Además de todo eso, la idea de mejorar tu empresa quitando defectos en lugar de mejorándola y haciendo cosas más extravagantes cada turno es algo que, aunque efectivo, resulta inusual y menos atractiva. También influye la centralidad del mecanismo de pujas en todo el juego. Saber cuanto puede valer un avión realmente y cuanto debemos pujar por él es algo en lo que es muy fácil equivocarse y puede echar a la gente atrás, especialmente en la primera partida. Por último, Tingus es al final un eurojuego "ecónomico" medio que ha quedado enterrado entre docenas de publicaciones de juegos que, en principio, ofrecen lo mismo. En su momento Tom Vasel hizo un vídeo con un colega suyo y decretó que en un año Tingus estaría en saldos.
Hasta donde yo sé, no fue así. Pero me parece una pena. La expresión "joya escondida en el fango" se escucha muchas veces, y pienso que nunca ha estado mejor aplicada que a este juego.
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