sábado, 27 de abril de 2024

Civil War

He ido al cine a ver la película Civil War que se ha estrenado hace poco, y creo que comentarla aquí va acorde con el tono de este blog.


Civil War es una película americana de director británico que nos traslada a un futuro hipotético que se siente inquietantemente cercano. En este escenario los Estados Unidos de América se hallan involucrados en una guerra civil. Cuatro reporteros se encuentran en Nueva York y deciden partir desde allí hacia Washington D.C. para entrevistar al presidente antes de que los rebeldes lleguen y le den matarile.


Son más de 1.300 kilómetros de viaje que nuestros protagonistas emprenden en coche, lo que indudablemente se ha hecho ya en muchas películas calificadas como road movies o pelis de carretera, en las que lo importante es el viaje en si, en el que los personajes desarrollan su arco argumental, más que el destino. Muchas de estas películas tienen a una familia mal avenida a bordo del vehículo como protagonista (la más reciente que me viene a la memoria es Pequeña Miss Sunshine) y esta Civil War cumple dicho estereotipo - como reconoce una misma de las protagonistas - ya que en el viaje por esta Unión desolada tenemos a una mamá (la mayor de las hermanas Lisbon), un papá (Pablo Escobar), un abuelo (el mentat de los Atreides), y una niña (una moza que no recuerdo haber visto de ninguna película anterior). Aunque entre ellos no haya realmente ninguna relación familiar encajan perfectamente en los estereotipos.


Las pelis de carretera en familia suelen consistir en una serie de peripecias en ruta más o menos graciosas tras las que todo acaba bien y el grupo familiar resulta reforzado y más unidos. Civil War cumple con esta estructura episódica, pero el viaje de los protagonistas les lleva a través del horror de la guerra: torturas, ejecuciones sumarias, tiroteos, explosiones, fosas comunes,... Al final del todo no encontré que los personajes tuvieran un desarrollo significativo como suele pasar en las pelis de carretera, salvo que acaban bastante traumaos.


Tres grandes aciertos tiene este filme. El primero es que los personajes son reporteros, lo que es una justificación perfecta para explicar porque se meten en medio de los peligros más gordos del conflicto, cosa que no harían más que los trastornados y los soldados. Y estos últimos van obligados. El segundo acierto es que la película es totalmente átona en lo que a ideología se refiere. Comienza con la guerra civil ya bastante adelantada y en sus fases finales. No se plantean las razones para que estallase, ni las ideologías o proyectos de futuro que plantean los contendientes. Se dan algunas pinceladas. Al único personaje al que se le ve la ideología es al de Jesse Plemmons en la escena de 10 minutos más tensos del filme. Lo bueno que tiene esto es que, al evitar cuestiones ideológicas, cualquiera puede ver el filme y sentir que las cosas chungas las hacen tíos que no son de tu opinión, y las menos conflictivas moralmente las hacen personas más parecidas a ti. Con eso el film puede apelar a un vegano woke lo mismo que a un neonazi y se pueden vender entradas como rosquillas. El tercer acierto es la atmósfera de contemporaneidad que tiene el film. No es una de esas distopías de los 80 como Rescate en Nueva York o Perseguido (la del Chuache) en las que el futuro se había ido a la mierda igualmente, pero la ambientación es bastante diferente de cuando se ha hecho la película. En Civil War el escenario y los personajes son actuales, de esta tercera década del siglo XX, y con ello se transmite una sensación de "esto podría pasar ahora" que implica más al espectador.


Lo cierto es que en Civil War la ideología y la moralidad queda en un segundo plano porque lo más importante de esta película - ya desde la primera escena - es la acción. Hay una sensación de peligro constante a lo largo de toda la cinta que pone los huevos de corbata tanto al espectador como a los protagonistas. Y la escena del asalto final es acojonante. Todo ello intercalado con las típicas escenas más tranquilas que sirven para desarrollarnos más a los personajes. Civil War sabe como mantener al espectador en tensión y entretenido.


Lo que no sabe hacer es sacar ninguna conclusión de ello. Y eso es lo que yo le echo en cara a esta película. El acierto de no tomar partido ideológico es al mismo tiempo su gran debilidad. No somos capaces de sacar ninguna conclusión de por qué estalló el conflicto ni de lo que sucederá una vez haya concluido. Salvo por los traumas acumulados, los protagonistas no son ni peores ni mejores que al comienzo. Las imágenes son ciertamente horripilantes y pueden plantearse su efecto disuasorio, pero al mismo tiempo resultan fascinantes. Realmente consiguen que la noción de agarrar al presidente de tu gobierno por las piernas y pegarle dos tiros parezca atractiva visualmente.


Civil War no es un peliculón, pero entretiene y con ello pasas un buen rato. No educa, no enseña, no llena. Tampoco es su propósito. ¿Lo mejor? Que dura 90 minutos y la pude ver en el cine del tirón sin tener que salir a mear. Que uno se va haciendo mayor.


¿Es posible el escenario representado en la película? Yo no lo veo. Más que nada porque hay un ejército norteamericano que garantiza el orden constitucional en el caso de que la política se vaya de padre. Pero hasta entonces tienen ustedes Civil War en sus cines en 2024 y tal vez en sus telediarios en 2025.

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